Lorenzo Córdova retrasa un momento el inicio de la entrevista porque debe atender una llamada telefónica. Es del “Alto mando”, dice. Mientras se aleja unos pasos llevándose el teléfono al oído, aclara: “y no me refiero al presidente”. Se está reportando con su esposa. Córdova, de 50 años, está a cinco meses de concluir un mandato de 9 años como presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), órgano autónomo que desde hace unos meses ha estado en el centro de una dura disputa política entre dos bandos: el oficialismo, que impulsa una profunda reforma del sistema electoral mexicano con el argumento de abaratar sus costos, y una heterogénea oposición que advierte de que dicha modificación esconde un intento por controlar a las autoridades que organizarán y vigilarán las elecciones de 2024, en la contienda en que el proyecto de Andrés Manuel López Obrador se jugará su continuidad o su derrumbe.
Las descalificaciones a la labor del INE han arreciado en los últimos días, tras la revelación de una encuesta que muestra un avasallante apoyo ciudadano a la reforma impulsada por López Obrador y su partido, Morena. El propio Córdova ha sido puesto en el centro de los ataques –ya personales– que López Obrador dispensa desde su conferencia diaria. El mandatario lo ha llamado simulador, por supuestamente jugar en el bando de la derecha. Ha dicho que es una “pieza clave” del bloque conservador. Lo ha llamado hipócrita. Ha afirmado que no tiene la estatura de su padre, el politólogo izquierdista Arnaldo Córdova. Ha dicho que siente “pena ajena” por él.
Entrevistado en su despacho del INE, ante un mueble repleto de libros de Derecho, Córdova defiende su labor y su militancia en la izquierda. Orgulloso de haber sido él quien, como titular del árbitro electoral, declaró el triunfo de López Obrador en 2018, y de haber sido quien entregó a Morena la constancia que le dio calidad de partido político en 2015, el funcionario sostiene que han sido otros –no menciona nombres– los que empeñaron su principios. “Afortunadamente uno tiene una historia que avala sus convicciones y su coherencia. Hay otros que dejan la coherencia en el camino en aras de algunos intereses”, dice en conversación con EL PAÍS.
Córdova cuenta que en 1988 marchó contra el fraude del PRI a Cuauhtémoc Cárdenas, hijo de Lázaro Cárdenas y tótem de la izquierda que a la postre fundaría el PRD. En 2005 volvió a marchar, ahora en contra de que López Obrador, que entonces gobernaba la Ciudad de México, fuera procesado judicialmente por consigna de Vicente Fox, en el episodio conocido en la historia política mexicana como El desafuero. En contraste, el próximo domingo, cuando se ha convocado a una manifestación “en defensa del INE” y contra la reforma electoral oficialista, no irá a marchar. “Por prudencia no debo ir yo. No quiero dar pretextos para que se descalifique el trabajo del INE porque su presidente haya ejercido su legítimo derecho ciudadano de manifestarse”, explica.
Pregunta: Parece que en la mañanera ya hay una nueva sección dedicada al INE y a Lorenzó Córdova. ¿Cualquier publicidad es buena, aunque sea mala publicidad?
Respuesta: Sin lugar a dudas no, y menos cuando hay una embestida desde los circuitos del poder público en contra de un órgano del Estado mexicano. Hay órganos del Estado que le molestan al poder. Porque aquí, en el INE, se ejerce cotidianamente la autonomía, a diferencia de otros órganos, como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que claramente actúa atendiendo a intereses o a posturas políticas. Desde que el IFE se convirtió en INE, hace 8 años y medio, esa autonomía nos ha dado el periodo de estabilidad electoral más largo y sólido de la historia democrática del país. El periodo que además trajo consigo el mayor número de alternancias en el poder por la vía electoral. Hoy la probabilidad de que un partido que gana una elección vuelva a ganar la siguiente es de apenas una entre tres, y esta es la mejor prueba de que el sistema electoral funciona y está generando gobernabilidad democrática. Y parecería que eso es justamente lo que molesta, es lo que está alimentando esta embestida del poder Ejecutivo, de la mayoría en el poder Legislativo; una embestida de parte de los circuitos gubernamentales del partido en el Gobierno, que cotidianamente está tratando de desacreditar a un órgano del Estado.
