El caso de María Ángela, la menor que fue reportada como desaparecida en Indios Verdes, sigue dejando más dudas que certezas. La contradicción de los relatos entre las autoridades deja un agujero negro sobre qué pasó unas horas antes de ser localizada con vida. La chica se esfumó frente a los ojos de cientos de personas mientras su madre entraba a unos baños públicos que hay junto al Metrobús. Ante la angustia, la familia se movilizó desde ese día para exigir la aparición de la chica. Cortaron el tráfico, movieron su rostro en redes sociales y captaron la atención de todos los noticieros. Dos días más tarde, la adolescente fue encontrada por agentes de tránsito en un terreno baldío de Ciudad Nezahualcóyotl, maniatada y claramente desorientada, según la versión policial.
La Fiscalía de Ciudad de México hizo pública una investigación que explica, en parte, dónde estuvo la menor entre la tarde del jueves 19 y la mañana del sábado 21 de enero, sin embargo, quedan varios cabos sueltos que las autoridades todavía no han logrado explicar. Mientras la Fiscalía asegura que la chica se marchó de Indios Verdes por su propia voluntad y no fue víctima de un delito, las autoridades de Neza confirman a este periódico las condiciones de vulnerabilidad en las que fue hallada la menor. Las autoridades capitalinas han solicitado la declaración de los agentes de policía que auxiliaron a la adolescente y que hasta el momento no estaba en la carpeta de investigación. Mientras tanto, el ‘caso Indios Verdes’ ha provocado un debate en México sobre la crisis de las desapariciones en el país, la revictimización y los límites de la ética periodística.
El campamento de Bellas Artes
De acuerdo a la explicación que da la Fiscalía, la chica dejó Indios Verdes y llegó sobre las 18.00 horas al centro histórico a pedir ayuda a un colectivo feminista ―o colectiva, como prefieren ser llamadas― que suele ubicarse cerca del palacio de Bellas Artes. Las integrantes del grupo Fénix Libertas acogieron a la muchacha y le ofrecieron un lugar donde pasar la noche. “Llegó solicitando apoyo, ayuda y protección”, ha explicado la directora de la colectiva. El grupo dice que dieron aviso a la Secretaría de las Mujeres de que la menor estaba con ellas, pero nunca recibieron respuesta. La directora asegura que nunca habían visto a la adolescente hasta ese momento y que estaba sola cuando llegó al campamento. La mujer comenta que una de las integrantes acogió a la muchacha en su casa para que pasara la noche del jueves y del viernes. El viernes 20 en la noche, la ficha de búsqueda de la chica llegó a grupo y le dieron difusión. La directora de Fénix Libertas explica que el sábado en la mañana la adolescente volvió con ellas a Bellas Artes y, después de un rato, ya no pudieron localizarla. El grupo se dedica a ofrecer un espacio seguro a cualquier mujer que lo solicite. Se desconocen las razones que tuvo la menor para llegar hasta ellas. “Lo que nos contó se mantiene en la carpeta de la Fiscalía”, puntualiza la directora.
La sudadera roja
La versión de la Fiscalía incluye la publicación de unas imágenes donde se ve a la chica vestida con una sudadera roja caminando junto a otra mujer. Sin embargo, la ropa que lleva no se corresponde con la que aparece en su ficha de búsqueda. La madre de la estudiante explicó que vestía una playera de color gris con letras azules cuando desapareció. Las integrantes de la colectiva aseguran a este diario que ellas no le proporcionaron la sudadera, varias tallas grande, con la que aparece en las imágenes.
La Cámara del C5
Durante las primeras horas de ausencia, los padres de la menor tuvieron acceso a imágenes de una cámara del C5 que apunta hacia el lugar en el que desapareció la chica. En ellas, y siempre según su relato, se ve cómo un hombre se para junto a la chica. “Se ve cómo alguien se le acerca y se la lleva. Es un hombre”, explicaba la madre. “Sale de entre los puestos y se la lleva”, reiteraba el padre. La Fiscalía capitalina no hizo ninguna mención a estas imágenes en su comunicado y tampoco ha aclarado la identidad del hombre. Desde las primeras horas de su desaparición los padres de la joven denunciaron que su hija no se había ido por voluntad propia. La madre explicaba que alcanzó a escuchar cómo la chica le gritaba: “¡Amá!” desde el exterior antes de desaparecer. Todo sucedió entre las 17.20 y las 17.30 de la tarde del jueves. Se desconoce cómo llegó hasta Bellas Artes. Según el relato de la colectiva, la chica apareció allí a las 18.00 horas. Sin embargo, las autoridades no han presentado más imágenes de Indios Verdes en las que se vea a la joven. Sí mostraron un mapa en el que se hizo un seguimiento de su teléfono móvil a través de geolocalización.
El terreno baldío de Nezahualcóyotl
La estudiante apareció a casi 30 kilómetros de Indios Verdes. En un terreno baldío de la colonia Las Águilas, en Ciudad Nezahualcóyotl, en el cruce de Avenida de las Torres y Avenida Doce. Siempre de acuerdo al testimonio de la policía municipal y las autoridades del lugar, la chica estaba atada de pies y manos con unas agujetas, cubierta con un plástico y se mostraba claramente desorientada. Unas tres horas y media después de que las mujeres de la colectiva le perdieran el rastro.
¿Dónde estuvo la menor?
Una de las principales incógnitas del caso es dónde estuvo la adolescente entre el mediodía y la tarde del sábado 21 de enero. “Durante su estancia en el campamento, la joven refirió a una de las integrantes que tenía la intención de visitar a una persona en un domicilio localizado en Nezahualcóyotl”, han señalado las autoridades de la capital. También aseguraron que tras perderla de vista, una integrante del colectivo recibió un mensaje de un celular desconocido donde supuestamente “la menor informaba de que se encontraba bien”. El teléfono, dice la Fiscalía, era de una “encargada de un establecimiento” que la joven pidió prestado para comunicarse con la persona del colectivo. El relato de las autoridades capitalinas llega hasta ese momento y concluyen que la chica llegó al lugar donde fue hallada “por su propio pie”. No se da cuenta en ese reporte las condiciones en las que fue localizada con vida. La prensa local, de acuerdo al testimonio de vecinos de la zona, apunta a que fue en torno a las 16.00 horas.
El ‘caso Indios Verdes’ ha reavivado el debate sobre dónde trazar la delgada línea que existe entre el interés periodístico, el morbo, la revictimización de las personas implicadas en un caso y el interés genuino de la sociedad de presionar a las autoridades. ¿Hasta dónde llegar en un país en el que la violencia machista rebasa a la justicia, la impunidad es del 95% y existen más de 100.000 desaparecidos?
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