Después de cuatro días con el Senado de Estados Unidos en el aire, el panorama se despeja. La certeza para los demócratas llegó con el correo. Decenas de miles de boletas contabilizadas este sábado en Nevada han dado la victoria a Catherine Cortez Masto, la senadora que se enfrentaba al republicano trumpista Adam Laxalt, en un Estado clave para el control del Senado. Los sufragios emitidos por correo han permitido a Cortez Masto, la única mujer latina en la Cámara Alta, batir a su rival, que estuvo a la cabeza del escrutinio desde el miércoles, ha confirmado la agencia Associated Press. Con ello, los demócratas tienen asegurados 50 de los 100 senadores, lo que les basta porque los empates lo deshace la vicepresidenta, Kamala Harris.
Una vez conocidos los resultados en Arizona y Nevada, solo queda por saber quién gana en Georgia, que acudirá a una segunda vuelta el 6 de diciembre, para conocer la configuración definitiva del Senado los próximos dos años, pero el partido del presidente, Joe Biden, mantiene como mínimo la posición que tenía antes de las elecciones.
Esta mañana, el hasta entonces líder de la contienda, el aspirante republicano Adam Laxalt, mostraba sobriamente su preocupación. “Voy arriba por 862 votos”, escribió en Twitter. “En varios días seguidos, la mayoría del voto por correo que se ha contado sigue favoreciendo a los demócratas con mayores márgenes a los que calculábamos”, admitió el aspirante. Sus estrategas creían que la elección iba a definirse por entre 20.000 y 30.000 sufragios depositados el día de la elección en los buzones del correo. “Si es en precintos republicanos o incluso ligeramente demócratas, entonces quizá aún podemos ganar. Si continúa la marcada tendencia que los favorece a ellos, ella nos dará la vuelta”, vaticinaba.
Y eso es precisamente lo que sucedió. Este sábado, los funcionarios electorales terminaron de contar 22.000 papeletas que se habían enviado por correo en los últimos días. La ley de Nevada permite que sean válidas las papeletas que llegasen hasta este sábado, siempre y cuando el sello postal indique que fueron enviadas el día de la elección o antes. Casi 300 sobres arribaron esta mañana, según informó en una conferencia de prensa el funcionario a cargo del proceso, Joe Gloria.
Como en la mayoría de los Estados, el escrutinio aún no ha terminado del todo, pero la ventaja de Cortez Masto sobre Laxalt ya es insalvable, a juicio de la casi infalible Associated Press, que lleva tabulando los resultados electorales y proclamando a los ganadores de las elecciones de Estados Unidos desde hace unos 175 años. Sus proyecciones no son oficiales, pero se las considera definitivas. Además, no solo AP certifica la victoria demócrata en Nevada sino que los expertos de las televisiones CNN, ABC, CBS, NBC y hasta la conservadora Fox la dan por cerrada.
Con todo, las autoridades del condado ahora dan un periodo de gracia de dos días, domingo y lunes, para que algunos votantes subsanen irregularidades en sus votos por correo. Se trata de papeletas que presentan deficiencias como la ausencia de firma o firmas que no coinciden con las registradas. Es un proceso de buena fe que pretende dar certeza a la elección tras el desaguisado de 2020, pero que ha ralentizado aún más un proceso que tiene en ascuas a todo el país. Los promotores del voto, generalmente vinculados con las campañas demócratas, han pedido a sus simpatizantes estar pendientes del escrutinio.
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Cortez Masto, heredera política del influyente exlegislador demócrata Harry Reid, se ha acostumbrado a las elecciones llenas de adrenalina. Hace seis años, en los comicios que la llevaron por primera vez a la Cámara Alta, perdió 16 de los 17 condados del Estado. Conquistó el asiento porque triunfó en el condado de Clark, donde está Las Vegas, el más poblado. La ciudad tiene poderosas estructuras sindicales que agrupan a los trabajadores que dan servicio a la industria turística. Los latinos se han alineado casi siempre con los candidatos demócratas. Fueron clave para que Biden se quedara con el Estado en 2020. Hillary Clinton también ganó Nevada en 2016.
El triunfo de Masto, no obstante, fue a contracorriente de las tendencias que adoptó Nevada en las urnas. Este viernes se confirmó que el gobernador demócrata Steve Sisolak fracasó en su intento por reelegirse. En lo que fue también una cerrada contienda, se impuso su rival, el republicano Joe Lombardo, quien fue el sheriff de Las Vegas y quien recibió el visto bueno de Donald Trump, considerado el perdedor de la jornada electoral. Los republicanos también se hicieron con los cargos de vicegobernador y auditor del Estado.
Los republicanos centraron la campaña en la economía, un tema que fue importante en Las Vegas, una ciudad que vio colapsar el turismo durante la pandemia, causando estragos en las clases trabajadoras. Laxalt es nieto de Paul Laxalt, un conocido político local que fue gobernador, senador republicano y gran amigo de Ronald Reagan. Sería un error considerarlo un conservador tradicional. En la campaña ha cargado contra la cultura woke y ha prometido poner a los demócratas en el “cenicero de la historia”. También desea castigar a las élites corruptas que, según él, robaron la presidencia dos años atrás. Su apoyo a estas teorías sin fundamento le han ganado el apoyo de Trump.
Las encuestas mostraron que para los votantes, las presiones inflacionarias y el oscuro panorama económico no lo fue todo en este ciclo electoral. Siete de diez votantes acudieron a los colegios con la idea de mantener el aborto legal. Cortez Masto hizo campaña con la promesa de mantener el derecho de las mujeres como una de sus prioridades. Y ahí está el resultado.
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