Los falsificadores, la serie india de Amazon Prime Video que narra la constancia en la lucha por superar la pobreza de dos jóvenes de Bombay y, al mismo tiempo, salvar la modesta empresa editorial del abuelo de uno de ellos, convencido de que la difusión de la cultura transformará al mundo, muestra también las enormes desigualdades sociales del país, la torpeza de sus dirigentes políticos y la no menos torpe actuación policial para resolver el problema que supone la actividad profesional de los jóvenes: la falsificación del dinero legal.
Producida, escrita y dirigida por Krishna D. K. y Raj Nidimoru, el estilo formal de la serie opta por una narrativa tradicional occidental, alejada de cualquier folklorismo autóctono y en el que se entremezcla la acción, el humor y el suspense. Sunny es un excelente dibujante capaz de falsificar cualquier cuadro de autor famoso. Las dificultades económicas de la imprenta familiar le aboca a la falsificación de la moneda. Es su atajo para resolver la penuria. A partir de ahí, y debido a la calidad de su trabajo, comienza una irresistible ascensión social que tendrá que enfrentarse al poder establecido, un poder torpe y corrupto amparado por la legalidad y sin olvidar las presiones de las insaciables mafias.
Con un humor sutil —la caricatura del ministro de Justicia es excelente—, sus guionistas no desdeñan el señalar los riesgos que entraña la estafa para la economía nacional, algo que, al parecer, hace tiempo se olvidó en España, en la que la estafa del sistema financiero con sus más de 50.000 millones inyectados durante la crisis fueron declarados “irrecuperables” en 2022 por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) sin que nadie tiemble o dimita. ¡Es el amparo de la legalidad, estúpidos!
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