Prestar al que presta: cómo invertir en deuda bancaria | Mercados

El inversor más conservador que aún no se decida a invertir en Bolsa tiene en la renta fija una fórmula con la que apuntarse al tirón de la banca, uno de los sectores predilectos para este año gracias a la mejora del negocio que va a suponer las alzas de tipos. La desaceleración actual de la economía y la incertidumbre sobre hasta qué nivel llegarán las subidas de tipos no invitan todavía a la toma de posiciones en Bolsa, donde numerosos bancos lograron apuntarse el año pasado notables ganancias.

El sector va a afrontar en 2023 con más contundencia el impacto del declive económico, lo que se traducirá en mayores impagos. Pero cuenta a su favor con la mejor baza de todas: las rotundas alzas de tipos en la zona euro y el aumento del margen de negocio, que promete compensar con creces el alza de la morosidad. Los resultados publicados esta semana por Sabadell, que roza ganancias récord y elevará el beneficio que reparte entre sus accionistas, son una clara muestra del buen momento que disfruta el sector.

La banca arranca 2023 con el viento a favor y los inversores pueden aprovechar el buen momento del sector más allá de la Bolsa. El año ha comenzado con un aluvión de emisiones de deuda financiera con una elevada rentabilidad, quizá no comparable a la que pueda alcanzarse en Bolsa pero sin duda superior a la de cualquier producto de ahorro. La renta fija, tradicionalmente tenida como activo seguro, demostró en 2022 su versión más aciaga y dejó unas pérdidas históricas con la subida de tipos de interés. Pero de cara a 2023 es el activo favorito de los gestores, una vez que los bonos ya han descontado en sus precios en gran medida las subidas de tipos y además aseguran una remuneración muy superior. En este contexto, la deuda emitida por los bancos es apuesta preferente de los gestores de renta fija este año y numerosas firmas inician 2023 con la sobreponderación de la renta fija financiera.

Según explican María Portillo y Rafael Seves, gestores de renta fija de Mutuactivos, “el escenario de subida de tipos es muy favorable para la banca y el consecuente aumento en los márgenes y la buena situación de capital serán más que suficientes para amortiguar el alza en la morosidad derivado de la desaceleración económica”.

Los gestores están sobreponderando la banca en su cartera de renta fija

La gestora de Mutua Madrileña cuenta con un fondo específico de deuda financiera, el Mutuafondo Bonos Financieros, que perdió el año pasado el 7% pero en lo que va de año ya gana el 2,4%. Una de sus posiciones es la emisión de bonos contingentes convertibles –cocos en la jerga financiera– que ha lanzado este mes Ibercaja, con cupón anual del 9,125%. Esta colocación recibió una oleada de peticiones que superó en más de nueve veces el importe adjudicado y ejemplifica el atractivo de la deuda bancaria en un momento en que, pese a la desaceleración, no se espera un repunte preocupante de los impagos y menos aún quiebras en el sector. De hecho, en poco más de una semana de negociación, la emisión se ha revalorizado en el mercado secundario casi el 3%. “Es remoto que entidades como Cajamar o Ibercaja puedan quebrar”, señala Rafael Valera, socio, consejero delegado y gestor de Buy & Hold.

Los bonos de Cajamar e Ibercaja

Este gestor tiene en cartera los cocos de Ibercaja al 9,125% y deuda subordinada de Cajamar al 11%. Son las posiciones más destacadas del fondo Buy & Hold Bonds, cien por cien de renta fija y que está apurando al máximo el tope de riesgo que asume en cartera, con casi el 25% en deuda subordinada. Este vehículo, que sufrió una pérdida del 8,6% el pasado año, arranca 2023 con una ganancia del 3,2%. Y el Buy & Hold Flexible, un fondo mixto y en el que la emisión de Cajamar tiene un peso del 9%, renta en lo que va de año el 8%. “Esta emisión es como tirar a balón parado. La banca está en buen momento, tendrá más beneficios por el efecto del alza de tipos”, defiende.

