Mavi García: “No he preparado la Vuelta, pero me gustan un par de etapas” | Deportes

Mavi García, en 2022.
Mavi García, en 2022.FRANCISCO UBILLA

No llegan a los 40 años. Son incluso más jóvenes que algunas de sus corredoras. Acaban de bajarse de la bicicleta. Dirigidas toda su carrera por hombres, han decidido dar el salto al volante de los coches y transformar el paisaje del ciclismo femenino. Son las directoras de las campeonas. A Demi Vollering, la mejor del año, la guía en el SD Worx, el mejor equipo del mundo, Anna van de Breggen, neerlandesa de 33 años, siete victorias en la Flecha, dos Liejas, cuatro Giros, dos veces campeona del mundo, un oro olímpico. A Ane Santesteban la guipuzcoana de Errenteria, de 32 años, que lidera en la Vuelta el equipo australiano Jayco, la dirige Megan Chard, exciclista británica, de 25 años. Y Giorgia Bronzini, de 39 años, dos veces campeona del mundo, un Tour femenino también, es la jefa en el Liv, el equipo neerlandés que ha fichado como líder a Mavi García, de 39 años, la mejor ciclista española.

“Nunca había estado con una directora, siempre había estado con directores, pero al final tampoco creo que todo se base en que sea femenino o masculino”, dice la ciclista mallorquina, cuatro veces campeona de España, tanto contrarreloj como en fondo. “Yo me vine al Liv por Giorgia Bronzini, porque estaba ella, porque había hablado con ella varias veces y me explicó cómo trabajaba, y era algo que me faltaba un poco con un director. Y ella tenía muchas ganas de que viniera. Se nota mucho que ha sido corredora, y además una corredora inteligente. Sabe hacer muy bien las tácticas de carrera, sabe motivar muy bien a las chicas, sabe estar cerca de nosotras. Me gusta mucho cómo trabaja, pero es eso. Al margen, creo, de que sea mujer u hombre, es por sus conocimientos, por lo que ha vivido y por cómo nos trata”.

En el Giro pasado, Mavi García, siempre campeona de España, subió al podio, tercera en la victoria de la intratable Annemiek van Vleuten. En el Tour, la desgracia y las caídas acabaron con sus esperanzas. Siguiendo la lógica histórica, debería llegar a la primera Vuelta, a las montañas que tan bien se le dan, con ánimo vengador, afán de demostración. No. Una de las más sólidas y regulares en carreras por etapas, la mallorquina, de 39 años, que debería ser, aparte de la mejor española, la tercera en discordia en la prevista lucha Demi Vollering-Annemiek van Vleuten, llega con las ilusiones contadas. No cuenten con ella para pelearla, aunque sí con su opinión. “Quizás Van Vleuten ha bajado un poco el nivel, pero, sinceramente, Vollering está muy fuerte y está corriendo superbién, no falla, corre inteligente, se mueve cuando se tiene que mover… Y con la condición que tiene lo gana todo”.

Cuestión de fechas. La Vuelta española comienza justo ocho días después de la última gran clásica, la Lieja, que marca tradicionalmente el fin de la primavera. “En realidad, en las Ardenas esperaba algo mejor”, dice García. “Sobre todo en Lieja [20ª; cuarta en la Flecha, 16ª en la Amstel], pero, bueno, las cosas salen como salen. Las carreras son muy difíciles y a veces no sale reflejado cómo estás realmente. Estoy fuerte, estoy bien, pero este año no he puesto la Vuelta como objetivo principal, ya que estábamos más enfocadas en el Liv a hacer bien las Ardenas”, dice García. “Pero supongo que todas las demás también estarán un poco igual porque al final el tipo de entrenamiento para hacer las clásicas es totalmente diferente al de después cuando ya prepararé las vueltas más largas como Giro y Tour. Este año esa preparación para la Vuelta no la tengo, y al saber que eso era así, tampoco llevamos el mejor equipo”. Con los hombres ocurría algo similar hasta 1995, cuando la Vuelta masculina comenzaba en las mismas fechas, la última semana de abril. Ni las figuras españolas podían, así, disputar las grandes clásicas ni muchos campeones de un día competían en la Vuelta. “Pero, bueno, hay un par de etapas que me gustan mucho”, dice la campeona mallorquina de una carrera en la que los días más duros serán las tres últimas, viernes, sábado y domingo, la llegada al Mirador de Peñas Llanas, en Riaza (Segovia), la costa y el interior cántabros, de Castro a Laredo, y la llegada final a la cima de Lagos. “En España busco hacerlo lo mejor posible, y a ver qué puede pasar”.

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