El nivel de estudios y las competencias adquiridas influyen directamente en las oportunidades económicas y laborales de las personas. De hecho, las personas con estudios superiores (Formación Profesional Superior y universitarios) tienen un 21,4% más de probabilidades de encontrar empleo y sus salarios son, de media, un 71,9% más elevados que los de quienes solo cuentan con educación primaria, según la monografía De los estudios a las competencias: Condicionantes y resultados del capital humano en España elaborado por la Fundación BBVA y el Ivie.
Sin embargo, las oportunidades educativas son muy desiguales en España. El análisis destaca que el acceso a los sucesivos niveles de enseñanza está condicionado por la situación económica de la familia, el nivel de estudios de los progenitores o el tipo de ocupación en el que estén empleados. Además, revela que el peso del gasto público español en educación sobre el PIB es de los más bajos de la Unión Europea. Se sitúa en el 4,1%, solo por delante de Croacia, Hungría, Lituania, Luxemburgo, Grecia y Rumanía. Muy lejos, en cambio, del de países como Suecia (7,1%), Dinamarca (6,4%), Bélgica (6,3%) o Finlandia (6,1%) y por debajo del promedio europeo (4,7%).
Incluso para quienes cuentan con estudios superiores, el mercado de trabajo en España es menos favorable que en los países vecinos, ya que el peso de las ocupaciones cualificadas está por debajo de la media europea (35,1%, frente 41,6%) y solo por delante de Bulgaria, Grecia y Rumanía. Todo esto, advierte la monografía, contribuye a que la tasa de abandono temprano en España sea la segunda más alta de toda la UE, alcanzando el 13,3%, solo por detrás de Rumanía y muy lejos de la media, situada en el 9,7%.
Influencia en la salud
Pero el nivel educativo no favorece únicamente la situación económica y laboral de las personas, también incide en otros aspectos como la salud y los hábitos saludables de vida, según los datos recogidos. Estos concluyen que solo el 12,8% de ocupados con formación superior sufre problemas de salud crónicos, cuatro puntos menos que el resto. Asimismo, el 93,1% de los primeros considera que su estado de salud es bueno o muy bueno, frente al 84,7% de los que cuentan como máximo con formación primaria.
La investigación lo asocia a que tener estudios universitarios afecta positivamente a la realización de actividad física semanal frente a una vida sedentaria, ya que las personas con estos estudios tienen un 14,1% más de probabilidades de hacer ejercicio varias veces a la semana que los que solo tienen estudios primarios. Del mismo modo, deduce que incide en el consumo diario de productos saludables (fruta y verdura), con 13 puntos porcentuales más de probabilidad en el caso de las personas con estudios universitarios. Y también en el menor consumo de tabaco, ya que los individuos con titulación superior tienen un 9,3% menos de probabilidades de fumar que aquellos con estudios solo hasta primaria, según el informe.
Por otra parte, la pandemia ha evidenciado otra ventaja de los empleados con más formación: el teletrabajo. Esta opción es más accesible para los trabajadores con estudios universitarios, dada la relación positiva entre educación y competencias digitales y su mayor capacidad para acceder a ocupaciones en las que el trabajo en remoto es más viable. De hecho, un 23,9% de personas con estudios universitarios teletrabajó más de la mitad de los días del año 2020, frente al 1,5% de los ocupados con formación primaria. Tal ver por eso, las personas con titulación universitaria han resistido mejor los efectos del Covid 19 sobre la salud, ya que mostraron menor incidencia en 11 de los 14 síntomas psicosomáticos analizados en la monografía durante la crisis sanitaria.
Aun así, hay factores que ni siquiera tienen que ver con el nivel socioeconómico familiar que impiden a muchas personas acceder a estos estudios en España. El tamaño del municipio de residencia y el número de hermanos menores que se tengan, por ejemplo, influyen de manera decisiva, según el análisis. Este primer efecto resulta especialmente intenso en los municipios de más de 100.000 habitantes, donde la probabilidad de completar estudios superiores es 8,9 puntos mayor que en los municipios más pequeños. En cuanto al número de hermanos, el informe expone que hay hasta un 2,5% menos de probabilidades de completar estudios superiores por cada hermano menor que se tenga.