Impulsado por EE UU, el Consejo Económico y Social de la ONU ha expulsado este miércoles a Irán de uno de sus organismos de defensa de los derechos de la mujer, como consecuencia de la ola de represión del régimen iraní durante las protestas que recorren el país desde hace tres meses. La decisión de vetar a Irán de la Comisión Jurídica y Social de la Mujer ha sido aprobada con 29 votos a favor, 8 en contra y 16 abstenciones. México ha sido uno de los países que ha optado por abstenerse durante la votación.
Entre los votos en contra se encuentran países como China, Rusia y Nicaragua. Mientras que en el grupo de abstenciones México se sumó a Congo, India o Tailandia. El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, comenzó hace más de un mes las gestiones encaminadas a sacar a Irán del organismo. “Como anunció recientemente la vicepresidenta Kamala Harris, Estados Unidos está trabajando con otras naciones para eliminar a Irán de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU. Es importante que la comunidad internacional trabaje conjuntamente para garantizar los derechos de las mujeres”.
La comunidad internacional ha ido elevando el tono a medida que escalaba la represión y el abuso a los derechos humanos en el marco de las protestas iniciadas tras la muerte de la joven Mahsa Amini. La UE aumentó este lunes la presión sobre Teherán. Los ministros de Exteriores de los Veintisiete aprobaron añadir 20 personas más a la lista de sancionados iraníes que verán sus bienes en los países de la UE congelados y tendrán prohibido viajar a territorio comunitario.
Los sancionados, según la UE, han tenido un papel destacado en la respuesta violenta a las manifestaciones: la mayoría son altos cargos de la Guardia Revolucionaria, la fuerza paramilitar que supervisa las estrictas leyes del país. También se han añadido cuatro entidades a la lista, entre ellas una cadena de televisión estatal que el régimen de Teherán usa como altavoz.
El mismo lunes que la UE elevo la sanciones Irán ejecutaba a un segundo detenido en las manifestaciones. Majid Reza Rahnavard, de 23 años, murió ahorcado en una grúa en plena calle en Mashad, a unos 900 kilómetros al este de Teherán, en la que ha sido la primera ejecución en público de un manifestante detenido en las actuales protestas.
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