Elon Musk ha anunciado este sábado que ha decidido readmitir a Donald Trump en Twitter tras el resultado de una encuesta realizada en la propia red social por el magnate y nuevo dueño de la empresa. El expresidente fue suspendido permanentemente por riesgo de incitación a la violencia tras el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Trump, sin embargo, tiene un acuerdo de exclusividad con Truth Social, su propia red, y ha manifestado su intención de seguir en ella.
“El pueblo ha hablado. Trump será restituido. Vox Populi, Vox Dei [la voz del pueblo es la voz de Dios, en latín]”, ha tuiteado el empresario tras una encuesta en la que han votado 15 millones de usuarios de Twitter, aunque la encuesta ha sido vista por 134 millones, según Musk. El resultado ha sido bastante ajustado. A favor de la vuelta de Trump ha votado el 51,8% y en contra, el 48,2%.
La cuenta de Trump ha reaparecido en Twitter con todos sus mensajes, pero con el último tuit fechado el 8 de enero de 2021, el día que fue suspendida. En apenas una hora ha acumulado más de dos millones de seguidores. Él no sigue a nadie al haberse reiniciado la cuenta.
Musk dejó claro que, en cuanto se hiciese con el control de la red social, pensaba readmitir a Trump, un usuario hiperactivo durante su presidencia que tenía más de 80 millones de seguidores, pero luego se ha tomado un tiempo. En mayo ya anunció su intención de levantar la suspensión si compraba Twitter: “Para ser claros, creo que fue una mala decisión moral y extremadamente absurda”, dijo. En todo caso, el expresidente le da calabazas. Trump escribió hace unas semanas en Truth Social, su alternativa a Twitter: “Estoy muy contento de que Twitter esté ahora en manos sanas, y ya no será dirigido por lunáticos y maníacos de la izquierda radical que realmente odian a nuestro país”. Pero, tras echarle flores y decir que ahora debe deshacerse de los bots y cuentas falsas, dejó claro que se queda con su propia red social: “Será mucho más pequeño, pero mejor. ¡AMO TRUTH!”.
Lo cierto es que Truth Social, pertenece a Trump Media & Technology Group (TMTG), de la que Trump es presidente y fundador. Según desveló un folleto registrado ante el supervisor, el expresidente se ha comprometido mediante un contrato a usar esa red social para todos sus mensajes y solo puede repetirlos en otras al cabo de seis horas. La empresa de Trump perdería todo su valor sin él como agitador.
Musk ya había levantado el viernes la suspensión de las cuentas de la humorista Kathie Griffin, el escritor Jordan Peterson y la publicación satírica conservadora The Babylon Bee. “La decisión sobre Trump no se ha tomado todavía”, había señalado el magnate, que dijo que la sometía a votación y daba 24 horas para acabar la encuesta.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, votó a favor de que la red social Twitter le devolviese la cuenta a Trump. En su opinión, el uso que pueda hacer el líder conservador estadounidense de este servicio de mensajes es parte de la libertad de expresión. “La estatua de la Libertad no debe quedar en un símbolo vacío”, había dicho el mexicano a través de su propia cuenta.
Para tranquilizar a los anunciantes, Musk dijo que esperaría a la opinión de un consejo asesor antes de tomar ninguna decisión relevante sobre cambios en la política de moderación de contenidos. “Antes de que se reúna el consejo, no se tomarán decisiones importantes sobre los contenidos ni se restablecerán las cuentas”, dijo. El hombre más rico del mundo, sin embargo, se ha saltado aparentemente a la torera esa promesa. No se ha vuelto a saber nada de ese consejo y Musk ha ido tomando decisiones a su antojo. También sin esperar a ningún consejo, ha establecido una nueva y confusa política de moderación de contenidos que consiste en permitir los mensajes negativos y de odio, pero minimizar su difusión en la red social. “Libertad de expresión, pero no de difusión”, sintetizó en un tuit que dejaba aparentemente al margen cualquier preocupación por la desinformación y las noticias falsas.
Musk se proclamaba “absolutista de la libertad de expresión” y cuando tomó el control de la compañía aseguró que había “liberado al pájaro” de la supuesta censura a la que estaba sometida la red social. Los usuarios se lo tomaron al pie de la letra y los mensajes racistas, antisemitas, sexistas, xenófobos y de odio se dispararon en cuanto pasó a ser el nuevo dueño de la empresa. Ahora, se muestra dispuesto a admitir esos mensajes, pero de modo que el algoritmo no les dé relevancia. “Los tuits negativos o de odio serán neutralizados [deboosted] y desmonetizados al máximo, por lo que no habrá anuncios ni otros ingresos para Twitter. No encontrarás el tuit a menos que lo busques específicamente, lo que no es diferente del resto de Internet”, dijo.
Twitter suspendió la cuenta de Trump el 8 de enero de 2021, dos días después del asalto al Capitolio. “Tras revisar detenidamente los recientes tuits de la cuenta @realDonaldTrump y el contexto que los rodea —específicamente cómo están siendo recibidos e interpretados dentro y fuera de Twitter— hemos suspendido permanentemente la cuenta debido al riesgo de que se produzca una mayor incitación a la violencia”, dijo entonces la red social. Y añadió: “En el contexto de los horribles acontecimientos de esta semana, dejamos claro el miércoles que las violaciones adicionales de las normas de Twitter podrían dar lugar a este mismo curso de acción. Nuestro marco de interés público existe para permitir que el público escuche directamente a los funcionarios elegidos y a los líderes mundiales. Se basa en el principio de que el pueblo tiene derecho a pedir cuentas al poder en público. Sin embargo, hace años que dejamos claro que estas cuentas no están por encima de nuestras normas por completo y que no pueden utilizar Twitter para incitar a la violencia, entre otras cosas. Seguiremos siendo transparentes en cuanto a nuestras políticas y su aplicación”.
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