El presidente ruso, Vladímir Putin, ha firmado este martes un decreto que prohíbe exportar petróleo a aquellos países que apliquen un tope al precio del crudo ruso. El veto entrará en vigor el próximo 1 de febrero y durará al menos cinco meses, hasta el 1 de julio. El G-7, la UE y Australia acordaron a principios de diciembre la fijación de un precio máximo de 60 euros por barril para el petróleo ruso, en el marco de las sanciones aplicadas contra Rusia por la invasión de Ucrania.
El presidente ruso ya informó el pasado domingo de que a principios de esta semana anunciaría la respuesta del Kremlin al tope occidental de 60 dólares (56,5 euros) por barril. Putin afirmó, en un discurso en el que aseguró que está dispuesto a negociar con Kiev, que su país no saldría perjudicado por esa medida: “No perdemos nada por el tope ese”, declaró el mandatario ruso. La respuesta anunciada este martes contempla la prohibición del suministro de petróleo y productos derivados desde la Federación Rusa “a quienes prescriben un precio máximo en los contratos”, según recoge la agencia oficial Tass. La medida tendrá poco impacto en los países comunitarios, ya que la mayoría han reducido drásticamente sus compras de petróleo ruso y desde el pasado día 5 está en vigor el veto de la UE al crudo ruso que llegaba por mar.
La UE dio el paso de fijar un tope al petróleo ruso el pasado 2 de diciembre. Tras meses de sanciones sobre sectores estratégicos de Moscú, compensadas en gran medida por el alto precio de venta de los hidrocarburos, los Veintisiete acordaron la imposición de un precio máximo al que el gigante euroasiático puede vender su vastísima producción petrolera. Al día siguiente, se sumaron a la medida los miembros del G-7 que no forman parte de la UE (Estados Unidos, el Reino Unido, Japón y Canadá) y Australia.
A pesar de que China y la India no han secundado el tope, las medidas adoptadas por Occidente también tienen implicaciones sobre las exportaciones fósiles rusas a los dos gigantes asiáticos, ya que muchas de las empresas armadoras y aseguradoras que participan en esos envíos están radicadas en países que sí han fijado el precio máximo. El decreto presidencial de este martes subraya que “la prohibición se aplicará durante todas las fases del suministro hasta el comprador final”.
El decreto ruso incluye una cláusula que permite a Putin anular el veto en ciertas circunstancias. El Ministerio de Energía será el encargado del cumplimiento del decreto presidencial.
El ministro de Finanzas ruso, Anton Siluanov, anunció este martes por la mañana que el déficit presupuestario de Rusia podría superar el 2% del PIB que estaba planificado para 2023. Siluanov ha explicado que esa modificación en la proyección se debe al coste de las actividades militares en Ucrania y también a la fijación del tope occidental al petróleo ruso. Aun así, algunos analistas sostienen que el tope de 60 dólares por barril tendrá un impacto muy limitado a corto plazo en la economía rusa porque los países que lo aplican ya habían reducido drásticamente sus compras de crudo a Rusia antes de aprobar ese límite de precio.
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