Tres muertos, cuatro heridos y 84 casquillos percutidos. Ese es el saldo dado por las autoridades tras el asesinato del político Salvador Llamas, funcionario del Ayuntamiento de Puerto Vallarta y aspirante de Morena ―el partido de Andrés Manuel López Obrador― al Gobierno de Jalisco. “Es una agresión completamente diseñada y orquestada por el crimen organizado”, dijo el fiscal estatal Luis Joaquín Méndez, en una conferencia de prensa este fin de semana, menos de 48 horas después del atentado. “Fue un ajusticiamiento”, ha dicho este lunes López Obrador, “fueron sobre él”. El presidente ha prometido que se entregará en los próximos días un informe detallado sobre los hechos sucedidos el pasado viernes en un restaurante de Guadalajara, la tercera ciudad más poblada de México. Por lo pronto, la reconstrucción de los encargados de las investigaciones revela que solo pasaron 36 minutos entre la llegada de Llamas al negocio y el escape de sus agresores. Es una secuencia prácticamente coreográfica, en la que los sicarios se sientan a la mesa con él y después lo acribillan.
Llamas llegó acompañado de un grupo de escoltas al Sonora Grill de la avenida Terranova a las 17.32 horas, de acuerdo con la información presentada por la Fiscalía de Jalisco. El funcionario aparece solo en la entrada del lugar en las imágenes de las cámaras de seguridad, cargando una mochila. Apenas nueve minutos más tarde, a las 17.41, también llegaron dos sujetos señalados entre los agresores. Uno de ellos vestía con una camiseta roja, pantalón de mezclilla, un cubrebocas negro y una gorra. El otro entra detrás de él con una camisa color claro. Siempre según la línea de tiempo de las autoridades, estos son los que se sientan en la mesa del político, mientras los escoltas se quedan afuera del lugar para dar “resguardo perimetral” a su jefe.
Tres minutos después de las seis de la tarde se presentan en el lugar dos personas más que supuestamente participaron en el asesinato: una mujer con un vestido verde que entró de la mano de un hombre vestido con una camisa azul. La pareja se cruzó en la entrada con uno de los dos sicarios que habían llegado 20 minutos antes, el hombre de la camiseta roja. En las imágenes, se ve cómo el sujeto que sale mete un arma en la parte trasera de su pantalón.
A las 18.04 empezaron los disparos. El hombre que se había quedado en la mesa con Llamas abre fuego contra él. Las imágenes presentadas por las autoridades del momento del ataque se ven borrosas. El fiscal Méndez aseguró que el tirador corrió hacia la zona de cocina del restaurante para escapar por la parte de atrás, pero que de forma repentina volvió a la escena del crimen. El hombre se metió debajo de una especie de isla del local, una mesa donde parece que se preparaban algunos alimentos, y se cambió de ropa. Instantes después, ya no llevaba la camisa color claro, sino otra de un tono más oscuro.
Al escuchar los disparos, los escoltas de Llamas entraron al restaurante. El jefe de los guardaespaldas, Luis Fernando Muñoz, murió en el tiroteo dentro del local. La Fiscalía no presentó imágenes del ingreso de Muñoz, identificado también como excomisario de Puerto Vallarta, al lugar.
A las 18.08, el hombre que entró acompañado de una mujer salió del restaurante enfundando un arma larga que apuntó contra el vehículo de los escoltas, que ya estaba frente a la entrada del negocio. Las autoridades presumen, de hecho, que el arma que llevaba era la del excomisario Muñoz. Un hombre con camiseta roja, que traía en un primero momento una camisa de color claro, le cubre las espaldas. Los escoltas dispararon contra el sicario que los encañonó, que murió tendido sobre la banqueta, afuera del sitio. El otro sujeto de rojo logró escapar.
Las autoridades han identificado a por lo menos ocho involucrados en el asesinato, entre ellas los cuatro identificados en las grabaciones. En la escena del crimen, los agentes aseguraron nueve armas largas y nueve cortas, así como los 84 casquillos percutidos. Algunos de los fusiles eran de los agresores y otros, de los escoltas. También fueron incautados dos camionetas Chevrolet en el lugar de los hechos: una Tahoe blanca y una Suburban plateada.
