Hay gráficos que representan el miedo con precisión. La petición de fondos por parte de los bancos en la ventana de descuento de la Reserva Federal retrata el pánico a una fuga de depósitos que han sufrido los banqueros tras la caída del Silicon Valley Bank y del Signature Bank. En la semana cerrada este miércoles (el día de referencia de los datos publicados), los bancos pidieron a la Reserva Federal una media de 117.000 millones de dólares diarios (unos 109.000 millones de euros al cambio actual). Es una cifra que casi triplica el máximo del estallido de la pandemia y supera incluso el récord de 112.000 millones marcado durante la crisis financiera de 2008.
Las entidades que solicitan dinero a través de la ventana de descuento no se conocen hasta pasados dos años, pues el recurso a esa ventanilla se ha estigmatizado. Se considera que acuden a ella las entidades que tienen problemas de liquidez. Para conseguir los préstamos de la Reserva Federal hay que aportar garantías como colateral.
El máximo histórico diario se alcanzó el miércoles anterior, con unos 152.900 millones de dólares el miércoles 15, pero la media de la semana cerrada ese día era de unos 85.000 millones. Ahora, se ha reducido la cifra con que se despide la semana, pero la media se ha disparado hasta ese nuevo récord.
La Reserva Federal ha flexibilizado los requisitos para acudir a la ventana de descuento, pero además las entidades están usando la nueva facilidad de liquidez puesta en marcha por el banco central de modo preventivo. Ese nuevo mecanismo, el Programa de Financiación Bancaria a Plazo (BTFP), permite a los bancos obtener préstamos de hasta un año garantizados por bonos del Estado que las entidades tengan en cartera. Esos títulos se valoran como garantía por su valor nominal íntegro y no por el de mercado, más bajo tras las agresivas subidas de tipos de interés del último año. Esas pérdidas en la cartera de bonos fueron uno de los detonantes de la caída de Silicon Valley Bank.
En la última semana, las entidades han pedido prestados de media 34.600 millones a través de ese nuevo sistema, que apenas alcanzó una media de 2.400 millones de saldo la semana anterior. Los bancos, por tanto, están usando en paralelo las dos ventanillas.
Las cifras se conocen cuando las autoridades tratan aún de infundir calma en los mercados financieros y entre los depositantes bancarios tras la reciente quiebra del Silicon Valley Bank y del Signature Bank en Estados Unidos y el casi colapso del gigante bancario Credit Suisse antes de su compra por su competidor UBS con la mediación del Gobierno. En Estados Unidos, el contagio ha golpeado a First Republic Bank y otros bancos medianos y en Europa, ha afectado este viernes especialmente a Deutsche Bank, que se ha desplomado en Bolsa.
Reunión de supervisores
En ese ambiente, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, ha convocado a las autoridades financieras del país este viernes a una reunión no anunciada previamente del Consejo de Supervisión de Estabilidad Financiera (FSOC, por sus siglas en inglés). La secretaria del Tesoro preside ese Consejo del que también forman parte el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell; el de la Comisión de Valores y Bolsa (la SEC); el del fondo de garantía de depósitos, la FDIC, y otras autoridades.
La reunión se celebra a puerta cerrada y no está claro si el organismo emitiría una declaración tras la misma. El Consejo, que se reúne al menos una vez por trimestre, sirve como foro de coordinación, pero en sí mismo no dispone de competencias relevantes para tomar medidas inmediatas.
Tanto el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, como Yellen y Powell han reiterado en las últimas dos semanas que el sistema financiero de Estados Unidos es sólido y que las entidades están bien capitalizadas y gozan de buena salud. Yellen también ha dicho que el tesoro está dispuesto a apoyar a más entidades si lo requieren. Eso no ha terminado de calmar los nervios en los mercados. El endurecimiento de las condiciones monetarias equivale a una subida de los tipos de interés, además de las que ya se han producido.
Este viernes acaba el plazo para que los interesados presenten ofertas por el Silicon Valley Bank, que el fondo de garantía de depósitos (la FDIC) no ha podido vender aún. Sí se deshizo ya del Signature Bank (o de una buena parte del mismo) en una operación en que Flagstar se quedó con una cartera de activos y pasivos sin tener que pagar por ella. La entidad recibió activos con descuento de 2.700 millones de dólares.
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