El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, se ha referido a los supermercados Carrefour en términos muy duros este lunes después de que dos clientes negros acusaran a la empresa de haberles tratado de manera racista este fin de semana en sendos comercios de São Paulo y Curitiba (Paraná). “Tenemos que decirle a la dirección de Carrefour: si quieren hacer esto en su país de origen [Francia], que lo hagan, pero en este país no admitiremos el racismo”, ha proclamado el mandatario en la reunión con todo su Gabinete con motivo de los 100 primeros días de su mandato.
Llueve sobre mojado porque son múltiples las denuncias contra la empresa por incidentes racistas. El caso mas grave ocurrió en 2020. Dos guardas blancos mataron de una paliza a un cliente negro en una tienda de Porto Alegre, en el Brasil más blanco, en 2020. Como ocurrió la víspera del Día de la Conciencia Negra, la repercusión resultó amplificada.
En ninguno de estos dos casos reconoce ahora la empresa una actitud racista. Solo admite que una empleada, ya despedida, faltó al respeto este fin de semana a un cliente negro en un comercio de una de las zonas más exclusivas de São Paulo, Alphaville, una urbanización cerrada. La cajera del Carrefour se negó a atenderle, pero sí procesó la compra de la siguiente clienta, que era blanca. La víctima, Vinícius de Paula, esposo de una jugadora de voleibol bicampeona olímpica e hijo de un cantante famoso, denunció el caso en redes y anunció una denuncia ante la policía. “Si Carrefour no fuera una empresa con antecedentes racistas, diría que simplemente fue una situación inusual”, explicó después De Paula.
Su queja se sumaba a otro caso en el que la empresa no admite que hubiera un comportamiento racista por parte de sus empleados. Lula ha descrito brevemente lo ocurrido a una clienta en un supermercado Atacadão, que pertenece a Carrefour, en Curitiba. Isabel Oliveira, actriz y profesora, negra, se presentó a hacer la compra en bragas y sujetador, mientras su marido grababa con el móvil, en protesta por haber sido “tratada como una marginal” por un guarda de seguridad que, antes, la siguió por los pasillos durante media hora como si temiera que fuera a robar. La empresa sostiene que ha revisado las grabaciones y no constata ninguna actitud indebida.
La clienta sostiene en el vídeo que difundió redes con su denuncia que va a tener que ir semidesnuda a la compra para evitar ser tratada como una sospechosa.
Carrefour ha informado de que inmediatamente despidió a la cajera que no atendió al cliente de São Paulo y ha recordado que en los últimos dos años (desde el asesinato del cliente en Porto Alegre) ha invertido 115 millones de reales (23 millones de dólares) en combatir el racismo estructural con especial énfasis en la educación. “Todos nuestros empleados están siendo constantemente formados para tener una postura antirracista”, asegura en una nota.
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