P. ¿Por qué molestaría la posibilidad de la alternancia?
R. Parece que esta embestida en contra del sistema electoral, en contra del INE y de sus funcionarios es producto de lo que el instituto garantiza. Garantiza que los votos ciudadanos permitan a las oposiciones eventualmente llegar al poder y, en consecuencia, que se permita a los ciudadanos juzgar las buenas o las malas acciones de un gobierno. Cada vez es más evidente que existe la idea de que controlar el sistema electoral por parte de una fuerza política, de algún gobierno, garantizaría su permanencia. Cuando eres oposición, siempre buscas la alternancia. Cuando eres gobierno, quieres que no haya alternancia. Lo que molesta no son los resultados electorales. Lo que molesta es que la autonomía del INE, que permitió en su momento unos resultados electorales, eventualmente, en un futuro, sea una autonomía que permita que los ciudadanos decidan quiénes gobiernan.
P. Entonces, ¿este Gobierno teme que haya alternancia?
R. Bueno, yo creo que todo gobierno teme la alternancia. La aspiración de todo partido político y de todo gobierno es continuar gozando del respaldo ciudadano en las urnas. El problema es que desde el poder siempre se busca que el INE sea condescendiente con los propios intereses. Somos el árbitro en la contienda, un árbitro que no se subordina a intereses de parte. Creo que eso es lo que explica los ataques. A menos que otra explicación pueda haber: rencores personales, ¿o qué sé yo? Porque no quiero pensar que en este país se ejerce el poder a partir de rencores personales. No quiero pensar eso. La única explicación posible es que se quiere una autoridad subordinada.
P. ¿Le parece correcto que el titular del INE, que debiera ser un árbitro imparcial, se sume a una abierta confrontación con el oficialismo?
R. Sin duda no. El punto es que se está queriendo construir una lógica de confrontación. El INE no ha buscado confrontarse, sino simple y sencillamente desmentir las falacias que desde el poder se están construyendo. Es inevitable que un órgano como el INE tenga que salir a aclarar públicamente y a desmentir esas falacias, porque de otra manera en el ambiente quedarían solamente las posturas falsas que tienen claramente el propósito de desacreditar el sistema electoral. Yo distinguiría las respuestas institucionales que ha dado el INE frente al intento de construir la lógica de que el instituto es parte de una disputa.
P. Ha habido conductas que alimentan la narrativa de que usted juega en un bando. Por ejemplo, acudir a los foros convocados por el PAN sobre la reforma electoral o los chats filtrados entre usted y el dirigente del PRI, Alito Moreno, en los que se aprecia una especie de concesión más que institucional.
R. Siempre he acudido, como consejero presidente, a todas las invitaciones que los grupos parlamentarios de cualquier signo político me han formulado. Es parte de la función del presidente del INE, sobre todo cuando existe la posibilidad de que haya cambios en la materia electoral. El presidente del INE tiene que dialogar con todos los actores políticos y siempre lo ha hecho. ¿Conversaciones con un presidente de partido? ¡Yo tengo conversaciones con todos los presidentes! Filtraron algunas [con el priista Alejandro Moreno]. No sé si me estaban interviniendo a mí, o no. Estoy seguro que mi teléfono está intervenido.
P. ¿Cree que su teléfono está intervenido?
R. ¡Pues ya me intervinieron en el pasado y nadie ha hecho nada!
Córdova se refiere a la filtración, en 2015, de una llamada que tuvo con el secretario ejecutivo del INE, Edmundo Jacobo, en la que se lo oye burlarse de la manera de hablar de un grupo de indígenas. La grabación, obtenida ilegalmente (en México sólo un juez federal puede autorizar a una autoridad la intervención de comunicaciones privadas por causa justificada), ha sido utilizada por el oficialismo para criticar al funcionario electoral, que ofreció una disculpa pública por sus comentarios. Este martes, en su conferencia matutina, López Obrador hizo reproducir la grabación, con la finalidad de demostrar, según dijo, que Córdova y los defensores del INE son clasistas y racistas y desprecian al pueblo. “Lo que transmitió el presidente [en la conferencia] fue producto de una intervención ilegal de mi teléfono”, sostiene Córdova. “En México, desafortunadamente, periodistas han sido objeto de espionaje. Probablemente yo lo sea también. Y, por cierto, no me han encontrado nada. Porque, si no, ya lo habrían hecho público. Así que yo duermo con la conciencia tranquila”.
