Un escuadrón de nadadoras ha dado una nueva proeza al deporte en México. El equipo de natación artística logró lo que nunca había ocurrido: ganar una presea dorada en la Copa del Mundo, en Egipto. Las mexicanas Regina Alferez, María Fernanda Arellano, Daniela Estrada, Itzamary González, Glenda Inzunza, Luisa Rodríguez, Jessica Sobrino y Pamela Nuzhet se acercaron a la perfección, según los criterios de los jueces, para superar a los conjuntos de Italia, Francia y Australia en la prueba de técnica mixta.
Las mexicanas saltaron a la alberca vestidas con un verde chillante y una de las canciones emblema de Queen, Don’t stop me now. La coordinación bajo el agua, la sonrisa casi eterna y la precisión hicieron que fueran bien valoradas en cuanto a la dificultad de la rutina, el impacto artístico y su ejecución. Las ocho deportistas obtuvieron 270.1584 puntos, los cuales superaron los 268.8417 de las italianas y los 253.5312 de las francesas. Las mexicanas estuvieron guiadas por dos grandes referentes de su país: Nuria Diosdado y Joana Jiménez, quienes marcaron un hito al clasificarse a las finales de nado sincronizado durante los Juegos Olímpicos de Tokio. La dupla Diosdado-Jiménez terminaron en el duodécimo lugar del mundo, la mejor marca para las nadadoras latinoamericanas en aquella edición.
El asunto de los apoyos económicos ha sido un loop infinito en el deporte mexicano. Para que la delegación mexicana pudiera costearse el viaje y estancia en Egipto, las nadadoras dejaron de tocar la puerta del Gobierno, a través de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), y de la Federación de Natación. Esta institución vive años de turbulencia tras la gestión de Kiril Todorov, quien hace una semana fue vinculado a proceso por malversación de fondos. Ante tanto caos, las nadadoras encontraron cobijo en la empresa del mayor magnate mexicano, Carlos Slim, quien les apoyó. La delegación mexicana en la ciudad de Hurghada está integrada por 10 nadadoras, un nadador, dos entrenadoras y un médico especializado en rehabilitación. Las mexicanas, ante una cima de gastos, pusieron a la venta una toalla conmemorativa de México en internet, que aún cuesta 415 pesos, donde las ganancias eran para apoyar a la selección de natación artística. A esto se le sumó otra campaña para vender trajes de baño con diseño de mariposa para poder costearse los días de competencia.
Hace un mes, el equipo de ciclismo de pista femenino ganó una medalla de oro en el mundial, y, como el caso de las sirenas mexicanas, estuvieron huérfanas de apoyos económicos por parte de ingresos del Gobierno. Ambos logros deportivos, de los pocos que puede contar México, no encontraron eco en los despachos de la Conade, que preside la exatleta Ana Gabriela Guevara, ni fueron celebrados por la institución. Los triunfos los mexicanos, labrados muchas veces por el tesón propio y no por una estrategia de Estado, dan una buena señal rumbo a los Juegos Olímpicos de París, en 2024.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país