Mientras en España aún se especula con la posibilidad de un adelanto electoral, Pedro Sánchez ha empezado en Viena la primera de sus cinco giras europeas para hacer exactamente lo contrario: garantizar el éxito de la presidencia española que empieza en julio y termina en diciembre, esto es dar por bueno que las elecciones llegarán lo más tarde posible, a finales de año. Sánchez ha llegado este jueves a Viena, la capital austriaca, viajará por la tarde a la croata, Zagreb, este viernes irá a la eslovena, Liubliana, en un recorrido que le llevará hasta junio por la mayoría de los países europeos ―no todos― con la idea de buscar acuerdos en asuntos decisivos ―en especial la política de migración y asilo, la reforma energética, las reglas de las ayudas de estado o el marco de autonomía estratégica de la UE― para que la presidencia española sea un éxito que refuerce tanto la imagen de España como la del propio presidente, que cree tener en su agenda internacional una baza política importante frente a un Alberto Núñez Feijóo que aún no ha tenido mucho recorrido en esta parcela de la política.
Sánchez cree que con todos sus viajes y sus contactos a todos los niveles podrá garantizar el éxito de la presidencia, pero hay un hito que sería el colofón perfecto aunque no esté relacionado directamente: el final de la guerra en Ucrania. La influencia de España en algo así es muy menor, pero Sánchez cree que es esperable que la guerra pueda terminar este año, y, por tanto, podría producirse durante la presidencia española, aunque en La Moncloa no quieren vincular los dos procesos. Lo que es seguro es que la guerra será un asunto decisivo de los debates en ese semestre europeo, porque ya lo es en todas las cumbres, y por eso Sánchez se reserva siempre un apartado sobre Ucrania en todas las etapas de esta gira.
El presidente, en una conversación informal con los periodistas que le acompañan en la gira, señaló que en este momento parece evidente que el final de la guerra no está cercano, y más bien se espera una gran ofensiva rusa, y por eso ahora la UE tiene que reforzar su apoyo a Ucrania, pero sí confía en que pudiera llegar este año. La prioridad de la UE en este momento, para Sánchez, además del respaldo a Ucrania, es hacer mucho trabajo diplomático para que el plan de paz de Volodímir Zelenski tenga más apoyo internacional en los países que aún tienen dudas o están cercanos a Rusia.
El primer gran asunto en el viaje de Sánchez ha sido la migración. Austria tiene una posición dura en esta cuestión, y el presidente español ha admitido que hay discrepancias, aunque trabajará para encontrar un consenso durante su presidencia. “Son tiempos más que difíciles. Tenemos una guerra en Europa, tenemos una gran inflación, una crisis energética, y tenemos un gran tema con la migración irregular”, ha comenzado diciendo el canciller austriaco, el conservador Karl Nehammer, en la comparecencia sin preguntas con Sánchez. “España es un socio muy importante para Austria, es frontera exterior de la UE y sufre la presión. España necesita nuestro apoyo. Sánchez y yo creemos que es muy importante proteger las fronteras y llegar a convenios con los países de origen y los de tránsito. Por eso, Austria va a apoyar a España en la presidencia de la UE”; ha insistido, después de señalar la buena relación personal que tiene con el presidente español.
Sánchez ha reivindicado que “España es un país profundamente europeísta, que defiende con optimismo la vigencia del proyecto europeo”. El presidente español ha admitido la situación complicada del momento, pero ha confiado en que se pueda avanzar durante la presidencia española. “Estamos inmersos en una guerra en Europa, debemos recordar nuestro apoyo sin fisuras a Ucrania. Durante la presidencia española, que llegará al final del mandato de la Comisión Europea, tendremos que ser proactivos. Tenemos que trabajar en transición verde, en la revisión mercado energético, en la reducción de emisiones e incrementar la autonomía estratégica abierta, no proteccionista. Tenemos que extraer lecciones de esta maldita guerra para reindustrializar Europa. Tenemos que construir una agenda positiva con los países al sur de Europa para que frenen la entrada de inmigración irregular. En migraciones vamos a intentar contar llegar a un acuerdo antes de mayo de 2024. Con Austria coincidimos en algunas cosas y en otras tenemos que trabajar mucho”, ha dicho Sánchez reconociendo las discrepancias. “Queremos que Europa avance en este semestre, vamos a buscar soluciones teniendo en cuenta las preocupaciones de todos los países”, ha rematado.
La próxima gira, a principios de marzo, llevará a Sánchez a Irlanda, Dinamarca y Finlandia, según fuentes del Gobierno. Y después habrá al menos otras tres. Es casi seguro que no irá a Hungría, dirigida por el ultraderechista Viktor Orban, que tiene una visión contraria a Sánchez en casi todos los asuntos, y aún no está claro si visitará Italia, uno de los países centrales de Europa, pero ahora liderado por la ultraderechista Giorgia Meloni, que llegó a protagonizar el mitin central de Vox en las elecciones andaluzas. Sánchez quiere normalizar la relación con Meloni, porque España e Italia no pueden vivir de espaldas, pero aún tiene que rematar la decisión política de ese primer viaje a Roma.
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