P. ¿Sus conversaciones incluyen al presidente de Morena, Mario Delgado?
R. He tenido comunicación con él. En las disputas internas del partido de cara a la renovación de su presidencia, se filtraron fotografías en donde tengo reuniones con él. Pues claro que me reúno y tengo una comunicación permanente y amistosa con Mario Delgado, como con todos los presidentes de los partidos políticos. ¿Te imaginas que el presidente del INE no tuviera comunicación con la dirigencia de los partidos? Y claro que nos han pedido favores. Hombre, hasta Mario Delgado pide favores.
P. ¿Favores legales?
R. ¡Claro! Si hubiera habido favores ilegales, ten la certeza de que ya me habrían denunciado. Con el acoso y hostigamiento de que está siendo objeto la autoridad electoral, ¿lo dudas? Yo no, no ha habido nada ilegal. No hay nada ilegal en mi trayectoria profesional.
P. ¿Irá a la marcha del domingo en defensa del INE?
R. No creo que sea pertinente que yo vaya, justamente para no alimentar la narrativa que desde el poder está queriendo construirse. No es prudente. Pero celebro que en México sigan existiendo los espacios para que la ciudadanía se manifieste a pesar de las descalificaciones lamentables desde el poder.
P. Por prudencia no iría, ¿pero querría ir?
R. Yo veo con mucha simpatía que, frente al embate que está sufriendo la institución electoral, la ciudadanía defienda la que es su obra, que es la democracia, y la que es su institución, que es el INE. Veo con mucha simpatía que distintos actores, sin juzgar quiénes son, estén defendiendo a su INE, porque el instituto es y ha sido el ancla de estabilidad política que le ha permitido al país en los últimos años renovar pacíficamente el poder público a través de las urnas sin derramamiento de sangre. Y esa es una conquista que los ciudadanos lograron y que hoy tienen todo el derecho de defender.
P. Entre los convocantes a la marcha hay políticos, activistas y empresarios abiertamente opositores a esta Administración. ¿Eso no le da un tono partidizante a la protesta?
R. Hay quien quiere darle tonos, pero son intencionalidades políticas. Yo veo también que hay organizaciones de académicos, organizaciones empresariales –por cierto, muchas que con mucha frecuencia se reúnen con el presidente de la República–. Hay convocatorias de organizaciones de la sociedad civil, de partidos políticos, y, estoy seguro, habrá muchos morenistas. Y es normal que como ciudadanos decidan defender su sistema democrático. Por cierto, como en el pasado, hubo panistas marchando hace 17 años en contra del desafuero de quien hoy preside el país, entonces como jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
P. ¿Usted marchó entonces?
R. ¡Claro que marché contra el desafuero! Y me dio mucho gusto encontrar a panistas que marchaban contra lo mismo.
P. ¿Por qué se unió a esa protesta?
R. Porque el desafuero me parecía un abuso desde el poder. Porque siempre, como gente de izquierda que soy y demócrata convencido, he protestado, ejerciendo mis derechos ciudadanos, contra los abusos del poder. Lo he hecho antes y lo seguiré haciendo toda mi vida.
P. ¿Les cree a los partidos que, por un lado, dicen defender al INE y, por el otro, se sientan a la mesa a negociar con Morena la reforma electoral?
R. Si consiguen una buena reforma, bienvenida sea. Yo creo que son tiempos poco pertinentes para hacer una reforma electoral. El INE está dispuesto a entregar toda la información que los legisladores necesiten para poder hacer una reforma que sea producto de la cabeza, no del estómago. Porque una reforma producto de filias y fobias, o peor aún, de rencores personales, está condenada al fracaso. La contienda electoral de 2024 ya arrancó. Los actores políticos de la oposición y del partido en el Gobierno ya están haciendo proselitismo, ilegalmente, por cierto. ¿De veras vamos a cambiar las reglas del juego cuando el juego ya comenzó? Yo digo: tengamos cuidado.
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