Marruecos pospone la apertura de las aduanas con Ceuta y Melilla hasta después de la cumbre de Rabat | España

Marruecos ha pospuesto hasta después de la Reunión de Alto Nivel (RAN) que se celebrará en Rabat los días 1 y 2 de febrero la apertura de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla. El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, había anunciado reiteradamente que el paso terrestre de mercancías tendría lugar “en enero”, antes de la cumbre bilateral de Rabat, según lo previsto en la hoja de ruta hispano-marroquí pactada el 7 de abril con motivo de la reunión entre el presidente Pedro Sánchez y Mohamed VI. Fuentes de la Agencia Tributaria indicaron hace 10 días a EL PAÍS que, por parte española, todo estaba listo para abrirlas “en cualquier momento”, y desde otras fuentes gubernamentales se señaló un día concreto: el 25 de enero, es decir, el miércoles.

Sin embargo, el martes, un día después de que se reuniera una comisión técnica hispano-marroquí, Albares ya no habló de plena apertura de la aduana, sino de un “primer paso de mercancías” antes de la reunión de alto nivel. Eso es lo que ha tenido lugar este viernes en la frontera de Ceuta: una prueba piloto y experimental. Una furgoneta cargada con productos de higiene personal ha cruzado a Marruecos por el paso de El Tarajal. A la prueba ha asistido el delegado del Gobierno en Ceuta, Rafael García, y los máximos responsables de aduanas y la Agencia Tributaria en la ciudad, pero no los medios de comunicación, a los que no se les había informado previamente

El Ministerio de Exteriores ha difundido en la tarde de este viernes unas declaraciones de García en las que este asegura que se trata del “primer paso” para que Ceuta tenga una aduana, “algo inédito hasta la fecha y que supone un hito histórico en las relaciones entre los dos países”. Según García, esta prueba piloto permitirá conocer la capacidad de respuesta de los dos países y las necesidades en materia de personal e infraestructura, para adaptarse “cuanto antes” a “una nueva normalidad”, que deje atrás definitivamente el llamado comercio atípico (contrabando) que regía las relaciones comerciales de Ceuta con su entorno marroquí.

La prueba de este viernes no tendrá de momento continuidad, ya que sus resultados se llevarán a la cumbre de la semana próxima en Rabat y será ahí, según García, donde “se diseñará un calendario que permita el comercio entre los dos países con todas las garantías”.

La apertura de la aduana queda así pendiente de la cumbre que reunirá al presidente español, Pedro Sánchez, y su homólogo marroquí, Aziz Ajanuch, con una docena de ministros de ambos gobiernos, entre los que no habrá ninguno de Unidas Podemos. Ceuta no ha tenido nunca una aduana con Marruecos, por lo que ha habido que crear las instalaciones, que de momento se reducen a una oficina prefabricada de la Agencia Tributaria en la frontera y un punto de control sanitario de productos frescos en el puerto. En cambio, Melilla cuenta con dependencias aduaneras en el paso de Beni Enzar (aunque el paso legal de mercancías fue cortado sin previo aviso por Marruecos en agosto de 2018), por lo que no ha necesitado acometer obras en la frontera. Un transportista con una carga de aluminio ha sido el primero en cruzarlo este viernes, después de cuatro años y medio cerrado.

Aunque Exteriores ha asegurado que “ha concluido con éxito la prueba para la apertura comercial de la aduana de Ceuta y Melilla”, no hay fecha para que comience el tránsito ordinario de mercancía, por lo que este asunto estará sobre la mesa de la reunión de alto nivel, cuando España pretendía llegar a ella con el tema ya superado.

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Fuentes diplomáticas han subrayado que, aunque haya sido en pruebas, las autoridades marroquíes han realizado sus propios controles al otro lado de la frontera, lo que supone que la aduana ya existe, ha funcionado y ha sido reconocida por las dos partes.

Respecto al tránsito de personas, el 17 de mayo se reabrió el paso entre Ceuta y Melilla y Marruecos para ciudadanos de la UE y del espacio Schengen; y el 31 del mismo mes, para trabajadores transfronterizos legalizados. Pero el mayor cruce de viajeros se produjo con la Operación Paso del Estrecho que, tras dos años de suspensión, se reanudó en verano.

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