Uno de los tres menores con síntomas de rabia en Oaxaca ha muerto este miércoles en el Hospital Doctor Aurelio Valdevieso, según ha informado la Secretaría de Servicios de Salud de Oaxaca (SSO). El niño, de siete años, había sido mordido por un murciélago a principios de diciembre en Palo de Lima, un municipio de San Lorenzo Texmelucan, una causa que le llevó junto a sus dos hermanas, de ocho y dos años respectivamente, a ser hospitalizados el día 24 de diciembre. Las autoridades han agregado que la niña de ocho años se encuentra “bajo sedoanalgesia y ventilación médica”, en un estado grave. La tercera hospitalizada no tiene síntomas, aunque continúa bajo vigilancia médica.
“Desafortunadamente y pese a los esfuerzos de los especialistas en salud, el menor perdió la vida a las 17.06 horas del día”, han indicado en el comunicado. El fallecido y su hermana se encontraban en el borde de la muerte cerebral en los últimos días. Desde los Servicios de Salud aseguran que la menor continuará con medidas de “confort y tratamiento médico”, pese a su estado de salud.
La directora del hospital, Concepción Rocío Arias, ha repetido este miércoles ante los medios locales que la situación ha llegado por la tardanza de una respuesta médica. “Las primeras seis horas son las que marcan la diferencia entre la vida y la muerte. A estos menores no se les brindó la atención médica o en su caso, no acudieron a recibir la profilaxis, que es la aplicación de la vacuna antirrábica”.
Los menores fueron atacados a principios de diciembre, y entraron en el hospital el pasado sábado. Tras su entrada en el Hospital, las autoridades sanitarias informaron de que se les realizarían pruebas para confirmar que la rabia era la causa de las complicaciones en la salud de los tres menores. Este miércoles, la dependencia ha puntualizado que todavía se esperan los resultados del laboratorio del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (Indre). Así, la SSO ha asegurado que la muerte del paciente se debe a las complicaciones de salud como resultado de la mordedura “de fauna silvestre”.
La secretaria de Salud de Oaxaca, Alma Lilia Velasco, destacaba el pasado lunes que las niñas y el menor infectados vivían en una comunidad con condiciones de “extrema marginalidad”. Óscar Sosa, médico especializado en epidemiología, considera que la atención no se tendría que diferenciar por poblaciones donde se podría causar la infección, y ve “preocupante” que no hubiera una pronta atención. “Lo que no me gusta como epidemiólogo en lo que se refiere a la situación es que lo primero que dicen es que ‘eran personas que están en extrema pobreza o extrema vulnerabilidad’. Tenemos la obligación de acercar los servicios de salud a cualquier parte de nuestra república”, explica Sosa a este diario en una videollamada.
Entre 2010 y 2019 se presentaron 13 muertes relacionadas a la rabia transmitida por animales silvestres, según datos de la Secretaría de Salud. 10 de las muertes estuvieron relacionadas con el ataque de murciélagos, dos por parte de zorrillos (también conocidos como mofetas) y uno por parte del zorro gris. El patrón común de las 13 muertes, describen las autoridades, fue el de la tardanza a la hora de tratar la infección (“no acudir a solicitar la atención medica-antirrábica de manera inmediata”). El pasado 20 de diciembre, una mujer de 29 años previamente atacada por un gato “semidoméstico” en el municipio de Compostela, en Nayarit, fue hospitalizada grave, bajo aislamiento y vigilancia médica en la ciudad de Tepic.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país