El Club Universidad, conocido como los Pumas, no tardó en desmarcarse de Dani Alves, en prisión provisional sin fianza, acusado de violar a una mujer el pasado diciembre en una discoteca de Barcelona. Horas después de su arresto, el 20 de enero, la entidad mexicana rescindió el contrato del futbolista. Ahora fue un paso más allá. Pumas pidió una indemnización al futbolista, de 39 años, de cinco millones de dólares por romper una cláusula de ética y comportamiento, según publicó el portal brasileño UOL. Esta condición en el contrato, según pudo saber este diario, se aplica en todos los vínculos de todos los jugadores del club y penalizan la implicación en casos de dopaje, “en cualquier escándalo que se haga público” o en “cualquier acto que se considere delito en la legislación del país donde se haya producido”.
Los primeros días de enero se transformaron en puro caos para Pumas. El 4 de enero, la mujer denunció a los Mossos d’Esquadra que Alves la había violado el 31 de diciembre en la discoteca Sutton de Barcelona. Una semana después, el futbolista pidió al club autorización para viajar a Barcelona y asistir al funeral de su suegra. La petición fue concedida. Desde entonces, en el club mexicano todo ha sido hermético. Cuando el brasileño fue arrestado por la policía tras llegar a Barcelona, el conjunto mexicano consultó al equipo legal y decidieron que debían rescindir de forma inmediata el contrato con Alves. “No podemos permitir que la conducta de una persona perjudique nuestra filosofía de trabajo”, dijo Leopoldo Silva, presidente de Pumas.
Alves pasó de ser un idilio del fútbol a una pesadilla legal para Pumas. El 21 de julio de 2022, el equipo universitario había sacudido el mercado de fichajes cuando anunció el fichaje del exdefensa del Barcelona, el futbolista con más títulos de la historia (42). En Pumas no acostumbraban a contratar a jugadores con demasiado caché, sino que apostaban por formar a jóvenes mexicanos. El fichaje de Alves, entonces, fue histórico para el club, que ató al brasileño con un contrato de 300.000 euros por una temporada, un salario descomunal para la liga mexicana. Alves, sin embargo, parecía el gancho perfecto para los patrocinadores de Pumas, entre ellos marcas internacionales como Nike y DHL. Las camisetas del equipo se agotaron días después de conocerse el fichaje y el club aprovechó la imagen del futbolista, con 9,4 millones de seguidores en Twitter y 38,5 millones en Instagram, para tener mayor exposición frente a sus patrocinadores.
Ahora, en el club mexicano, Alves es visto como un nombre prohibido. También lo es para las marcas que apostaban por el brasileño. El vínculo entre Adidas y Alves expiró en 2022. La empresa alemana no renovó el contrato. No fue la única que se desligó del futbolista. Hygia Saúde (aplicación relacionada con la salud pública en Brasil), rescindió su patrocinio con Alves el 24 de enero, cuatro días después de su detención. “Nuestro pilar es la valorización de la mujer y nos esforzamos para que cada vez sean más reconocidas en la sociedad y para que puedan tener una vida mejor y más saludable”, comunicó. 1xBet (empresa de apuestas) optó por enviar un correo electrónico y poner fin al vínculo con el jugador el 23 de enero, tres días después del arresto. “Los pagos planificados también se pospondrán”, le recordó. Y Ethika (ropa interior) rescindió el vínculo el 25 de enero, cinco días después de que Alves haya ingresado en prisión. “No realizaremos ninguno de los pagos acordados para 2023 hasta que Dani sea liberado de la culpa”, detalló.
Que le hayan rescindido los contratos es uno de los argumentos de Alves para solicitar su libertad provisional. Según informa Jesús García, la defensa del futbolista asegura que el brasileño no posee “músculo económico” y cita precisamente la decisión de Pumas de rescindir su contrato. En el escrito agrega que “varias compañías han rescindido los contratos de patrocinio, publicidad e imagen” que tenían suscritos con el jugador.
Márquez y el narcotráfico
Rafael Márquez, actual entrenador del Barça Athletic, fue incluido por la Oficina de Control de Bienes de Extranjeros (OFAC) de EE.UU como sospechoso de haber sido uno de los testaferros del narcotráfico en 2017. Tras esa información, las marcas en las que el mexicano era su embajador – Gillete y Nike – terminaron su relación de inmediato. Márquez aseguró no tener relación ninguna y, con los meses, pudo jugar la Copa del Mundo. Eso sí, las marcas que acompañaban a la selección mexicana le pidieron entrenar con una equipación sin logotipos. Tampoco podía dar declaraciones ante la prensa. En septiembre de 2021, la OFAC retiró el nombre de Márquez de su lista.
Otros casos en los que las marcas terminaron de tajo sus relaciones con deportistas involucrados en delitos o escándalos fueron el de Tiger Woods en 2009, cuando fue público un escándalo sexual que le costó una serie de patrocinadores globales y millones de dólares. En 2018, el boxeador filipino Manny Pacquiao perdió un contrato con Nike, uno de sus pilares, por asegurar que los homosexuales “eran peores que los animales”.
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