Mes y medio de sanción por el robo de dos pistolas en el centro policial más vigilado de España | España

Imagen del patio principal del Complejo Policial de Canillas, en Madrid, durante el acto de incorporación de un millar de agentes celebrada en 2009.
Imagen del patio principal del Complejo Policial de Canillas, en Madrid, durante el acto de incorporación de un millar de agentes celebrada en 2009.Emilio Naranjo (EFE)

El Ministerio del Interior ha impuesto una sanción de mes y medio de suspensión de funciones como autores de una falta grave a dos de los cuatro policías a los que expedientó el pasado junio por no detectar la entrada en la considerada instalación policial más vigilada de España, el complejo de la Policía Nacional de Canillas (Madrid), de un menor que sustrajo dos pistolas, munición y diversos efectos policiales. Los otros dos agentes expedientados han recibido castigos menores, de 20 y tres días respectivamente, según se recoge en documentos internos del Ministerio del Interior a los que ha tenido acceso EL PAÍS. Los cuatro agentes están a la espera de recibir la notificación oficial de las sanciones para comenzar a cumplirla, detallan varias fuentes sindicales.

Los hechos que han desembocado en las sanciones a los cuatro policías —que supone la pérdida de empleo y sueldo durante el tiempo de la sanción—, se produjeron el 12 de junio del año pasado. Según ha revelado la investigación interna, ese domingo, un joven de 17 años saltó a plena luz de día el muro que rodea la principal sede operativa de la Policía Nacional, donde tienen sus dependencias, repartidas en diferentes edificios, la mayoría de las comisarías generales y las unidades especializadas, entre ellas las encargadas de la lucha contra el crimen organizado y contra el terrorismo. A pesar de que el recinto cuenta con importantes medidas de seguridad tanto en su perímetro como en su interior y el acceso está muy restringido, el menor deambuló por el lugar sin ocultarse y, posteriormente, se coló en uno de los edificios por la ventana. Una vez dentro, forzó varias taquillas y sustrajo dos pistolas y otros objetos. Todo ello sin ser detectado. Más tarde, abandonó el lugar tras salvar de nuevo el muro.

El robo no fue conocido hasta que horas después, en otro barrio de Madrid situado a 10 kilómetros de distancia, una patrulla policial detuvo al joven cuando iba exhibiendo una de las armas sustraídas por la calle. En el posterior registro de su domicilio se localizó la otra pistola. Al comprobar el número de serie de una de ellas, los agentes que lo habían arrestado descubrieron que una policía figuraba como titular, por lo que se pusieron en contacto telefónico con ella. La agente aseguró a sus compañeros que no tenía constancia del robo y que ella había dejado su arma bajo llave en una taquilla del complejo policial de Canillas, donde estaba destinada. Fue entonces, tras ser avisados, cuando los responsables de seguridad del complejo policial revisaron las imágenes del circuito cerrado de televisión y descubrieron lo sucedido.

F. S. P. y A. C. R., los dos policías que ahora han recibido las mayores sanciones por el suceso, estaban destinados aquel domingo, precisamente, en la sala del recinto policial en las que se visionan en tiempo real las imágenes de las cámaras de seguridad. Según recoge el expediente 190/2022 de la Unidad de Régimen Disciplinario, los dos agentes no detectaron la presencia del menor pese a que el mismo estuvo “paseándose a la vista de las cámaras que debían vigilar, llegando a exhibir bajo el control de los monitores de seguridad dos pistolas que había logrado sustraer“. El documento añade que, cuando el joven saltó el muro para abandonar el recinto, se activaron “las señales visuales de alarma” por la intrusión sin que, a pesar de ello, los agentes se dieran cuenta. Por todo ello, Interior considera a ambos autores de una falta grave del artículo 8, apartado X, del Régimen Disciplinario de la Policía, que castiga “la infracción de deberes u obligaciones inherentes al cargo o a la función policial, cuando se produzcan de forma grave y manifiesta”, y les impone a cada uno un mes y 15 días de suspensión de funciones.

También ha sido sancionada por el mismo artículo la oficiala V. F. P., que aquel día era la jefa de seguridad del recinto en el turno de tarde. El expediente detalla que, en su caso, uno de los agentes a sus órdenes se incorporó con retraso al turno, “lo que obligó a comenzar el mismo con un funcionario menos”. Fue en ese momento cuando se coló en el recinto el menor. Interior concluye que esta policía también es autora de una falta grave porque “no se interesó por los motivos del retraso del funcionario, ni le pidió explicaciones, no dando cuenta de ese hecho a la superioridad”. No obstante, en su caso la sanción es menor: 20 días de suspensión de funciones. El cuarto agente, el también oficial J. M. S., es el que ha recibido la sanción más baja, tres días, al considerar el ministerio que su actuación solo es merecedora de un reproche leve. El expediente detalla que, como jefe del turno de mañana de la seguridad del complejo, “no se aseguró de que se realizaban las patrullas que estaban ordenadas”.

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