Meta, compañía propietaria de Facebook e Instagram, ha anunciado este miércoles que levantará “en las próximas semanas” el veto a Donald Trump. El expresidente estaba proscrito de ambas redes sociales desde hace algo más de dos años, como consecuencia del ataque al Capitolio y también de su comportamiento durante las semanas que mediaron entre las elecciones presidenciales, que perdió frente a Joe Biden, y el 6 de enero de 2021, negra jornada para la democracia estadounidense en la que una turba de sus seguidores asaltó el Congreso al término de uno de sus mítines en Washington para interrumpir el pacífico traspaso de poder.
“Nuestro convencimiento es que el riesgo [que representaba Trump] ha disminuido lo suficiente”, ha dicho en un post en el blog de Meta su presidente de Asuntos Globales, Nick Clegg. “Por ese motivo, restableceremos las cuentas de Facebook e Instagram de Trump en las próximas semanas. Esa decisión la acompañaremos con nuevas medidas de protección para disuadirle de repetir su comportamiento”.
Antes de que le cerraran la puerta, Trump tenía la cuenta con más seguidores de Facebook: 34 millones, por los 23 que acumulaba en Instagram.
De Twitter, plataforma en la que se ganó a pulso durante su presidencia el apelativo de “tuitero en jefe”, también lo echaron, pero en ese club ya lo habían vuelto a admitir a finales del año, después de que el magnate Elon Musk comprara la red social. De momento, el expresidente no ha vuelto a emplear uno de sus altavoces favoritos: siguiendo a su expulsión de Twitter, este creó su propia red social, Truth Social. Con esta última le une un contrato de exclusividad, que le obliga a compartir sus mensajes al menos durante seis horas antes de correr a hacerlo en otros lugares. Además, invirtió en ella, y todo invita a pensar que si dejara de emplearla de la manera en la que lo ha hecho hasta ahora, el valor de la empresa se hundiría irremediablemente.
“El público debería poder escuchar lo que dicen sus políticos, lo bueno, lo malo y lo feo, para que puedan tomar decisiones informadas en las urnas”, añadió este miércoles en su comunicado Clegg, que fue viceprimer ministro del Reino Unido en los tiempos de David Cameron en Downing Street. “Pero eso no significa que no haya límites para lo que la gente puede decir en nuestra plataforma. Cuando existe un riesgo claro de daño en el mundo real, una barra deliberadamente alta para que Meta intervenga en el discurso público, actuamos”.
No está claro si Trump, que en noviembre anunció su tercera candidatura a la Casa Blanca para las elecciones de 2024, piensa recuperar su actividad en Facebook e Instagram, poderosas plataformas para difundir sus mensajes en campaña. Los términos de su contrato de exclusividad con Truth Social, recogidos en un documento registrado en la Comisión de Valores y Bolsa (SEC son sus siglas en inglés), incluyen una salvedad para los casos en que los mensajes tengan que ver con la recaudación de fondos o con iniciativas para promover el voto.
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En el post de este miércoles, Clegg prometió que el protocolo actualizado de Meta está listo para evitar “el tipo de riesgo que se materializó el 6 de enero”. “Podemos limitar la distribución de esas publicaciones [de contenido peligroso] y, en caso de reiteración, podemos restringir temporalmente el acceso a nuestras herramientas publicitarias. Este paso significaría que el contenido permanecería visible en la cuenta de Trump pero no se distribuiría a los usuarios, tampoco a aquellos que sigan a Trump. También podemos eliminar el botón para compartir de dichas publicaciones, y podemos evitar que se recomienden o se publiquen como anuncios”, añadió.
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