La historia de amor de Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 86 años) y Patricia Llosa Urquidi (Cochabamba, Bolivia, 77 años) comenzó y termina en París. El escritor ha invitado a su exmujer a su ceremonia de ingreso en la Academia Francesa, que se celebrará este jueves 9 de febrero en la ciudad de la luz, y ella ha confirmado su asistencia, según ha podido saber EL PAÍS. En la mañana de este martes la prensa la grababa saliendo de la casa del escritor en Madrid, y por la tarde ambos ya estaban junto a sus tres hijos para celebrar el cumpleaños de su nieta Anaís Reich en la casa del premio Nobel en la capital francesa. La presencia de Patricia Llosa en el acto, junto a la del rey Juan Carlos, eleva todavía más el interés en torno a uno de los acontecimientos literarios y sociales más destacados del invierno parisiense. También es la confirmación de que el autor y quien fuera su esposa durante medio siglo han retomado el contacto tras un paréntesis de casi ocho años. La pareja se separó en 2015, cuando el literato comenzó su relación con Isabel Preysler, a la que pusieron fin el pasado mes de diciembre.
Para el entorno del autor de La guerra del fin del mundo, La fiesta del Chivo y Conversación en La Catedral este reencuentro en la capital francesa es el colofón de una historia que comenzó hace más de seis décadas en esa misma ciudad. Mario y Patricia coincidieron allí en 1961 y ese fue el germen de un amor con tintes novelescos. Él, con 25 años, estaba terminando de escribir su ópera prima literaria, La ciudad y los perros, y ella, con solo 16, estaba realizando unos cursos de cultura francesa en La Sorbona. El escritor, que entonces estaba casado con su tía, Julia Urquidi, acogió a sus primas, Patricia y Wanda Llosa, durante un año. Los cuatro vivieron juntos en la zona de la Escuela Militar, en el Campo de Marte, y en la Rue de Tournon, a metros de los Jardines de Luxemburgo. Menos de tres años después, Vargas Llosa se separó de la tía Julia para casarse con la prima Patricita. Sus primeros años de matrimonio transcurrieron en París, donde entablaron amistad con el escritor y diplomático chileno Jorge Edwards, el narrador limeño Julio Ramón Ribeyro, el guerrillero Pablo Escobar e integrantes de la gauche divine latinoamericana de la época.
“Fue Mario quien tomó la iniciativa de invitar a Patricia al evento de su incorporación a la Academia Francesa. Le pareció lógico y justo que la persona que ha estado a su lado prácticamente durante toda su carrera literaria estuviera allí presente”, explican miembros de la familia del escritor. “Ella estuvo en la entrega del premio Nobel en 2010 y ahora está en París”, añaden las mismas fuentes. En su discurso de aceptación del Nobel en Estocolmo, Vargas Llosa dedicó emotivas palabras a su entonces esposa. “Ella hace todo y todo lo hace bien”, dijo entre lágrimas. “Administra la economía, pone orden en el caos, mantiene a raya a los periodistas y a los intrusos, defiende mi tiempo, decide las citas y los viajes, hace y deshace las maletas y es tan generosa que, hasta cuando cree que me riñe, me hace el mejor de los elogios: ‘Mario, para lo único que tú sirves es para escribir”, pronunció con la voz quebrada. Doce años después de ese discurso, “la prima de nariz respingada y carácter indomable” ha vuelto a la vida de Vargas Llosa.
El reencuentro en París ha propiciado la primera reunión en ocho años de “la tribu”, que es como se hacen llamar los Vargas Llosa. Los tres hijos del matrimonio, Álvaro, Gonzalo y Morgana, y algunos de sus nietos y otros familiares y amigos han viajado hasta la ciudad para asistir a los actos de la Academia Francesa. En septiembre del año pasado, el escritor y su exmujer se vieron durante media hora en Lima. El autor de Travesuras de la niña mala, que entonces seguía viviendo con Isabel Preysler en Madrid, viajó a Perú para documentarse para su nueva novela y quiso visitar su antigua biblioteca. Su exesposa lo recibió en la casa que compartieron durante décadas. Ese fue su primer contacto en casi ocho años, un momento que su hijo Álvaro compartió en sus redes sociales. Ahora están disfrutando de tiempo juntos en París, donde, según su familia, en sus primeras horas en la ciudad han tenido ocasión de recordar anécdotas sobre sus primeros años de matrimonio: los conciertos de Édith Piaf, Georges Brassens y Léo Ferré, y las cenas con otros intelectuales en restaurantes emblemáticos como La Coupole y À La Petite Chaise. Según ha podido saber EL PAÍS, este viernes el presidente francés Emmanuel Macron tiene previsto dar una cena en honor de Vargas Llosa en el palacio del Elíseo, a la que también está invitado el rey Juan Carlos.
Postales de 2022. Hace 3 meses. Viaje de investigación al norte del Perú y revisión con mis padres de lo que queda de la biblioteca en Lima (el resto está en Arequipa). 1/2 pic.twitter.com/alnUIp1m7n
— Álvaro Vargas Llosa (@AlvaroVargasLl) January 8, 2023
La semana pasada, antes de viajar a la capital francesa, el escritor peruano y Patricia Llosa ya reunieron a parte de su familia en Madrid. Ella se alojó en un apartamento muy cerca del piso del premio Nobel, en la calle de la Flora, donde el literato, rodeado de sus cientos de libros, ha estado volcado en la preparación de su discurso para la incorporación a la Academia Francesa, el primer escritor, desde la fundación de la institución en 1634 por el cardenal Richelieu, que lo hace sin obra original en francés. “Ese es su mundo y está claro que allí es donde se siente más cómodo”, indican sus allegados. El autor también aprovechó estos últimos días en la capital española para ponerse al día con su exmujer y sus hijos. Pasearon, salieron a comer y fueron al Naves Teatro Español a ver la obra Amistad, de Juan Mayorga, una comedia que cuenta la historia de unos amigos que lo son desde niños y que vuelven a reunirse para disfrutar de un último juego.
A pesar de la persecución mediática, Mario Vargas Llosa y Patricia Llosa no se han escondido ni han tenido miedo a que se los vea juntos. “El reencuentro se ha dado de manera natural y espontánea. Creo que era de esperar. Han estado casados durante 50 años, tienen tres hijos y seis nietos en común, y siguen compartiendo intereses e inquietudes culturales e intelectuales”, apuntan miembros de su familia. También señalan que han hablado de libros, de política y de los últimos estrenos en el cine. A pesar de haber estado separados durante los últimos ocho años, cuando están en Madrid, continúan leyendo los mismos tres periódicos y han retomado el hábito de comentar las noticias y la actualidad. “El hecho de que no tengan ningún reparo a ser vistos juntos en público dice mucho”, concluyen. Pasada su estancia en París, Vargas Llosa y su exesposa tienen previsto volver a verse el próximo mes de marzo para la boda de su nieta, Josefina Vargas Llosa.
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