La historia se reescribió con una canasta de dos. Un tiro en suspensión tras un reverso en el partido que ha enfrentado en Los Ángeles a los Lakers con Oklahoma Thunder (130-133). Era el minuto 12 del tercer cuarto cuando el tiempo se detuvo y el mundo del baloncesto se puso en pie. LeBron James había superado un récord de otro planeta, el de más puntos en la temporada regular en la NBA. Con ese lanzamiento, El Rey dejó atrás la marca de Kareem Abdul-Jabbar (38.387), testigo en la pista de la hazaña y dueño del registro desde abril de 1984, y elevó la marca a una nueva dimensión: con sus 38 puntos en el encuentro, el listón está ahora en 38.390. Un mito adelantó a otro.
El marcador del antiguo Staples Center, hoy Crypto.com Arena, era una cuenta atrás con los puntos que le faltaban a la estrella para rebasar la barrera. Cada canasta de James se vitoreaba entre los 18.997 espectadores. En la grada se emocionaban su madre, Gloria, su mujer y sus hijos, amigos de la infancia y aficionados llegados de Akron, donde nació el mito. También un buen puñado de famosos. Una entrada en primera fila costaba hasta 50.000 dólares, precio de lujo para un espectáculo propio de Hollywood. Así se celebró cuando LeBron conquistó el récord. El partido se paró, Kareem saltó a la pista y le entregó un balón (como Wilt Chamberlain a él hace 39 años) como homenaje, Magic Johnson le abrazó y el astro rompió a llorar: “Ni en mis sueños esto hubiera sido mejor”. Tras el partido aseguró que se ve con fuerzas para jugar “un par de años más” y que en su mente se considera el número uno de todos los tiempos. “Siempre siento que soy el mejor”, afirmó.
Lebron ya fue coronado en febrero de 2022 como el baloncestista más anotador en la existencia de la NBA sumando la fase regular y los playoffs. James batió entonces la marca de 44.159 puntos de Kareem, amasada por el carismático pívot de las gafas en 1.797 encuentros (24,5 de media). El símbolo de los Lakers cerró en 1989, con 42 años, una carrera en la que disputó 1.560 partidos en la temporada liguera en 20 cursos. En las eliminatorias por el título se alistó en 237 citas, con 5.762 puntos en esos cruces. Su sucesor en la cima ha copiado esa longevidad hasta los 46.021 puntos en total (27,4 de media en 1.676 encuentros de corto). En la temporada regular ha participado en 1.410 partidos, más otros 266 en los playoffs, con 7.631 puntos en esos choques que marcan la recta final por el título. Es decir, LeBron ha necesitado 150 partidos menos que Kareem en la fase regular para batir su registro. Y también ha sido más prolífico en las eliminatorias.
Poco o nada puede sorprender ya en la fulgurante carrera de LeBron, en la baraja de contadísimos jugadores para ser considerado el mejor de cualquier época. A los 38 años, King James cumple su 20ª temporada en la NBA (11 en Cleveland, cuatro en Miami y cinco en los Lakers), y en 10 ha jugado las finales por el título. Cuatro anillos lucen en su mano: 2012, 2013, 2016 y 2020. Seis subcampeonatos. Cuatro premios MVP de la temporada regular y otros cuatro de la fase final. 13 veces en el mejor quinteto de la Liga. 19 elecciones para el All Star. Dos oros olímpicos… Y decenas de récords estadísticos, como el de anotar al menos una vez 40 puntos o más a cada uno de los equipos de la NBA. Su tope, los 61 con Miami a Charlotte en 2014. Un ejemplo de larguísima e incomparable permanencia en la élite esculpido a base de una competitividad eterna y un físico de acero en cuya puesta a punto invierte 1,5 millones de dólares al año y que todavía le propulsa a vuelos imposibles.
En el tercer escalón del podio de los máximos artilleros sigue viviendo Karl Malone (36.928 puntos en temporada regular y 41.689 en total), y al triunvirato le acompaña una colección de estrellas del cuarto al décimo lugar, agrupando los dos ránkings: Kobe Bryant, Michael Jordan, Dirk Nowitzki (único europeo en el top ten), Wilt Chamberlain, Shaquille O’Neal, Tim Duncan y Kevin Durant. Pau Gasol es el primer español entre los devoradores de puntos, 43º en el listado general con 22.992 (20.894 en la fase regular).
¿Cuándo parará James? El Rey continúa hambriento, pero su enorme apetito no lo sacia ya ninguna cifra, ni siquiera lo colmaría un quinto anillo. En la mente del padre solo hay un deseo mucho más sentimental, jugar en la NBA junto a su hijo, LeBron Bronny James. El mayor de tres hermanos tiene 18 años, progresa en el equipo del instituto, Sierra Canyon School, y viste el número 0, dorsal que eligió por otro laker, Russell Westbrook. El próximo curso saltará a la liga universitaria (aún debe elegir camiseta) y podría participar en el draft de 2024. Es decir, a tiempo de coincidir con papá en su última temporada de contrato en Los Ángeles (nunca un padre y un hijo han compartido pista en un partido de la NBA). Ese curso LeBron cumplirá 40 años.
Precisamente en un reciente duelo entre los Lakers y los Rockets un jugador rival se acercó a James y le dijo: “Tú jugaste contra mi padre tu primer partido en la NBA”. Era Jabari Smith júnior y, en efecto, Jabari Smith estaba en la plantilla de los Sacramento Kings que el 29 de octubre de 2003 asistieron al debut de El Elegido, como le bautizó Sports Illustrated cuando estudiaba en el instituto. En aquellos Cavaliers se estrenó LeBron James con una derrota (como esta vez) y 25 puntos en su ficha. Con su primera canasta, un tiro de media distancia a los tres minutos, comenzaba la cuenta atrás hacia la inmortalidad, un maratón en el que hasta en otras ocho ocasiones se ha enfrentado a un padre y a un hijo.
Kareem Abdul-Jabbar tiene hoy 75 años. Él también batió un récord, en su caso en ese 1984 en que nació LeBron, para superar a Chamberlain. Aquello, recuerda, “molestó” al hombre de los 100 puntos. “Wilt tenía una rivalidad unilateral conmigo desde que yo comencé a hacerlo bien en la NBA. Yo no me siento así con LeBron. Su impacto dura 20 años. Tiene esa esencia indefinible que llamamos liderazgo”. El Rey es hoy más rey que nunca.
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