La mira del periodismo en los años por venir debe estar puesta en “restituir el consenso sobre la realidad”. Este es uno de los principales retos que la directora de EL PAÍS, Pepa Bueno, ha identificado para la profesión y que ha compartido este sábado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde ha conversado con la periodista de W Radio Gabriela Warkentin. Para Bueno, en el debate global se ha roto este consenso y su reconstrucción le resulta imprescindible para recuperar la confianza del público. La directora del diario ha dicho que, sin dudas, el papel de los periodistas es mostrar las diversas partes de la realidad. “Las páginas de EL PAÍS tienen que ser el lugar donde los diferentes se encuentren”, ha asegurado.
Bueno ha explicado a los asistentes que EL PAÍS se encuentra en una transformación digital significativa, pero que los valores como la igualdad, la pluralidad, el respeto a las minorías y la preocupación por el cambio climático se mantienen como la columna vertebral en la redacción del diario. “Estamos administrando un derecho que no es nuestro, que es la libertad de expresión, y que es de los ciudadanos”, comentó. La directora ha destacado la cultura informativa y ética de los miembros de la redacción para decidir sobre los contenidos del periódico en un contexto convulso como el que enfrentan varios países del mundo. “Cuando uno se dedica al periodismo, no puede entregarle su incondicionalidad a nadie”, ha añadido.
La cobertura de EL PAÍS sobre la guerra en Ucrania ha llamado la atención de los lectores en América. Warkentin ha preguntado a Bueno acerca de las dificultades que el periódico ha enfrentado para mantener la cobertura del conflicto en las páginas del diario cuando su exposición mediática parece menguar. La directora del diario ha comentado la importancia de ofrecer a los lectores contexto e información geopolítica que les ofrezca una visión más completa de la guerra. Una de las herramientas que el periódico ha aprovechado, asegura Bueno, es la presencia de corresponsales y enviados especiales. Desde febrero, unos 16 periodistas de EL PAÍS han reportado desde distintos puntos de Ucrania y Rusia: “Tener periodistas en el terreno, te sustrae de la propaganda de las partes”.
Así como es importante la información desde los lugares donde ocurren los hechos, Bueno ha insistido en que la comunicación bidireccional con los lectores es fundamental para el futuro del diario. La directora escribe La carta de Pepa Bueno, una newsletter donde interpela a los lectores sobre los temas de la semana, pero también un espacio donde se puede “construir una relación de confianza, explicar las decisiones editoriales y contarle a los lectores los debates que hay en la redacción”. Bueno ha explicado que es indispensable que el público se sienta parte de la comunidad informativa y que esa ha sido una de las razones por las que comenzó a escribir la carta.
Durante su carrera, Bueno ha observado la transformación de las redacciones, pero ha destacado la participación de las mujeres en ellas. “Las redacciones están llenas de mujeres, los despachos, algunos, están llenos de hombres”, ha dicho. Sin embargo, la directora también vislumbra cambios que poco a poco han dado paso a las mujeres, como ella, en la industria periodística. “Es importante estar en los lugares donde se toman las decisiones, pero no es suficiente. Hay que mover las estructuras, esa es una transformación más lenta, pero es imparable”, ha mencionado. Bueno es la segunda directora al frente del diario.
EL PAÍS ha alcanzado, recientemente, los 250.000 suscriptores después de dos años de implementar el modelo de pago por suscripción. Bueno ha destacado que este resultado demuestra que los lectores están interesados en el “periodismo de cocción lenta y de larga mirada”. El diario se ha concentrado en los últimos años a llevar a los lectores información en diversos formatos digitales que le han permitido hacer un despliegue importante de periodismo de calidad. Además, el periódico ha ampliado su cobertura en países hispanoparlantes, para ello cuenta, además de la sede principal en Madrid, con una redacción en Ciudad de México, otra en Bogotá y una amplia red de corresponsales y colaboradores en toda América Latina.
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