En un Reino Unido que en los últimos años no deja de salirse del guion y sorprender con sus excentricidades —especialmente en el drama político diario—, los premios Bafta 2023, otorgados por la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión, han sido un despliegue de templanza, corrección en el mensaje, mesura en el vestuario —el blanco y negro dominó la noche— y equilibrio a la hora de premiar el talento. La gran vencedora de la noche fue la película alemana Sin novedad en el frente, que se hizo con siete de las famosas estatuillas con la forma de máscaras de teatro. El mensaje antibélico del filme, basado en la novela de 1929 del mismo nombre de Erich Maria Remarque, narra la desilusión y el desmoronamiento del patriotismo de un grupo de jóvenes que se alistan para combatir en 1917 y descubren la muerte y el horror de toda guerra. Los Bafta quisieron reconocer el mensaje universal de la película, pero también se volcaron en la belleza, la tristeza y el intimismo de una historia tan bien contada como Almas en pena de Inisherin (The Banshees of Inisherin, en su título original).
Sin novedad en el frente ganó la estatuilla más importante de la noche, el premio a la mejor película. Obtuvo además el de mejor película de habla no inglesa; el de mejor dirección, para el alemán Edward Berger; y los de mejor guion adaptado, fotografía, banda sonora y Sonido.
No lograron estatuilla ninguno de los protagonistas de Almas en pena de Inisherin, Colin Farrell y Brendan Gleeson, aunque su presencia se dejó notar a lo largo de toda la ceremonia, y las cámaras de la BBC persiguieron cada una de sus reacciones. La descomposición inesperada de la amistad entre dos hombres, uno simplón y buena persona, el otro sombrío y atormentado, en una isla del oeste de Irlanda a principios del siglo pasado, ha cautivado a la inmensa mayoría de los críticos cinematográficos. La belleza del paisaje es lo único previsible, aunque igualmente arrebatador, en un filme intimista que huye de los tópicos irlandeses —la guerra civil entre el Gobierno provisional partidario del tratado con el Imperio Británico y los republicanos del IRA contrarios al tratado solo está presente en los cañonazos que llegan desde la isla principal—. Su director, el angloirlandés Martin McDonagh, conocido ya por películas igual de originales como Escondidos en Brujas, o Tres anuncios en las afueras, acudió acompañado de su pareja, la guionista y actriz Phoebe Waller-Bridge. Juntos suponen dos de los talentos más creativos de la escena anglosajona.
Almas en pena de Inisherin se hizo con el premio a la mejor película británica y mejor guion original. Los Bafta optaron por premiar a sus dos actores secundarios —actriz y actor—, cuyas interpretaciones son fundamentales en una cinta que tiene algo de coral. Kerry Condon, en el largometraje la mujer lectora que sueña con huir de la isla, y Barry Keoghan, en el papel del joven que sufre las palizas diarias de su padre policía, se hicieron con dos de los premios más prestigiosos.
Mejor actriz y actor
No hubo sorpresa en el caso del premio a mejor actriz, que fue para Cate Blanchett como la compositora/directora ficticia de música clásica, Lydia Tár, en la película germanoestadounidense del mismo nombre, Tár, dirigida por Todd Field. Más sorprendente, no tanto por su interpretación del rey del rock, que ha generado entusiasmo en la industria cinematográfica, como por el hecho de que no estaba entre las principales apuestas de la noche, ha sido el premio al mejor actor para Austin Butler en la película Elvis. El filme, otro de los grandes triunfadores en el Royal Festive Hall del londinense Southbank Centre, se ha hecho además con las estatuillas a mejor casting, vestuario y maquillaje.
El galardón a la mejor película de animación ha sido para el mexicano Guillermo del Toro por el film Pinocho de Guillermo del Toro. El de mejor documental ha recaído en Navalny, que cuenta la batalla personal contra el régimen de Vladimir Putin de uno de sus más fieros opositores en los últimos años.
Finalmente, el Premio Fellowship, en homenaje a la tarea de algún profesional de la industria ampliamente reconocido, ha sido para la diseñadora de vestuario británica, Sandy Powell, a quien elogiaba el director Martin Scorsese a través de un video grabado en la distancia. El primer trabajo de Powell para Scorsese fue en la película Gangs of New York (Bandas de Nueva York).
El Premio a la Estrella Emergente, que eligen los espectadores, recayó en la francobritánica Emma Mackey,
Recuerdo a la reina
Los príncipes de Gales, Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton, sentados en primera fila, han podido escuchar el homenaje que Helen Mirren, protagonista en su día de la ya clásica The Queen (La reina), sobre el modo en que reaccionó la monarca británica al fallecimiento en París de Lady Di, ha rendido homenaje a Isabel II, fallecida el pasado septiembre. “Majestad, usted fue la estrella principal de la nación. En nombre de la Academia, le damos las gracias por todo lo que hizo por la industria del cine y la televisión”, decía Mirren.
La ceremonia ha sido presentada por el actor y presentador Richard E. Grant y por la popular presentadora Alison Hammond, con un guion políticamente correcto, a ratos ciertamente soso, pero impecable en el respeto de los tiempos, y sin permitir que nadie resultara ofendido.
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