El presidente Andrés Manuel López Obrador ha dado por buena la versión de la ministra Yasmín Esquivel que afirma que ella no plagió la tesis presentada en 1986 por otro alumno, sino que fue la suya, entregada un año después, la plagiada. Para explicar cómo un trabajo pudo ser copiado antes de estar presentado, Esquivel dice que ella ya estaba escribiéndolo desde 1985. Así pues, el mandatario ha solicitado a la UNAM que investigue el asunto con celeridad. “Que la UNAM dictamine, les corresponde a ellos. Qué bien que han dicho que van a investigar esto, ojalá y resuelvan pronto, antes del día 2 [de enero]”, cuando la Suprema Corte vota el futuro presidente, cargo para el que aún se postula Esquivel.
Lo que no puede defenderse es que el plagio no haya existido, porque las coincidencias en ambos trabajos son prácticamente totales. “Coincidencias hay, eso todo el mundo coincide en que es una copia, de eso no hay duda, pero hay que ver quién plagió a quién. Que se investigue es bueno, hay que purificar la vida pública”, ha dicho el presidente. Preguntado si el escándalo no la invalida ya para postularse como presidenta de la Suprema Corte, López Obrador ha recurrido al “interés político” que a su parecer está moviendo este asunto y ha defendido a Esquivel: “Ha tenido otros cargos, en el tribunal Agrario y en el Administrativo, y nunca ha recibido una queja, y ahora sale esto de la tesis. Es sencillo”, ha justificado, en referencia a la coincidencia del escándalo con las inmediatas elecciones en la Corte.
“El golpe a esta candidata tiene que ver con nosotros [con el Gobierno] porque sostienen que ella es nuestra candidata, cosa que no es cierta. Nosotros no tenemos candidatos porque no nos corresponde elegir y somos respetuosos con la independencia judicial”, ha asegurado López Obrador. Pero inmediatamente ha alabado “la rectitud” de Esquivel y ha reconocido sus apoyos en la Corte a los planteamientos del Gobierno: “Cuando todos estaban en contra de la Ley Eléctrica, ella defendió nuestra postura y ha votado en contra de todo lo que quieren declarar como inconstitucional [la oposición política]. Ella y la ministra Loreta Ortiz y muy poquitos más. Pero Esquivel ha sido consecuente, por eso los del conservadurismo tiene mucho miedo de que pueda ser presidenta, porque está de acuerdo con la transformación del país”.
Para López Obrador, quien conoce a la ministra hace seis años, según ha dicho, Esquivel puede seguir siendo candidata. El plagio, ha dicho, “fue hace 40 años”, y ha acusado a los periodistas que sacaron el escándalo a quienes ha llamado “corruptos”. “Ya la ministra ha pedido que se investigue en la UNAM, porque ella dice que no es cierto, que se haga una investigación a fondo”.
En plenas vacaciones de Navidad, la UNAM se ha visto impelida a emitir algunas declaraciones sobre este escándalo, a partir del cual ha salido a la luz una tercera tesis igual a la plagiada y otras seis idénticas que en su día se presentaron en la institución académica y se dieron por buenas. La Dirección General de Bibliotecas ha reconocido que se ha encontrado “un alto nivel de coincidencias” entre la tesis de la ministra Yasmín Esquivel, presentada en 1987, y la de Edgar Ulises Báez, entregada un año antes. Ese “cotejo pormenorizado” lo entregarán al Comité de Integridad Académica y Científicas de la FES Aragón, encargado de investigar el asunto.
Cuando saltó el escándalo, el pasado día 21, Esquivel salió al paso diciendo que todo era “absolutamente falso” y la directora de la tesis, Martha Rodríguez Ortiz, también defendió la “originalidad” del texto presentado por la ministra. Este periódico ha comprobado que Rodríguez Ortiz asesoró al menos otras seis tesis plagiadas entre 1986 y el 2010, lo que ha incrementado las sospechas sobre la limpieza en estos procedimientos y los controles académicos que se implementan.
Para López Obrador, todo tiene que ver con intereses de grupos conservadores y económicos para poner de presidente a otro de los ministros, cuyo nombre no ha querido citar, pero del que ha dicho que era “el más rico de todos”. Opina que a la ministra no se la puede descartar en sus aspiraciones a presidir la Suprema Corte, y que si otros países actúan así cuando salta un escándalo parecido, “México no tiene por qué copiar esos procedimientos porque tiene una realidad específica”.
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