Un juzgado de Pravia (Asturias) ha enviado a prisión al hombre de 29 años que el sábado pasado atropelló mortalmente al guardia civil de Tráfico Dámaso Guillén, de 48 años y natural de Bailén (Jaén), quien había atravesado su moto en la carretera para proteger una carrera ciclista aficionada, con un pelotón formado por menores de entre 14 y 15 años (y más pequeños) de una escuela de Grado. La Fiscalía ha acusado de ocho delitos al detenido, quien justo antes del atropello mortal había atacado a un hombre con un hacha, había robado el coche del delito y había hecho caso omiso de los guardias civiles que le dieron el alto segundos antes de arrollar al agente del destacamento de Tráfico de Oviedo.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Pravia ha ordenado este martes el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del hombre, después de que la Fiscalía lo solicitase bajo la acusación de homicidio por imprudencia, homicidio en grado de tentativa, lesiones, robo de vehículo, conducción sin permiso, conducción temeraria, omisión del deber de socorro y daños, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA). El detenido no ha declarado.
La muerte del agente, Dámaso Guillén, de 48 años y natural de Bailén (Jaén), se produjo sobre las 17:40 horas en la carretera AS-236, en Beifar (Pravia), cuando el agente, motorista del destacamento de Oviedo, se encontraba de servicio en la prueba del VIII Trofeo Santiago Santana. El pelotón de esta competición ciclista amateur estaba compuesto mayoritariamente por niños de entre 14 y 15 años, cadetes, en una carrera organizada por la Escuela Ciclista Santi Pérez, de Grado, y el área de deportes del Ayuntamiento de esta última localidad. La citada escuela, una institución en Grado y en Castrillón, da clase de todas las modalidades del deporte de la bicicleta a niños de todas las edades.
Un conductor que huía con un vehículo robado de una reyerta en la localidad de Pravia, y que se saltó el alto dado por parte de varios agentes, arrolló a Dámaso Guillén cuando este se interpuso para evitar que los jóvenes participantes de la prueba deportiva fueran embestidos. El motorista salió despedido
El guardia civil, que ha sido distinguido a título póstumo con la medalla de la Orden del Mérito con distintivo rojo, la más alta, falleció en el acto, mientras el autor del atropello huyó del lugar, si bien fue detenido horas después. El fallecido tenía mujer e hija.
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La catedral de San Salvador de Oviedo acogió este lunes el funeral por el guardia civil, al que asistieron mandos del instituto armado, la Policía Nacional y del Ejército, así como diferentes autoridades y los jóvenes que el sábado participaban en la prueba en la que el agente falleció arrollado. “Si él no se hubiese puesto en medio, probablemente la mitad del equipo no estaría aquí. Es nuestro héroe. Nos salvó la vida y el 1 de abril volvimos a nacer”, reconocía Pelayo González, uno de los ciclistas de la prueba, durante el funeral.