Valera aclara que sería erróneo plantear la deuda bancaria como alternativa a la Bolsa puesto que se trata de perfiles de inversión diferentes. Tampoco como alternativa al cobro de dividendo. “Lo sensato es comparar el cupón con el retorno sobre recursos propios e invertir a través de fondos”, añade. Así, la compra de las citadas emisiones, reservadas habitualmente al inversor institucional, requiere una inversión mínima de 100.000 euros. “La forma más práctica y barata de invertir en deuda bancaria es a través de fondos de inversión”, añade Cristina Gavín, gestora de deuda de Ibercaja Gestión.

La desaceleración no amenaza la solvencia de la banca ni hace temer por una oleada de impagos

Como Valera, Gavín también sobrepondera la deuda financiera en su cartera de renta fija. “La banca ha sufrido mucho pero ahora es un sector muy interesante con el alza de tipos. Estamos muy positivos con bancos grandes y sólidos, a los que no les va a afectar apenas la morosidad”, añade. Ibercaja Gestión acaba de lanzar un nuevo fondo de renta fija privada, el Ibercaja Renta Fija Horizonte 2025, con un objetivo rentabilidad no garantizado del 3% TAE y en el que la deuda financiera va a tener una posición destacada.

La seguridad de la deuda senior

Para Roberto Ruiz Scholtes, jefe de estrategia de inversión de Singular Bank, la deuda bancaria es una de las apuestas claras este año en renta fija y una alternativa rotunda a los depósitos. “La deuda senior ofrece una rentabilidad muy superior al depósito bancario”, explica. Este tipo de deuda, la de menor riesgo crediticio dentro de la que la banca emite para completar los colchones regulatorios de bonos con capacidad de absorber pérdidas, ofrece una remuneración cercana al 4%, según el índice que elabora Bloomberg para la banca europea.

“La deuda senior de la banca europea no presenta ningún problema de solvencia. Esperamos una revisión al alza de los beneficios de las entidades financieras gracias a las subidas de tipos. Los analistas no han recogido aún en sus estimaciones todo el impacto positivo de ello y el temor a un alza de la morosidad es exagerado. Hay un gran volumen de ahorro privado por la pandemia y mucho crédito con garantía pública”, afirma Ruiz Scholtes.

En Singular Bank se declaran para este año “más bonistas que accionistas”, si bien esta máxima no incluye a la deuda bancaria de mayor riesgo, la subordinada y la contingente convertible, pese a su mayor remuneración. “En ese caso, preferimos las acciones de entidades financieras, en las que vemos mayor potencial”, añade Ruiz Scholtes. Los cocos son el activo de deuda bancaria que más remuneración ofrece, superior al 9% anual en las colocaciones de Ibercaja y Sabadell vistas en enero, pero también el de mayor riesgo. Su perfil es el más parecido al de una acción dentro del universo de la renta fija puesto que, en caso de quiebra, son el primer activo con el que responder para absorber pérdidas.

Los cocos son además bonos perpetuos, de modo que en teoría no habría momento de recuperar la inversión al vencimiento. Hasta el año pasado los inversores daban por hecho la amortización anticipada de estos títulos y su reemplazo por una nueva emisión, pero las alzas de tipos pusieron este mantra en cuestión. Sabadell tuvo que renunciar a esa amortización anticipada en la primera ventana en la que tuvo ocasión de hacerlo, pero el buen momento de mercado del inicio de año y la favorable situación de la entidad le han permitido ejecutar esa amortización y lanzar una nueva colocación de cocos. Las emisiones bancarias de este tipo de deuda están incluso elevando su precio en el mercado secundario en el inicio de este año.

Ignacio Victoriano, gestor de renta fija de Renta 4, prevé un año intenso en emisiones bancarias, en buena parte por el freno que el alza de tipos supuso en 2022 a algunas emisiones. Frente a otros sectores, la banca debe acudir al mercado de capitales por exigencia de los reguladores, para cumplir con los objetivos que tengan marcados de contar con un colchón con el que absorber pérdidas. Victoriano también sobrepondera la banca en sus carteras de renta fija. “La mejora de márgenes va a seguir y los bancos ya cuentan con buenos ratios de capital. Nos gustan los campeones nacionales”, explica. Sin el brillo de los dividendos ni las alzas bursátiles –de los que Sabadell dejó una buena muestra esta semana con su subida en Bolsa– la deuda bancaria también apunta este año hacia las ganancias.

 

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