Los controles exhaustivos en la frontera con Texas provocan atascos y pérdidas económicas

Un grupo de migrantes hace fila en la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, el pasado 11 de mayo.
Un grupo de migrantes hace fila en la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, el pasado 11 de mayo.PATRICK T. FALLON (AFP)

La Secretaría de Economía ha emitido un mensaje dirigido a Texas, en Estados Unidos, para que retire las inspecciones exhaustivas de tráileres que realiza desde hace un mes en muchos puntos de entrada de su frontera con México. Los productores a ambos lados de la frontera lamentan que los retrasos de 24 y hasta 48 horas está provocando daños económicos importantes en sus negocios, sobre todo aquellos que manejan productos perecederos como frutas y hortalizas. El gobernador republicano de Texas, Greg Abbot, justificó la medida como una respuesta para contrarrestar la inmigración y el tráfico de drogas desde México, aunque desde el fin del Título 42 se ha reducido el número de llegadas y el Gobierno de México ha aumentado la presencia de agentes de la Guardia Nacional en la región.

En el comunicado, la Secretaría se ha mostrado muy preocupada por “las pérdidas económicas” producidas por las recientes inspecciones en el cruce fronterizo Matamoros-Brownsville. Los medios estadounidenses informan que están teniendo el mismo problema en Pharr, Los Indios, Laredo, Del Río, Eagle Pass y El Paso. La Secretaría de Economía asegura que el objetivo de reducir el tráfico de migrantes en la frontera es una atribución “que no corresponde a gobiernos subnacionales”. El Gobierno de México lamenta que esas decisiones están motivadas por una “visión antimexicana” que dista de la integración social, cultural y económica que pretende el TMEC, el tratado comercial firmado entre los tres países norteamericanos y que ha llevado a las empresas a desarrollar cadenas de suministros y producción que están afectadas por la medida.

Al menos 231.000 millones de dólares, esa es la cifra promedio, una de las más altas, que México comercia con el Estado de Texas en un año. Los empresarios a ambos lados de la frontera han pedido a Greg Abbot que frene la medida. Antes se revisaban de forma aleatoria los tráileres que cruzaban la frontera. Ahora, los medios locales al otro lado de la frontera aseguran que se está revisando cada transporte de carga, proceso que puede llegar a durar hasta una hora, y con el mismo personal que antes, se ha originado un tapón de tráileres que están días esperando. “Lo sé, esto va a ralentizar el tráfico desde México hasta Texas”, dijo Abbot en referencia a la medida, pero aseguró que la culpa es de los “carteles que cruzan la frontera”, no suya.

El tapón afecta a empresas a ambos lados de la frontera. Bret Erickson, de la empresa Little Bear Produce, que importa a Texas cebollas dulces y melones, aseguraba a un diario local que tienen transportes de carga que llevan más de tres días atrapados pendientes de revisión. “Estas frutas y verduras que importamos son muy perecederas, así que cada hora, cada día que pasa, la calidad de estos productos disminuye” y esto afecta a toda la cadena, desde los productores en México, pasando por los conductores que tienen que estar horas y días esperando. Finalmente, los consumidores, que serán los que terminen pagando el aumento de costes en forma de un producto más caro y de menor calidad.

“En última instancia, son los consumidores estadounidenses los que pagan los costos de estas políticas”, asegura la Secretaría de Economía en su comunicado. Informan que están en conversaciones con los representantes comerciales de Estados Unidos para intentar llegar a un acuerdo, aunque este procedimiento se complica cuando no es Estados Unidos, sino uno de sus estados, el que diverge de los acuerdos y decide marcar su propio ritmo. Por eso, la Secretaría someterá el caso ante el Comité de Facilitación de Comercio del TMEC, con la esperanza de que ellos puedan interceder para frenar una medida tomada de forma unilateral.

Tampoco se cumplen las razones que le han llevado a tomar esta decisión. Desde la desaparición del Título 42, una medida heredada de la administración de Donald Trump para expulsar migrantes sin analizar individualmente sus casos, ha disminuido un 50% el flujo hacia la frontera norte en lo últimos tres días, según informó el Gobierno de Estados Unidos. Blas Nuñez-Neto, subsecretario de políticas fronterizas y migratorias en el Departamento de Seguridad Nacional, dijo que los agentes fronterizos habían detenido a menos de 5.000 personas al día, frente a las 10.000 detenciones que estaban haciendo cuando todavía funcionaba el Título 42. Aunque, aseguraba el funcionario, “es demasiado pronto para sacar conclusiones”.

El gobernador Abbot ha decidido desconocer estos datos y el trabajo que están haciendo los dos países para frenar el tráfico de drogas y de personas, y ha impuesto una medida que no desencaja del todo del estilo trumpista que domina la toma de decisiones del ala republicana en Estados Unidos. Beto O’Rourke, político demócrata que hace la oposición a Abbot en Texas, ha dado una conferencia desde Pharr, uno de los puntos donde casi se había detenido la entrada de tráileres. Desde allí pidió al gobernador que frenase la medida: “Greg Abbott está matando a las empresas y a la economía de Texas con la maniobra que está haciendo ahora mismo”.

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