Sequía: Así afectarán las restricciones de agua en Barcelona por la sequía | Cataluña

Las restricciones de agua llegan para el grueso de la población de Cataluña tras un año extremadamente seco y sin perspectivas de lluvias generosas a la vista. La falta de precipitaciones ha llevado a que la Generalitat de Cataluña extienda la declaración de alerta por sequía a Barcelona y toda su área metropolitana por la escasez de agua en el sistema que la abastece: el de los ríos Ter-Llobregat, cuyos embalses se encuentran al 33% de capacidad. Las lluvias otoñales no han sido suficientes, y la ciudad y toda su área metropolitana vuelven a esta situación de alerta por por primera vez desde la gran sequía de 2008. Por entonces, las medidas se extendieron meses.

Esas limitaciones de agua en 2008 supusieron el primer gran aviso de la crisis del agua en la ciudad y propulsaron un cambio de paradigma en la política hídrica. Cataluña optó por construir desalinizadoras y plantas potabilizadoras (que suponen un elevado coste energético) para afrontar la falta de lluvias que los científicos, ya alertaban, traería el cambio climático. Por entonces, todavía no había entrado en funcionamiento la desalinizadora de El Prat (lo hizo en 2009), la locomotora que garantiza el suministro de agua en la capital catalana (puede generar hasta 60 hm3 al año) a través de la potabilización de agua de mar. Nunca se ha producido tanta agua desalada como en este 2022 y expertos consultados dan por hecho que sin la instalación Barcelona habría entrado irremediablemente en alerta por sequía ya en verano. La comunidad empieza a mirar al cielo con mucha preocupación. De extenderse la falta de lluvias más meses, empezará a peligrar seriamente la próxima temporada de riego (la agricultura consume el 70% de recursos, según la Unesco).

En cuanto se publique en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya, en total se verán afectados 6,6 millones de catalanes, más del 85% de la población de la comunidad. La consejera de Acción Climática de la Generalitat, Teresa Jordà, anunció la ampliación de la alerta ayer en la emisora Ràdio Catalunya, de acuerdo con el plan especial de actuación en situación de alerta y eventual sequía. La consejera quiso remarcar que en este fase, los barceloneses prácticamente no notarán las restricciones y que el suministro de agua para consumo humano (el que se utiliza en casa) está garantizado. Estas son las medidas que, según la propia norma de la Generalitat, se aplicarán a partir de este martes a 550 municipios entre las cuatro provincias (Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona). Eso no descarta que los municipios puedan aplicar limitaciones todavía más restrictivas. El Ayuntamiento de Barcelona tiene previsto explicarlas en rueda de prensa este martes.

Limitación de consumo de agua de boca en casa: En esta fase de alerta se establece un límite de consumo de agua diario y día por persona de 250 litros por habitantes. Si se tiene en cuenta que los barceloneses consumen al día 106 litros de agua, según datos del Ayuntamiento de Barcelona, esta limitación no se notará en los hogares.

Limitación del riego de jardines: El plan de sequía establece que en esta fase de alerta el riego de jardines, tanto públicos como particulares, se podrá hacer solo en horario de menor insolación: de las 8 de la noche a 8 de la mañana. Tampoco se podrá regar los días de lluvia. En los jardines particulares, solo se podrá regar dos días cada semana: el miércoles y sábado (para los hogares con numero par) y los jueves y los domingos (número impar), salvo que el Consistorio de turno decida otra alternancia.

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Limpieza de calles, fachadas o coches. Se prohíbe que los particulares utilizan mangueras de agua para limpiar sus calles o fachadas de sus casas. Sí podrán utilizar elementos como fregonas o esponjas. Por su parte, los ayuntamientos deberán seguir un plan para utilizar el menor agua potable posible para limpiar las calles. Desde la gran sequía de 2008, la capital catalana ha trabajado para que, en caso de que volviera una alerta por sequía (como finalmente ha ocurrido) la ciudad estuviera mejor preparada. Así, en las últimas décadas ha reducido el uso de agua potable para los servicios de limpieza, clave para no reducir reservas de consumo humano. El líquido potable usado para limpiar las calles se ha sustituido por agua regenerada (no potable) en un 80%, y para llenar fuentes ornamentales, en un 71%, según datos del Consistorio. Este martes el Consistorio ha convocado una rueda de prensa para precisar cómo se aplicarán las nuevas medidas de ahorro en limpieza de la ciudad.

Limitación para limpiar coches. La limpieza íntegra de coches queda limitada en aquellos negocios que cuenten con un sistema de recirculación. Los particulares solo podrán limpiar los cristales, espejos, retrovisores, luces y placas de matrícula mediante una esponja.

El llenado de piscina solo podrá ser parcial en aquellas que dispongan con sistema de recirculación y en las cantidades indispensables para reponer el agua que se pierda y para la limpieza de filtros. Las piscinas de nueva construcción podrán realizar solo el primer llenado.

Limitaciones agrícolas, ganaderas e industriales. La agricultura, que según la Unesco consume el 70% de las reservas de agua, se lleva la peor parte en esta fase: el riego agrícola se reduce en un 25%. Se reduce el 10% para usos ganaderos. En la industria el uso de agua deberá reducirse en un 5%.

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