Este martes era un día agitado en el Congreso de los Diputados de México. La agenda marcaba que la Cámara comenzaba a sesionar sobre las 11 de la mañana, pero una visita del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, puso en jaque el esquema previsto. La mano derecha del presidente Andrés Manuel López Obrador presentó a media mañana el ‘plan B’ para una reforma electoral. Ante el inminente fracaso de una reforma constitucional, el Gobierno planteó modificaciones a leyes secundarias para poder así cambiar el sistema electoral mexicano. La propuesta venía además con dos órdenes desde lo más alto del Ejecutivo: el documento tenía que pasar con una dispensa de trámites, un acuerdo bajo el que una legislación se aprueba de manera urgente sin moverse ni una sola coma, y debía ser votado en la sesión de este mismo martes.
La sacudida legislativa tomó a Santiago Creel (Ciudad de México, 67 años) casi desprevenido. El diputado del Partido de Acción Nacional, que además preside la Cámara baja, es de las voces críticas más fuertes contra el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en ese recinto legislativo. “Es totalmente reprobable lo que están haciendo, rompe con todas las reglas mínimas del proceso legislativo”, dijo en una corta conferencia de prensa el martes por la mañana. A mediodía, Creel seguía sin conocer los detalles del ‘plan B’, porque no había tenido ni un minuto para sentarse a leer las páginas enviadas por el presidente, a quien califica de “autócrata”. “Si queremos hacer política democrática, las formas deben de respetarse siempre, independientemente de lo que desee el presidente”, señaló, “sus tiempos atropellan las voluntades en la Cámara de Diputados y son formas antidemocráticas”.
Una hora después de la conferencia de prensa, y cuando ya ha abierto la sesión legislativa, Creel se sienta en su oficina en el Congreso a conversar con EL PAÍS. Habla de la coyuntura del día, que le atrapa la agenda, pero también de su acercamiento con el morenista Ricardo Monreal, de la alianza opositora Va por México, y de las elecciones presidenciales de 2024.
Pregunta. Cuando le entrevistamos el año pasado, la oposición estaba iniciando unos diálogos con el Gobierno sobre varios temas, como seguridad, salud o economía. ¿En qué quedó eso?
Respuesta. Solicitamos dialogar con el presidente en diciembre del año pasado, en enero y febrero empezamos a tratar de armar unas mesas de diálogo que fue infructuoso porque el secretario de Gobernación decidió posponer y posponer ese diálogo. Hubo un momento en que nos dimos cuenta que ese diálogo no se iba a llevar a cabo. Estamos en el quinto año de gobierno y los partidos de oposición no han tenido un diálogo con el presidente, no han cruzado una sola palabra. Esto es totalmente atípico. Nunca había sucedido, ni en las épocas del partido hegemónico.
P. La jugada de este martes en la Cámara baja, ¿es otro gesto para evitar el diálogo?
R. Es una manera de no dialogar. Lo que es absurdo en un Parlamento, la esencia del Parlamento es parlar, hablar, intercambiar ideas, dialogar juntos. Las presenta [a las iniciativas] bajo dos modalidades de rasgos autoritarios. La primera es que a una propuesta no se le puede mover una sola coma. Y la segunda es que se evite cualquier discusión. Las presenta un día y quiere que se discutan y se vote el mismo día. En este caso presentó una serie de iniciativas, no estamos hablando de una norma. Estamos hablando de realmente más de 50 normas que se van a modificar. Normas complejas en un tema que siempre ha sido un tema de consenso, que es el tema electoral, porque se habla del árbitro, de las reglas de competencia que conciernen a partidos políticos, y para que tengan legitimidad se requiere de un amplio consenso. Aquí ni legitimidad, ni discusión, ni estudio previo, ni diálogo.
P. El PAN se posicionó en contra de la reforma electoral constitucional, ¿qué trae el ‘plan B’ de ese primer proyecto que le preocupe?
R. No lo conozco. Lo que sí puedo afirmar es que si una disposición de las presentadas por el secretario de Gobernación en representación del presidente si una sola norma es inconstitucional lo vamos a impugnar ante la Suprema Corte de Justicia. Tenemos ese derecho y esa responsabilidad y lo haremos en el momento que podamos leer las iniciativas, valorarlas. Y en caso de que sean aprobadas, pues inmediatamente procederemos a entablar ese recurso de impugnación que se llama acción de inconstitucionalidad y que tiene por objeto anular piezas legislativas que sean inconstitucionales.
P. ¿Por qué Morena tiene este apuro para tratar un asunto tan importante de esta manera?
R. Es obvio que están muy incómodos con un árbitro independiente, imparcial, que goza de plena autonomía, plena legitimación y de popularidad. ¿Y qué es lo que sucede con un gobierno con estos rasgos autoritarios? Le molesta las autonomías, es por ello que ha sometido e intentado someter a poderes y a órganos de autonomía constitucional. Muchos de los órganos de autonomía constitucional están hoy acéfalos porque sus integrantes, que ya cumplieron su periodo, no han sido nombrados. A muchos de estos órganos, como es el caso del INE [Instituto Nacional Electoral], les ha recortado el presupuesto, que es otra manera de debilitar los órganos de autonomía constitucional.
