Cuando entiendes que las verduras pueden ser espectaculares y que, según como las cocines y combines, puedes sacar a relucir sus mejores cualidades, entonces tienes mucho ganado en la cocina y su disfrute. La receta de hoy es un gran ejemplo de esto y de que no necesitas un trozaco de carne para que un plato sea sabroso: es perfecta por si sola para una cena de pica-pica, acompañada de un buen pan.
El método de cocción hace mucho en este caso: las remolachas y zanahorias ganan mil puntos en sabor, textura y color cuando las asas. Se vuelven más dulces porque su propio azúcar se carameliza, adquieren notas a fruto seco y se tuestan para volverse crujientes en el exterior, con un tono dorado que dice a gritos “cómeme”. Las remolachas, especialmente, se intensifican al hornearlas enteras y con piel, por lo que te recomiendo que busques unas no muy grandes para que se cocinen de este modo con mayor rapidez. ¿Está mal, entonces, cocerlas en agua, al vapor o incluso en el microondas? No, claro que no, pero obtendrás resultados diferentes que bien podrán ser los buscados en otras ocasiones.
Para aprovechar que hemos encendido el horno, añadiremos a este plato unos garbanzos especiados que cocinaremos apenas durante los últimos minutos de asado de las verduras. En este caso tienen cúrcuma, ajo en polvo y pimentón picante pero puedes añadirles las especias y/o hierbas que más te gusten.
En la base de este plato tenemos labneh, una especie de yogur desuerado y concentrado, fresco y lácteo, que contrasta muy bien con el picante de los garbanzos y lo dulce de la remolacha y las zanahorias (este trío fresco-picante-dulce es algo útil a tener en mente a la hora de pensar tus platos). Para preparar el labneh puedes seguir el paso a paso de este vídeo. Si no quieres o tienes el tiempo de hacerlo, puedes reemplazarlo por yogur griego sin azúcar.
Dificultad
La de encontrar remolachas pequeñas.
Ingredientes
Para 4 personas
- 6 remolachas pequeñas
- 2 o 3 zanahorias
- 350 g de labneh o yogur griego sin azúcar
- 200 g de garbanzos cocidos
- ½ cucharadita de pimentón picante
- ½ cucharadita de cúrcuma
- ½ cucharadita de ajo en polvo
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra recién molida
Preparación
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Calienta el horno a 200 °C. Lava bien las remolachas y las zanahorias. Córtales el rabito más fino y los tallos a las remolachas, dejándoles 1 cm (guarda las hojas y tallos para otras preparaciones). Pela las zanahorias córtalas en cuartos longitudinalmente (si son muy largas, córtalas primero por la mitad).
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Coloca las zanahorias y remolachas en un bol y añade aceite de oliva virgen extra, sal fina y pimienta negra recién molida. Si quieres agregar alguna hierba como romero o unos dientes de ajo, también puedes hacerlo. Remuévelo para que todas las remolachas y zanahorias queden bien impregnadas. Colócalas en una bandeja para horno (que no ocupe todo el horno porque tendrás que meter otra bandeja más con los garbanzos) y tápala con un papel aluminio. Hornéalas durante 20 minutos.
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Mientras, en un bol mezcla los garbanzos con tres cucharadas de aceite de oliva, sal fina, el pimentón picante, la cúrcuma, el ajo en polvo y pimienta negra. Mezcla todo bien y disponlo en otra bandeja para horno en una sola capa si es posible. Métela en el horno una vez hayan transcurridos los primeros 20 minutos de cocción de las verduras.
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Retira el papel aluminio y hornea las verduras otros 20 minutos más o hasta que estén tiernas. Las zanahorias deben estar doradas y la piel de las remolachas arrugada.
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En un plato haz una base con el labneh y coloca encima los garbanzos especiados. Pela las remolachas, quítales los tallos y córtalas en cuartos. Colócalas encima de los garbanzos junto con las zanahorias. Termina con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, pimienta negra y alguna hierba fresca a tu elección.
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