En un ranking con los países que mayor tasa de cibercriminalidad tienen en el mundo, el único latinoamericano incluido es México. La segunda economía de la región. México ocupa el noveno puesto en el estudio realizado por la firma de seguridad informática Surfshark, con sede en Países Bajos. Un total de 1.100 usuarios mexicanos de internet reportaron haber sido víctimas de un fraude en línea, aunque la cifra pudiera ser mucho mayor, ya que muchos ciudadanos no reportan los crímenes.
“El año pasado, 801.000 personas fueron víctimas de delitos cibernéticos en todo el mundo, lo que resultó en un total de diez mil millones de dólares en pérdidas”, dijo en un comunicado Gabriele Racaityte-Krasauske, portavoz de Surfshark. “Debido a lo lucrativo que es el ciberdelito, no hay razón para pensar que los ciberdelincuentes dejarán de atacar pronto. Por eso es más importante que nunca estar alerta y desarrollar sus defensas de ciberseguridad, lo que se aplica tanto a las empresas como a las personas”, agregó.
En el caso de México, registró una tasa de 13 crímenes por cada millón de habitantes en 2022, una mejora en comparación con el año anterior. El país también destaca en el ranking por ser el único país emergente, junto con Sudáfrica, el resto son economías avanzadas. El análisis de Surfshark coincide con un estudio publicado por la firma Bayonet, con sede en la capital mexicana, en el que aseguran que México tiene mayores índices de este tipo de criminalidad que cualquier otro país en América Latina, a pesar de que el volumen de comercio electrónico es menor.
“La clasificación del país por densidad de delitos cibernéticos sigue siendo alta, lo que enfatiza la necesidad de continuar los esfuerzos para mejorar las medidas de seguridad cibernética en el país”, dice el comunicado. El phishing — el uso de correos electrónicos que tienen la apariencia de proceder de fuentes de confianza, pero que pretenden manipular para robar información confidencial de quienes los reciben—. Fue el delito cibernético más frecuente en todo el mundo en 2022, mientras que el fraude de inversiones resultó ser el más devastador desde el punto de vista financiero.
Falta de prácticas de seguridad por parte de los usuarios (como manejo de contraseñas complejas y difíciles de adivinar) es solo un factor por el cual las personas caen víctimas de este tipo de fraude. Empresas filtran sus datos, brindándole a los criminales la información necesaria para estafar a sus víctimas.
Otra modalidad de engaño son las páginas de internet y redes sociales que posan como empresas y, tras recibir un pago del usuario, desaparecen. Solo en Ciudad de México, denuncias de este tipo de fraude se dispararon 217% entre 2021 y 2022, según el Consejo Ciudadano. El acceso ilegal a los datos de una tarjeta bancaria, ya sea de crédito o de débito, es otra forma de estafa cibernética que también ha crecido en el país y se conoce como carding. De acuerdo con datos de la Comisión Nacional para Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), en 2020 (el último dato disponible), se registraron 16.306 denuncias por este tipo de delito. Según Surfshark, el fraude financiero le costó al mundo 3.300 millones de dólares en pérdidas en 2022, unas 31.000 personas fueron engañadas para invertir en activos fraudulentos.
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