“Tienes una prisa del carajo para echarme, ¡jódete!”. Son las palabras que pronunció Cristiano Ronaldo contra su seleccionador, Fernando Santos, cuando lo sustituyó contra Corea, cumplida la hora del último partido del grupo en el Mundial de Qatar, el viernes. Así lo registró la televisión portuguesa, uno de cuyos enviados acudió este lunes a la conferencia de Santos para preguntarle por el incidente. “En el campo no vi nada”, explicó el técnico, compungido. “Pero lo que vi en la televisión no me gustó en absoluto. Hemos resuelto este problema entre nosotros. Ahora tenemos que pensar en el futuro”, añadió.
Fue el último episodio en la autocombustión que experimenta Cristiano, que a sus 37 años no soporta las limitaciones que le impone el declive biológico. Su última obsesión es batir el récord de goles de Eusebio en la Copa del Mundo. El legendario delantero de Portugal, ya fallecido, metió nueve tantos en el Mundial de 1966. Cristiano suma ocho en cinco Mundiales. Cada minuto que pasa sobre el terreno de juego cuenta, como él mismo verificó contra Uruguay: ya había sido sustituido cuando el árbitro concedió un penalti a Portugal, y como él no estaba en el campo lo lanzó Bruno Fernandes. La idea de haber perdido la ocasión de igualar a Eusebio lo atormentó cuando vio que Fernando Santos le volvió a cambiar a falta de media hora para el final del encuentro contra Corea, a pesar de que Portugal ya estaba clasificada para octavos.
“El mejor timing es mi timing”. Cristiano inauguró su Mundial en Qatar con esta frase. La pronunció el 22 de noviembre, a resultas del insólito conflicto que él mismo desató y publicitó cuando retrató a los gestores del Manchester United como incompetentes, obsoletos y deshonestos. A varios de sus compañeros, según fuentes próximas a la selección de Portugal, la declaración les pareció propia de una persona que no tenía escrúpulos para utilizar al equipo nacional con fines particulares. El 23, el United le rescindió el contrato. El 24, Portugal debutó ante Ghana. Desde entonces, Cristiano negocia su fichaje por el Al-Nassr, de Arabia Saudí, dos años a cambio de 400 millones de euros. Los negocios de la estrella portuguesa no cesan. La brecha con sus paisanos tampoco deja de crecer.
La falta de empatía es manifiesta desde hace meses con sus colegas. Ahora también se proyecta a la afición y a la opinión pública. El diario A Bola, referencia del fútbol portugués, publicó el domingo el resultado de una encuesta abrumadora: el 70% de la hinchada no quiere que Cristiano sea titular el martes ante Suiza (20.00 horas, Gol Mundial), en los octavos de final.
“Mañana hasta que no lleguemos al estadio no comunicaré quien es el capitán”, dijo Fernando Santos, enigmático, cuando le preguntaron si mantendría a Cristiano entre los titulares a pesar de la encuesta. “Respeto a las personas, pero no leo los periódicos”, dijo. “Tengo mucho trabajo preparando el partido. Elegiré en conciencia al equipo que crea que debe jugar. Es un problema de conciencia. Puedo fallar o no. Pero en conciencia siempre he hecho eso desde que asumí el cargo en 2014″.
No es seguro que Santos siga respaldándolo ante la creciente resistencia que genera el atacante entre jugadores clave en el funcionamiento del equipo, como Bernardo Silva y Bruno Fernandes. Los centrocampistas del Manchester City y el Manchester United dan muestras evidentes de desconexión con Cristiano, que con los años se muestra menos hábil para desplazarse, reacio a recibir los balones al espacio e inclinado a pedirlos al pie, tendencia que lo lleva a arrastrar a los marcadores rivales hacia zonas del campo en las que operan los interiores que deberían asistirlo.
El 80% de los ingresos de la federación
Las imágenes del insulto de Cristiano a su seleccionador profundizan la incertidumbre en Portugal, en donde lo único que parece incuestionable es el compromiso del presidente de la federación, Fernando Gomes, con su figura. Tras el partido contra Uruguay el órgano de gobierno del fútbol portugués llegó a filtrar que tenía pruebas para demostrarle a la FIFA —contra la evidencia tecnológica— que el 1-0 había sido obra de Cristiano, y no de Bruno Fernandes, como señaló el árbitro. Cristiano dio muestras ostensibles de disgusto cuando descubrió que los jueces le negaron el gol, a pesar de que él sostuvo dentro del terreno de juego que había tocado el balón con la cabeza tras el centro lanzado por Bruno Fernandes. Solo la federación le creyó. El 1-0 le habría permitido igualar a Eusebio.
Gomes es un dedicado defensor de Cristiano. La federación portuguesa de fútbol contabiliza unos seis millones de euros de beneficios anuales, la mayoría vinculados a contratos de patrocinio y derechos audiovisuales. Según fuentes próximas a la federación, Cristiano se encuentra en el origen del 80% de esos ingresos. El tirón de su imagen no decrece al ritmo de su rendimiento deportivo. En los últimos seis partidos disputados con Portugal solo ha hecho un gol, de penalti, a Ghana.
“En esta fase sentimos que la prensa nos respalda al equipo y a Cristiano”, respondió Rúben Dias, cuando le preguntaron por la polémica encuesta sobre Cristiano. “Nos tenemos que unir para ser más fuertes. No somos solo un gran equipo por los jugadores que tenemos arriba; somos grandes también por los que juegan en el medio y en la defensa, y también los que están en el banco”.
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