La canícula es justiciera en las cuidadas instalaciones de la Universidad de Doha, donde España ha ubicado su campo base en este Mundial. El polvo desértico se posa sobre el mármol blanco de los muros bajos que rodean las flamantes viviendas enclavadas en la periferia de los ocho kilómetros cuadrados que abarca el complejo universitario de la capital catarí. La mezcla de la grava del desierto y el preciado material de construcción define Qatar de rincón a rincón: lujo por doquier en medio del desierto.
El riego fino de los aspersores trata de convertir el campo de entrenamiento en un oasis de frescor sobre el que trabajarán los internacionales españoles en cuanto Luis Enrique les llame a formar. Mientras algunos de ellos terminan de vestirse con el traje de faena tras una sesión fotográfica para publicitar la vestimenta de uno de los principales patrocinadores, otros buscan refugios de la cegadora y blanquecina luz solar. Aguardan y se parapetan en las sombras que proyectan las pérgolas, las cornisas de los vestuarios y unas cuantas sombrillas dispersas de diámetro considerable.
Cuando Luis Enrique ordena el comienzo de la sesión al trote, Rodrigo Hernández, el mediocentro de cabecera de Pep Guardiola en el Manchester City, lidera el grupo. La longitud de su silueta, 1,91 metros, ensancha a la altura de sus pectorales. La robustecida carrocería superior que luce es sostenida por cuádriceps que dibujan a un futbolista más hercúleo desde que combate la exigencia física de la Premier League.
Desde que se hizo cargo de la selección en 2018, Luis Enrique siempre ha tenido una mirada especial para Rodri. La especifidad de la posición de pivote y competir con Sergio Busquets, catalogado como el mejor de la historia en ese puesto, obligan al seleccionador a relegarle al banquillo con la sensación de que sus suplencias pueden ser un despilfarro porque el madrileño está considerado como uno de los mejores mediocentros del fútbol europeo. Poco partidario de que jueguen juntos de inicio, Luis Enrique solo probó esta fórmula en la final de la Liga de Naciones perdida contra Francia (2-1). Estos días previos al debut contra Costa Rica, el preparador gijonés da vueltas a la posibilidad de iniciar el campeonato con Rodri como pareja de Laporte. En Braga, en la meritoria victoria ante Portugal (0-1) que dio a España su segunda clasificación para la final a cuatro de la Liga de Naciones, jugó como central el segundo tiempo.
Sus prestaciones convencieron al seleccionador. Tanto que en el último amistoso ante Jordania, volvió a repetir el experimento cuando dio entrada al futbolista del City, donde también ha desempeñado esa posición en ocasiones muy puntuales.
Guardiola no tardó mucho en ver que Rodri podría ser un remedio para el eje de la defensa por su envergadura, por su colocación para el quite y, sobre todo, por la salida limpia del balón jugado desde atrás, una de las virtudes innegociables que también impone Luis Enrique a los centrales. Rodri no llevaba ni dos meses bajo las órdenes de Guardiola cuando formó la pareja de centrales con él y con Fernandinho, otro pivote, en una visita al correoso Crystal Palace (0-2). Entusiasmado, como se entusiasma el técnico de Sant Pedor cuando un jugador le llena el ojo, reveló: “Rodri no ha entrenado ni un día en esa posición, pero es inteligente y juega bien el balón porque es centrocampista”.
Con dos laterales bajitos como Carvajal y Jordi Alba, con los 1,82 metros de Eric García y los 1,78 de Hugo Guillamón, ahora lesionado, y si el larguirucho Pau Torres (1,91) no es elegido para acompañar a Laporte, la sensación de que uno de los puntos débiles de esta selección está en la defensa del juego aéreo está en el ambiente. Esta presunta debilidad por la escasez de centímetros en defensa no es compartida por algunos internacionales. “Yo no sabía que había que ser alto para ser central. Seguramente tendrá puntos negativos y positivos”, apunta Aymeric Laporte. “Si jugáramos con otro estilo, puede ser que afectara la altura, pero no es el caso porque el juego de España es buscar el control del partido, presionar en el campo contrario… Para el estilo de fútbol que jugamos creo que Luis Enrique ha elegido a los jugadores perfectos. Ya tenemos trabajada una idea de juego desde hace años y eso es lo importante”, apostilla Jordi Alba.
En los entrenamientos bajo el castigador sol de Doha, Luis Enrique ha probado a Rodri como central. “Lo conozco bien, es un jugador más en esa posición, siendo un número seis natural, tiene calidad y desparpajo con el balón como central”, advierte Laporte. Sin embargo, en las pruebas previas al debut de mañana, el técnico también le ha colocado como mediocentro, su posición natural, y como interior.
La potencia de los aires acondicionados causa estragos en la expedición
Los bruscos cambios de temperatura del exterior al interior de las instalaciones de la Ciudad Universitaria de Doha están causando estragos en la delegación española. Los internacionales pasan de los casi 30 grados del exterior cuando se entrenan a los algo menos de 20 grados que se encuentran al regresar a la residencia. Si el domingo fue Álvaro Morata el que completó el final del entrenamiento al margen del grupo por un resfriado, ayer fue Dani Carvajal el que no pudo ejercitarse con sus compañeros por el mismo motivo. Las afecciones se están focalizando en las gargantas de futbolistas y también de otros miembros de la expedición. Los efectos secundarios de los constipados son los de la gripe común. Los fuertes dolores corporales e intestinales y la fiebre están siendo tratados por los servicios médicos federativos que, en algunos casos, además de administrar medicamentos por vía oral han tenido que aplicar inyecciones a los afectados.
El temor a que la potencia con la que el aire acondicionado fluye por las dependencias del cuartel general español cause más bajas con la competición a punto de iniciarse ha provocado que Luis Enrique reclame medidas. Las primeras han sido subir las temperaturas de las habitaciones de los jugadores y bajar las de las salas comunes como el comedor, la de juegos o la destinada a las charlas tácticas del seleccionador. “Tienen los aires acondicionados fortísimos y hay que ir apagándolos para no resfriarse como ha sucedido con Morata”, advirtió el técnico en su canal de Twitch el domingo.
El delantero del Atlético despejó ayer las dudas que podía haber sobre su participación en el estreno de mañana ante Costa Rica. “Tuve un sustito \[un golpe en la cadera\] en el último partido de Liga contra el Mallorca. Desde ahí tuvimos un amistoso ante Jordania en el que no servía para nada arriesgar. Me preparé con los preparadores y desde que llegué aquí estoy volando. Me siento perfecto, salvo el catarro”, manifestó el punta rojiblanco durante un acto promocional.
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