Nairo Quintana ni se retira ni da su brazo a torcer

Nairo Quintana sigue pedaleando. El colombiano, uno de los mejores escaladores del mundo, no da su brazo a torcer a pesar del bache que atraviesa su carrera tras su salida del Arkéa. “Un verdadero ciclista no se rinde ante la adversidad”, ha reivindicado este miércoles en una emotiva rueda de prensa, en Bogotá, para acallar los rumores sobre su retiro precipitado de la competencia. Quintana, de 32 años, campeón del Giro de Italia y la Vuelta a España, ha definido su futuro, que pasa por seguir en la búsqueda de una nueva escuadra en la máxima categoría. “Voy a seguir batallando por competir y por continuar sobre la bicicleta hasta que mi cuerpo y mi mente resistan”.

En su comparecencia, reconoció sus problemas en los últimos meses. “Hoy quiero decirles que estoy en buena forma para seguir, que debido a los acontecimientos de los últimos meses, en los que es innegable el ambiente enrarecido en el que me he desenvuelto y la inexplicable muralla que se ha levantado entre las posibilidades de competir y mis deseos de seguir haciéndolo, no me rindo y sigo hacia adelante”, afirmó al leer en voz alta un comunicado que escribió de su puño y letra, antes de contestar las preguntas de la prensa.

Quintana, al que el Arkéa le impidió correr la Vuelta, lleva varios meses sin que lo corteje ninguna escuadra europea, agobiado por la presión que provocó una sanción insólita por tomar el analgésico tramadol en el Tour del año pasado. Había sido descalificado –quedó sexto–, pero no sancionado por la UCI ya que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) no lo considera dopaje. La víspera había desatado las especulaciones, al colgar un video en sus redes sociales, con música de Carlos Vives, otro ídolo colombiano como él, que lo mostraba pedaleando por las montañas de su natal Boyacá bajo el mensaje “gracias Colombia por tu cariño”.

“Siempre he tenido la disposición para responder a cuestionamientos”, aseguró sobre la sombra del dopaje que planea sobre su deporte. “He respetado las reglas, competido con integridad”, defendió son insistencia. “Me considero un luchador, que ante todo, reconoce en el ciclismo colombiano a hombres y mujeres que se sobreponen a todo tipo de circunstancias: la pobreza, la desigualdad, la discriminación y la injusticia”.

En el país de los escarabajos, Quintana, con su estampa campesina, es una figura carismática que trasciende el deporte. Una afición acostumbrada al sufrimiento épico de sus escaladores, que solían acumular solo camisetas de la montaña, se acostumbró a saborear los triunfos rotundos que antes le eran esquivos gracias a Nairo, como todos lo conocen, el decano de la nueva generación de ciclistas. Fue el primer colombiano en ganar el Giro de Italia, y también el primero en acumular dos grandes –antes de la irrupción de Egan Bernal, campeón del Tour y del Giro–.

Y Nairo se aseguró de recordarlo. “Si bien es cierto que aún no tengo equipo, soy un ciclista que sigue disponible para vestir un jersey y dar lo mejor en la carretera”, explicó. Se propone viajar a Europa para hacer un puente directo con los equipos con el objetivo de superar este bache. “Sin duda mi palmarés me avala. Pedaleando le recordé a los colombianos que sí se puede ganar ante los mejores, que podemos subirnos a lo más alto del podio”.

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En sus mejores años en el Movistar, el dominio de Chris Froome con Sky privó a Nairo de ganar el Tour, su anhelado sueño amarillo. Además de imponerse en el Giro 2014 y la Vuelta 2016, y de ganar etapas de montaña en casi todas las carreras del mundo, el boyacense acumula tres podios en París. En 2013 y 2015 fue subcampeón, detrás de Froome, y en el 2016 tercero. En ese 2013, en ese primer Tour de antología, un Nairo precoz puso a soñar a los colombianos al quedarse con la camiseta de los jóvenes y la de la montaña en la misma edición. En el palmarés del colombiano se destacan también dos Tirreno-Adriático, una Vuelta a Cataluña y otra al País Vasco, entre otras.

Nacido en Cómbita el 4 de febrero de 1990, Quintana es muy querido también por su carácter y por haber respaldado la paz de Colombia en un país donde las estrellas del deporte no suelen tomar partido. Quintana tenía un claro antecedente: Lucho Herrera, el primer campeón colombiano de una grande, la Vuelta a España de 1987. “Solo quiero que en Colombia haya paz”, declaraba Lucho en su momento, cuando el país venía de la toma del Palacio de Justicia por parte de la guerrilla del M-19 en 1985, un episodio que se conoce como “el holocausto”, y enfrentaba un conflicto armado de más de medio siglo que involucró a las fuerzas el Estado, guerrillas y paramilitares, en una antesala de la arremetida de los grandes carteles del narcotráfico en el Gobierno de Virgilio Barco (1986-1990).

Pasaron muchos años, y Nairo volvió a ilusionar con las hazañas de los escarabajos. Entre otras, ganó la Vuelta en 2016, justo cuando Colombia se preparaba para firmar un acuerdo de paz arduamente negociado con la guerrilla de las FARC. “Que el mundo sepa que nuestro país es paz, deporte y amor”, conmovió con sus palabras Nairo, de rojo, en la plaza Cibeles de Madrid. “Mi interés es seguir poniendo en alto la bandera de mi país en las grandes carreras del mundo”, concluyó este miércoles, cuando descolgó los rumores de su retirada.

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