Otros tres vehículos fueron requisados como parte de las investigaciones. Las autoridades suponen que fueron abandonados durante la fuga de los atacantes. Uno de ellos es un Nissan Frontier y fue encontrado a seis calles del restaurante. Está pintado con el logo de una empresa de seguridad privada y en el interior se encontraron cinco casquillos calibre .223, utilizado para armas de caza y rifles semiautomáticos, y un cartucho de fusil con un calibre similar al que usan las fuerzas de la OTAN. Otro es un Nissan Altima, hallado en un radio menor a 500 metros del restaurante, que tenía placas falsas y dos cubetas llenas de “ponchallantas”, estrellas filosas que los delincuentes suelen tirar sobre el pavimento para darse a la huida. El tercero es una camioneta General Motors Yukon, ya a tres kilómetros del Sonora Grill, que tenía tres impactos de bala y equipo relacionado al ataque: radios, cambios de ropa, cartuchos y armas.
Llamas inició su carrera política en Zacatecas, su Estado natal, en las filas del Partido Verde Ecologista de México (PVEM). En 2016 fue precandidato al Gobierno estatal bajo el membrete de Movimiento Ciudadano, pero le negaron el registro por no presentar a tiempo sus informes de campaña. En esa elección apoyó la candidatura del Partido de la Revolución Democrática y del Partido Acción Nacional a la presidencia municipal de la capital homónima de Zacatecas, que quedó en tercer sitio. En 2018 buscó ser diputado local de Zacatecas por el PVEM, pero perdió. Para 2021 fue coordinador de la campaña del morenista Luis Michel a la presidencia municipal de Puerto Vallarta. Durante la contienda aseguró que fue amenazado por un grupo de encapuchados.
Tras el triunfo de Michel, fue designado como encargado de aguas, drenaje y alcantarillado de Vallarta. El nombramiento no estuvo exento de polémica. La Secretaría General del Ayuntamiento presentó un oficio a finales de julio pasado en el que acusaba a Llamas de mentir sobre el año de su nacimiento y su título universitario, lo que no lo hacía elegible para el cargo. Eventualmente, el funcionario dejó ese puesto y hace un mes fue nombrado jefe del Gabinete municipal. También fue elegido como consejero estatal de Morena en septiembre pasado, en medio del proceso interno del partido para apuntalar su estructura y organizar la elección del candidato presidencial para 2024. Eso lo colocó en la baraja de posibles contendientes a la gubernatura e, incluso, en encuestas de intención de voto. Además, medios locales dan cuenta de una treintena de denuncias contra Llamas, entre ellas amenazas a periodistas, que no prosperaron en los tribunales. El funcionario siempre negó los señalamientos en su contra y los atribuyó al “golpeteo político”.
John Ackerman, militante de Morena, escribió en sus redes sociales que, según le habían contado, Llamas ”es un narco de Vallarta” y que había llegado a ser consejero gracias al voto de “acarreados”, lo que provocó críticas dentro del propio partido. El fiscal Méndez dijo que por ahora no se puede asegurar que tuviera vínculos con el crimen organizado, pero que eso era parte de las investigaciones. Tampoco hizo mayores comentarios sobre por qué tenía un equipo de escoltas de tal calado, con un excomisario al frente. La Fiscalía agregó que no se sabe dónde está la mochila que Llamas cargaba cuando entró al restaurante ni qué llevaba dentro.
La prensa local ha vinculado al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) con el atentado, sucedido en una zona de alta vigilancia policial, a menos de dos kilómetros de Casa Jalisco, la residencia oficial del gobernador Enrique Alfaro. Méndez, sin embargo, se negó a decir qué grupo criminal estaba implicado y dijo que no iba a ser especulaciones sobre el contenido de la mochila y si se trataba de un soborno. En diciembre de 2018 fue asesinado en un bar de Vallarta el exgobernador Aristóteles Sandoval, en un crimen al que también se vinculó al CJNG. López Obrador ha señalado que “no hay pruebas” de la supuesta colusión de Llamas con el narco y ha zanjado que Morena no establece “relación de complicidad con nadie”.
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