El caso Dani Alves era insostenible para los Pumas. El club universitario ha informado este viernes que el jugador ha dejado de pertenecer al equipo tras haber ingresado a una prisión acusado de violación. El brasileño declaró ante las autoridades por haber abusado sexualmente de una mujer en una discoteca en Barcelona el pasado 30 de diciembre. “Con esta decisión el club reitera su compromiso de no tolerar actos, de ningún integrante de la institución sea quien sea, que atenten contra el espíritu universitario y sus valores”, dijo Leopoldo Silva, presidente del equipo mexicano.
“El Club Universidad Nacional es una institución que promueve el respeto y el comportamiento íntegro, digno y profesional dentro y fuera de la cancha de sus jugadores y sus jugadoras. No podemos permitir que la conducta de una persona perjudique nuestra filosofía de trabajo”, agregó Silva la tarde de este viernes en la capital mexicana.
Alves viajó a Barcelona desde la semana pasada cuando su equipo, los Pumas de la UNAM, le dio un permiso para asistir al funeral de su suegra. Desde entonces, el club no ofreció más detalles hasta que el brasileño fue detenido por los Mosssos y le trasladaran a una comisaría para tomarle declaración. El lateral, de 39 años, negó mantener relaciones sexuales no consensuadas con la joven. La declaración de la víctima, sin embargo, ha sido “coherente y sólida”, según han contado fuentes judiciales. Además, las autoridades ya han analizado los indicios, como huellas y restos biológicos.
Para entender el caso Alves hay que rebobinar a la magrugada del 30 de diciembre. Dani Alves, tras jugar el Mundial de Qatar con Brasil, pasó sus vacaciones en Barcelona, antes de viajar a Ciudad de México para jugar con los Pumas. Alves acudió, con un grupo de amigos, a una lujosa y exclusiva discoteca de la capital catalana, Sutton. Ahí el futbolista intentó abordar a la presunta víctima. La mujer dijo que no conocía a Alves, quien aseguró, de forma irónica, que era un jugador de petanca, según consta en la denuncia. El deportista tomó la mano de la joven y la colocó sobre su pene. Minutos después, Alves la invitó al baño y ahí ocurrió la presunta violación. La escena, que duró 15 minutos, ha sido descrita como muy violenta. La denunciante alertó de lo que ocurrió esa misma noche y fue atendida en un hospital en Barcelona. Dos días después, denunció lo ocurrido ante las autoridades catalanas.
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