Los combates entre el ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido han causado ya más de 300 muertos y centenares de heridos. Y sigue sin haber indicios de que las partes enfrentadas estén dispuestas a observar ni siquiera una tregua temporal, tras seis días de hostilidades y en vísperas de la festividad que marca el final del mes del Ramadán. La comunidad internacional, por su parte, continúa buscando fórmulas para que se declare un alto el fuego de al menos 24 horas que ofrezca un respiro a la población civil frente a una batalla que ha colocado la capital, Jartum, al borde del colapso, y que está agravando de forma alarmante la crisis humanitaria que ya hacía mella en Sudán antes de los choques.
Los bandos enfrentados volvieron a intercambiar durante el jueves acusaciones cruzadas de no querer comprometerse a una tregua temporal de las hostilidades aprovechando la llegada del Eid, la celebración de tres días que marca el fin del Ramadán, tal y como les ha instado la ONU para abrir corredores humanitarios. Tanto el comandante del Ejército, Abdelfatá al Burhan, como el de los paramilitares, Mohamed Hamdan Dagalo, rechazaron también negociar por ahora, en dos entrevistas a la cadena Al Jazeera.
La situación en Jartum, donde se registraron este sábado algunos de los enfrentamientos más feroces entre ambos bandos, está alcanzando límites insostenibles en medio de una escasez cada vez más grave de comida, agua, electricidad y combustible. Quienes se lo pueden permitir están abandonando la ciudad, sobre todo hacia el sur. Un comité de médicos afirmó el jueves que el 70% de hospitales generales de la capital están fuera de servicio a consecuencia de la violencia, y advirtió que el resto podrían tener que cerrar pronto por la falta de personal médico y de suministros. Los comités de resistencia, grupos prodemocráticos con una fuerte implantación en los barrios, están intentando por su parte movilizarse para ayudar a cubrir las necesidades básicas de los más necesitados.
“Muchas farmacias no están abiertas”
“Hay pocas tiendas de comida abiertas, la gente busca y los precios suben. Mucha gente de Jartum se está yendo porque no es seguro”, nota un vecino de la ciudad que prefiere hablar con la condición del anonimato y que explica que llevan días con problemas de agua y electricidad. “Muchas farmacias no están abiertas, y algunas tiendas han sido saqueadas”.
Los combates más sangrientos en Jartum se concentran en el área del aeropuerto, de la comandancia general del ejército, y del palacio presidencial, según señalan vecinos y muestran imágenes de satélite. Pero los choques también se han desplazado hacia algunas zonas residenciales, donde se han registrado la mayoría de víctimas civiles, según el Centro Africano de Estudios para la Justicia y la Paz. El ejército declaró haber bombardeado asimismo el jueves dos convoyes de refuerzo de los paramilitares que iban hacia la capital.
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“Anoche [en referencia a la madrugada del miércoles a jueves] fue relativamente tranquilo, pero esta mañana han vuelto a empezar [los combates]”, cuenta el citado vecino. “Algunos aviones sobrevolaron y bombardearon dos veces cerca de donde estamos, y aún hay combates aquí y allá”, añade. “Mañana empieza el Eid, pero no sabemos cómo lo van a celebrar”, agrega.
Además de Jartum, los enfrentamientos están siendo especialmente intensos en la región oeste de Darfur, feudo de las Fuerzas de Apoyo Rápido y lugar de origen de las milicias que el Gobierno central armó para aplacar una insurgencia en la zona a principios de los 2000 y que luego se unieron en su forma actual. La situación es particularmente tensa y fluida en el sur y en el norte de Darfur, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Aunque se han producido choques en otras zonas de Sudán, el ejército tiene en gran medida el control de los Estados del este y de buena parte del sur y norte del país, según el Centro Africano de Estudios para la Justicia y la Paz.
Más de 10.000 personas han huido hacia Chad
“La situación en Darfur es compleja y difícil, la situación en términos de seguridad se encuentra en un estado de caos”, señala Adam Rojal, portavoz de los desplazados internos en Darfur. La ONU declaró el jueves que entre 10.000 y 20.000 personas han huido de Darfur hacia Chad, que se encuentra al otro lado de la frontera oeste, en busca de refugio.
En este contexto, parte de la comunidad internacional trata de aunar esfuerzos para convencer a las partes enfrentadas de que cesen las hostilidades. El secretario general de la ONU, António Guterres, asistió este jueves a una reunión con los líderes de la Unión Africana, la Liga Árabe y la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo, una organización regional de África Oriental, para abordar la situación en Sudán. Por ahora, el objetivo es reducir la intensidad de los combates y acordar un alto el fuego de, al menos, 24 horas para evacuar civiles de Jartum, distribuir ayuda, y reevaluar la situación.
Los combates actuales son parte de una larga lucha entre Al Burhan y Dagalo por el poder en Sudán, que se ha visto sumido en una situación de gran inestabilidad desde que en octubre de 2021 ambos generales, ahora enfrentados, ejecutaron un golpe de Estado conjunto que acabó con la transición democrática iniciada en el país en 2019.
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