Redes locales de energía: el poder de la gente al servicio de una energía más limpia y barata | Tecnología

Pueden parecer enchufes corrientes, pero si conectamos una bomba de calor o un cargador de un vehículo eléctrico en uno de estos dispositivos inteligentes obtendremos enormes beneficios para el medio ambiente y ahorros para los hogares.

En Valladolid, Santiago Campos prueba una nueva tecnología que promete cambiar la forma en la que él y muchas otras personas consumen energía en sus hogares. Campos instaló una serie de dispositivos inteligentes en su casa a finales del año pasado y ahora ha llegado el momento de recoger los frutos en forma de eficiencia energética y recortes en las facturas de calefacción.

“Hago esto por el medio ambiente y también para ahorrar en casa, concretamente, utilizando mi bomba de calor de forma más eficiente”, comenta Campos, de 55 años, que trabaja en una cooperativa de electricidad local llamada Energética Coop. “También quiero contribuir al desarrollo de un nuevo servicio que, en mi opinión, podría resultar muy positivo para nuestros socios y para el medio ambiente”.

Bienvenidos a Redream, un proyecto financiado con fondos de la UE, cuyo objetivo es fomentar el uso de fuentes de energía renovable más baratas. Mediante la implantación de un sistema tecnológico basado en datos con el que es posible optimizar el momento y la forma de consumir energía, esta iniciativa aporta su grano de arena a los esfuerzos de la UE por abandonar combustibles fósiles como el carbón y el gas natural.

En los últimos meses, han saltado a los titulares los costes estratosféricos de la energía, lo que pone de relieve la importancia del objetivo de Europa de abastecerse de energía más ecológica. Incluso antes de que Rusia invadiese Ucrania hace más de un año, la UE preparaba objetivos ambiciosos en materia de renovables para 2030 en el marco de sus medidas de lucha contra el cambio climático.

Según el nuevo proyecto de legislación de la UE, al final de esta década, las renovables representarán al menos el 40% de la energía consumida de media en la UE, lo que supone un incremento con respecto al objetivo anterior de alcanzar el 32% en 2030. Pero esta meta no está exenta de retos, máxime si tenemos en cuenta la naturaleza intermitente de energías renovables como la solar y la eólica.

Los picos en la demanda energética rara vez coinciden con picos en la producción de renovables. Si encendemos una bomba de calor en casa por la noche, es muy probable que la electricidad consumida provenga de combustibles fósiles.

Barato y fácil

“Las opciones de las que disponen hoy en día los consumidores para modificar su forma de utilizar la energía son muy limitadas”, explica Álvaro Sánchez Miralles, experto en energías y coordinador de Redream. Esta iniciativa de tres años de duración concluirá este septiembre.

La piedra angular del proyecto es un “ecosistema energético” que permite reducir los picos de demanda distribuyendo el uso de energía de forma más uniforme a lo largo del día. Este sistema puede controlar dispositivos de forma remota y aprovechar las condiciones en las que están disponibles las renovables.

Así, en un día soleado en el que hay abundante energía solar, el sistema aprovecha la oportunidad de emplear una energía más limpia y barata para cargar vehículos eléctricos, por ejemplo.

Según apunta Miralles, profesor propio agregado del Instituto de Investigación Tecnológica (IIT) de la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid, todo esto permite hacer un mayor uso de las energías renovables y de forma más práctica para los hogares.

La interfaz de una aplicación móvil ofrece a los usuarios información detallada sobre el uso y un “asistente energético” les asesora planteándoles distintas opciones. Existen dos modos: uno se activa automáticamente en los dispositivos cuando las renovables son abundantes y más baratas, y otro envía una alerta cuando se producen estos momentos para que los consumidores decidan si quieren o no activar los dispositivos.

Desde Valladolid, Campos afirma que ha dejado que sea esta tecnología la que tome todas las decisiones relativas a su bomba de calor y está encantado con el rendimiento del sistema en su conjunto. “He configurado mi bomba de calor en modo control automático”, señaló. “Ha sido muy fácil de utilizar y ya se aprecian efectos notables”.