P. Había dicho que si el PRI apoyaba la reforma electoral constitucional, se acababa la alianza. ¿Qué pasa si el PRI apoya el ‘plan B’?
R. Afortunadamente hoy [martes] por la mañana pude platicar con el PRI y estamos de acuerdo tanto en la reforma constitucional como en la reforma en materia de legislación secundaria. Después de mis declaraciones, tuve la oportunidad de tener un acercamiento y me han ratificado eso. Entonces espero que todos cumplamos, que la alianza con esto se fortalezca y que además se expanda al Estado de México, a Coahuila y a otros aspectos de la agenda legislativa.
P. Pero el PRI en otras ocasiones, como en la reforma para extender la presencia militar en las calles, apoyó a Morena. ¿Existe el riesgo de que actúe bajo el interés personal del presidente del partido, Alejandro Moreno?
R. Hoy me ratificaron que votan con nosotros y doy por buena su palabra y su compromiso.
P. Sobre su acercamiento con Ricardo Monreal, ¿han discutido detalles de la gira de reconciliación nacional que plantearon hacer?
R. Lo vamos a hacer probablemente a final de semana. Yo creo que es una gran idea que dos liderazgos de pensamiento distintos podamos sentarnos en una mesa y demostrar que se puede dialogar, aunque el gobierno no lo crea o no lo quiera. Que podemos abordar temas de fondo y que podemos hacerlo respetando las ideas de cada quien. Que sabemos escuchar opiniones críticas, que sabemos buscar los puntos de coincidencia y quizá hacer pronunciamientos en conjunto sobre temas de interés nacional. Yo creo que va a ser una enorme lección pedagógica, particularmente para el presidente, pero igualmente para el resto del país.
P. En el PAN no cayó bien ese acercamiento, principalmente porque no confían en Monreal, y dicen que usted decidió actuar por la libre. ¿Ese acercamiento lo hizo como Santiago Creel o como dirigente del PAN?
R. Lo hago en mi calidad de líder de la oposición. Efectivamente hablé con muchos de mis compañeras y compañeros porque hay desconfianza, pero yo pienso que tenemos que superar la barrera de la desconfianza, atrevernos a dar pasos hacia adelante para que este país pueda retomar su rumbo. Un país dividido es un país que no va a ninguna parte. Es un país enfrentado consigo mismo. Es un país que drena su energía en eso y no en los grandes temas nacionales.
P. Pero el presidente sigue teniendo unas cifras altísimas de oposición. ¿Cómo piensan ganarle al delfín que él elija para 2024?
R. Ya le ganamos, la oposición en su conjunto. En las elecciones federales de 2021 obtuvimos 23 millones de votos. Ellos, la coalición oficialista de Morena, obtuvo 21 millones de votos. Vamos arriba. Si la elección de 2021, que fueron intermedias, hubiesen sido presidenciales, Morena estaría afuera del gobierno.
P. ¿Tiene que ir la oposición en conjunto?
R. Sí.
P. ¿Incluido Movimiento Ciudadano?
R. Sí.
P. ¿Pero cómo van las negociaciones con ellos? Porque hasta ahora no se han sumado…
R. La posición de Movimiento Ciudadano ha sido muy clara y yo la respeto. Hasta este momento ellos han adoptado la posición de ir por su cuenta. Sin embargo, faltan todavía 17 meses para entrar en la fase electoral. Cada quien debe tener su espacio y sus tiempos. De cualquier manera, nosotros estamos preparándonos para ir el PAN, el PRI y el PRD, y estamos muy entusiasmados porque creemos poder ganar el Estado de México y Coahuila [en 2023]. Y si lo hacemos, la opinión pública volteará a ver a nuestra coalición como una salida de apoyo para el otro México, que es pueblo.
P. Usted ha dicho que quiere encabezar esa lista como candidato a la presidencia. ¿Qué tiene para ofrecerle a México?
R. Reconstitución y reconstrucción de instituciones. El regreso de la confianza a México. La restitución de nuestra vida constitucional, la reorientación de nuestra estructura económica para favorecer a quienes menos tienen. Yo no soy de izquierda, pero estoy seguro que mi política fiscal, monetaria, de administración pública, de inversiones públicas, podrá dar muchos más dividendos. Tengo la experiencia que nadie de los contendientes tiene, ni las corcholatas del presidente, ni los demás aspirantes del lado opositor. No es lo que yo vaya a hacer, es lo que ya hice como secretario de Gobernación, encargado de la seguridad interior de este país y de la seguridad nacional.
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