“El tractorista intentaba reaccionar, pero no podía, lo veía que gesticulaba con las manos. Se embaló como si se hubiera quedado en punto muerto y la suerte de los músicos fue que no iban tocando y empezaron a correr y salirse por los lados de la calle por donde pudieron. Fue espantoso”. Manuel García, de 73 años, vecino de Marchena (Sevilla), tiene la escena de terror clavada en la mente desde que la pasada noche de Reyes la última carroza de la cabalgata arrolló al grupo de personas que estaba en la acera de enfrente y causó una muerta y 12 heridos.
García estaba junto a su mujer, Josefi Burgos, de 67 años, y ambos vieron con pánico cómo el tractor que tiraba de la carroza con una veintena de personas encima empezó a bajar sin control la cuesta previa a la plaza de San Andrés ante la incredulidad y huida atemorizada del público. “Nada más ponerme a salvo, me fui en busca de mis nietos”, relata Burgos. La principal hipótesis de la Guardia Civil es un fallo de los frenos del tractor, que tras bajar la cuesta intentó esquivar al público y quedó atravesado, entre los gritos de los vecinos.
Una mujer de 72 años falleció en el acto golpeada por el tractor, y dos niños, uno de dos años y otro de una edad comprendida entre los ocho y los diez, resultaron heridos graves, además de un adulto. Otras nueve personas resultaron con lesiones leves. Los sucesos ocurrieron en un lugar en el que esta mañana de Reyes reina el silencio. Los vecinos recuerdan los segundos de espanto vividos anoche. “A un padre y su hijo, que tocan el bombo en la banda de música e iban detrás, los pilló aquí. Estaban magullados y se los llevaron las ambulancias, pero no pasó todo lo que pudo haber pasado con tantísima gente como había”, recuerda Francisco Ternero, de 57 años, que vive a dos calles del lugar del siniestro y señala el rastro del accidente.
La alcaldesa de Marchena, María del Mar Romero (PSOE), planteó este viernes la pregunta de si es necesario prescindir de los tractores para tirar de las carrozas y así evitar más accidentes. Ya hace 10 años otra cabalgata provocó la muerte de un niño de seis años en Málaga que corrió a buscar caramelos sin control de sus padres. “El riesgo cero no existe, pero debemos en el futuro replantear el formato de la cabalgata de Marchena, ver si el ideal es con vehículos agrícolas”, dijo Romero, que no entró en detalles sobre posibles alternativas.
De los más de 8.000 pueblos de España, muchos —especialmente los más pequeños— no cuentan con dispositivos de seguridad ajustados y las cabalgatas tienen grandes peligros latentes: muchos niños que se mueven con rapidez y muy cerca de los tractores y las carrozas, con sus enormes ruedas. Mientras regalos y caramelos vuelan por los aires y caen al suelo, muchos padres miran a los Reyes y los niños quedan en un arriesgado segundo plano.
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En una rueda de prensa, acompañada de 13 concejales con lágrimas en los ojos y caras desencajadas, Romero leyó con gran dificultad por la emoción: “Sentimos enormemente lo ocurrido, lo sentimos enormemente (…). Debo trasladar el profundo estado de shock y ansiedad de las personas que encarnaban a los Reyes y sus equipos, especialmente Baltasar [que iba sobre la carroza]. El conductor y su familia están anímicamente destrozados”, decía con la voz quebrada. Nada más terminar, la regidora recibió frente a las cámaras un largo abrazo de consuelo de su concejal de Seguridad, Manuel Suárez.
El subinspector jefe de la Policía Local, Miguel Checa, defendió que el operativo de seguridad funcionó tal y como estaba previsto y que esa calle no era especialmente conflictiva en los cinco kilómetros de recorrido de la comitiva: “Este era uno de los puntos más amplios, perfectamente controlado, sin riesgo y con un poco de inclinación, pero casi todas las calles del pueblo tienen inclinación”.
Muy cerca de la plaza de San Andrés estaba anoche el edil Manuel Suárez, que acudió raudo a consolar a los familiares, muchos conmocionados, pero no pudo evitar contagiarse de la tragedia. “Me dio un ataque de ansiedad, como a la alcaldesa”, contaba aún muy afectado. El dispositivo de seguridad contó con un tercio de los 35 agentes de la Policía Local, entre dos y cuatro auxiliares de seguridad por carroza y un mínimo de dos voluntarios. El subdelegado del Gobierno en Sevilla, Carlos Toscano, ha apuntado en Canal Sur a “un fallo mecánico del tractor”, aunque la investigación esté en fase preliminar.
El conductor, de unos 70 años, pasó un control de alcoholemia previo a la cabalgata, al igual que el resto de conductores de los tractores. Luego, repitió el de alcohol junto a otro de drogas. Todos dieron resultados negativos. Además, se comprobó que todos los vehículos cumplían con los seguros obligatorios y la inspección técnica (ITV).
Tras el siniestro, el Ayuntamiento de Marchena ha decretado cuatro días de luto oficial, hasta el próximo 9 de enero. “La Navidad acabó ayer a las 20.15, como la música y las luces”, resumió la alcaldesa, que pidió a sus vecinos que en vez de compartir los vídeos del accidente en las redes sociales se los remitieran a los agentes encargados de la investigación para esclarecer el suceso. El tractor está ahora custodiado para que los investigadores del instituto armado lo analicen en los próximos días.
En la plaza de San Andrés, junto a cuatro naranjos y un monumento a las víctimas del golpe militar de 1936 y el franquismo, destacaba la señal de Stop, muy despintada con un blanco que se come al rojo, y que el tractor no pudo respetar.
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