Campos explica que es demasiado pronto para calcular el ahorro de forma precisa. Aunque hasta la fecha tan solo unos cuantos usuarios de España, Croacia y Reino Unido la han puesto a prueba, cuando se adopte a mayor escala en los próximos años esta tecnología podría contribuir de forma muy significativa al fomento de las renovables. “Nuestra verdadera ambición es tener millones de usuarios para lograr que estos cambios se produzcan de forma masiva”, señaló Miralles.

Inversión de roles

A través de socios locales, Redream ayuda además a los consumidores a convertirse también ellos en productores; lo que se ha dado en llamar prosumidores. Existe varias posibilidades: desde construir un aerogenerador en un vecindario hasta instalar paneles solares en el tejado de una casa. El equipo también ve en ello una oportunidad para fomentar las renovables y reducir los costes energéticos.

Campos estudia cómo puede ayudarle a hacer un mayor uso directo de la energía solar que genera en su tejado para abastecer su propia casa. Gracias a esta tecnología es posible conjugar la generación de energía local y el consumo doméstico. Otros inciden en los beneficios de aumentar la producción local de renovables.

Kostas Galanakis es el coordinador del proyecto Smart-BEEjS, integrado por un consorcio de ocho universidades y centros de investigación de toda Europa que promueven el desarrollo de “distritos de energía positiva” (PED, por sus siglas en inglés).

El proyecto se suma a los planes de la UE de establecer 100 de estos distritos de aquí a 2025. Esta iniciativa comenzó su andadura en 2019 y finalizará en abril de este año. Los PED son comunidades de vecinos que generan su propia energía renovable y producen más de la que consumen.

Círculos virtuosos

Esta energía puede volcarse y venderse a la red y los beneficios pueden reinvertirse, creando así un círculo virtuoso en el que los ingresos generados mediante las renovables se emplean para agilizar la transición ecológica local y ayudar a los hogares más humildes a pagar su factura energética. Existen ya casos de éxito, pero en su mayoría a pequeña escala. Smart-BEEjS se basa en estas experiencias para averiguar qué funciona y qué se necesita para que surjan más PED.

Galanakis se refiere a casos como el de Aardehuizen en los Países Bajos, o el de la isla danesa de Samsø, donde los usuarios obtienen importantes beneficios económicos y medioambientales produciendo su propia energía. Aardehuizen cuenta solo con 23 viviendas. Cada una se abastece con calor solar pasivo (grandes ventanas en la fachada sur), colectores solares, estufas de leña y bombas de calor. La comunidad está conectada a la red eléctrica, pero es prácticamente autosuficiente gracias a los paneles solares.

En 1997, Samsø fue adjudicataria de un contrato público que les permitió alcanzar la autosuficiencia empleando únicamente energías renovables. Más de un cuarto de siglo después, la isla genera toda su energía y calefacción mediante aerogeneradores en tierra y mar y paneles solares.

Para que surjan nuevos PED en otros lugares es fundamental contar con apoyo político y financiación; los hallazgos del equipo de Smart-BEEjS servirán para fundamentar futuras decisiones políticas, según explica Galanakis, profesor asociado de sistemas de innovación y emprendimiento en la Universidad Nottingham Trent de Reino Unido.

A más largo plazo, vaticina un enorme interés y potencial en la construcción de sistemas energéticos con un planteamiento ascendente según el cual los segmentos más vulnerables de la sociedad sean los beneficiados. En palabras de Galanakis: “Hemos hecho hincapié en la descentralización del sistema energético para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y hacerlo más justo socialmente, de manera que no dejemos a las personas más vulnerables atrás”.

La investigación a la que hace referencia este artículo ha sido financiada a través de las Acciones Marie Skłodowska-Curie (MSCA). Artículo publicado originalmente en Horizon, la Revista de Investigación e Innovación de la Unión Europea.

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