Iba a ser la nueva heroína jedi. La aprendiz y heredera de Luke Skywalker. La nueva estrella de la franquicia Star Wars. Sobre los hombros de Rey se asentó la nueva trilogía, y, sobre todo, la primera en Disney. Pero para la actriz Daisy Ridley, como pasó con sus antecesores Mark Hamill y Hayden Christensen, no fue un camino fácil. Cierto sector en Internet empezó a criticar que era una Mary Sue [término utilizado para las mujeres que tienen cualquier poder injustificable en la ficción]. Ella respondió tras meses aguantando comentarios en redes: “Es un comentario sexista. A Luke nunca se lo dijeron”. Su carrera en el cine nunca terminó de explotar después de su última película en 2019 (que también fue la última para la saga). Es hora de regresar a casa. Y volver a cabrear a esos fans.
Nada de eso se sintió, aun así, en la sala de 5.000 personas que estalló de euforia, y con los sables láser en alto, cuando salió entre las cortinas anunciándola como “la maestra jedi de la nueva generación”. Fue este viernes en la Star Wars Celebration 2023 de Londres, gran evento de fans al que EL PAÍS ha acudido invitado por Disney. “Tiene que ser Rey”, se oyó gritar antes una seguidora desde el público. Ridley salió emocionada sin contener la sonrisa y dándose la vuelta ante la ovación a los compases que creó para su personaje John Williams. No podía decir ni hacer mucho más, pero había regresado a casa, a Londres (donde nació) y a Star Wars, que ya antes recuperó a denostadas figuras como Hayden Christensen (Anakin Skywalker), tras años de llevar una vida sedentaria en una granja. Una vez que entras, siempre tendrás un lugar en estas convenciones. Así lo tendrán que aprender los protagonistas de las tres nuevas películas, independientes entre sí, y sus tres nuevos directores.
Rey Skywalker será la protagonista de una de las nuevas tres películas de Star Wars, que, dice la jefa de la franquicia Kathleen Kennedy, como mandó George Lucas, viajarán al pasado, presente y futuro de la saga. Con la última jedi, la saga explorará un camino por el que nunca había viajado antes: la creación de una nueva orden jedi 15 años después de la tercera trilogía y la muerte del malvado Kylo Ren. Rey será la maestra de un nuevo grupo de niños padawan en la academia recién creada. Ya sin Han Solo, Luke ni Leia, por primera vez en la saga de películas.
Esta próxima película marcará también la hora de dar espacio a las nuevas voces. La pakistaní Sarmeen Obaid-Chinoy, doble oscarizada por sus cortos documentales Saving Face y Una chica en el río, será la primera directora de una película de La guerra de las galaxias. Este proyecto es un reto mayúsculo para una cineasta que ya ha coqueteado con Disney gracias a su trabajo para la serie de la superheroína Ms. Marvel. Una apertura frente a los ataques del gobernador de Florida Ron DeSantis, en plena guerra social y económica con Disney por su discurso contra “la cultura woke”, beneficioso cara a unas primarias republicanas.
Más veteranía con proyectos de este calado tiene James Mangold, responsable de Logan y la quinta entrega de Indiana Jones (que también está en Londres para enseñar a un Harrison Ford a punto de morir en cada nueva persecución, cuando no directamente le rejuvenecen digitalmente). Él se encargará de la segunda película, que explorará el pasado más remoto de este universo muy muy lejano, ese despertar de los jedi que hasta ahora solo se había explorado en libros y cómics. Mangold dice que su objetivo es crear algo bíblico, similar a Los 10 mandamientos, que explore la mitología y orígenes de este mundo. 25.000 años antes de la primera película. Literalmente: hace mucho mucho tiempo.
La tercera película será una extensión del universo de Disney+, con el equipo de The Mandalorian, Dave Filoni (arquitecto de los últimos tiempos) y Jon Favreau, tomando las riendas de un capítulo que culminará la gran batalla que desarrollan con los personajes de las series de dibujos y acción real que también han presentado en la convención. Su época, La nueva república, también salpicará la serie Ahsoka, que trae este agosto de vuelta a Disney+ a la jedi de Rosario Dawson y a los personajes de la serie de dibujos Rebels; y Skeleton Crew, con Jude Law como un jedi pasado de vueltas que acompaña a un equipo de niños en una serie descrita como el regreso al estilo ochentero del Amblyn de Spielberg y a los Goonies. El director de Spiderman, Jon Watts, lleva las riendas de esta última, aunque será también el primer proyecto de los Daniels (Todo a la vez en todas partes) tras arrasar en los Oscar. Ellos, como el director de Minari, Lee Isaac Chung, se encargarán de diferentes capítulos de Skeleton Crew. Porque en 2023 ganar un Oscar es la mejor fórmula para dirigir una serie de Star Wars.
El momento de repensar la estrategia en la tele
A esas series y películas, y a la nueva temporada de Andor con Diego Luna que rueda ahora mismo en Valencia, se unirá también The Acolyte, otra serie que repasa el pasado remoto sin explorar. El alzamiento de la alta república, cuyos referentes son las películas de samuráis de Kurosawa, especialmente Yojimbo y La fortaleza escondida, pero también Touch of Zen de King Hu y las películas de la marca hongkonesa Shaw Brothers. “Es una mezcla de Frozen y Kill Bill”, anuncia la creadora Leslye Headland, que se siente una más en este tipo de celebraciones: “Star Wars me hizo superar el instituto. Empecé en este mundo escribiendo fanfic. Y ahora estoy en un sueño”. Entre sus jedi / samuráis ha fichado a una Carrie Anne-Moss que vuelve a la cámara lenta de Matrix, la española Dafne Keen, Manny Jacinto, Lee Jung-jae (El juego del calamar) y Jodie Turner-Smith. Todos ya con sable láser en el primer adelanto.
Muchos proyectos, si bien es el momento de repensar y reiniciar. Cuando Disney compró Star Wars, hubo una promesa: hacer una película por año. Así fue desde 2015 a 2019. Después llegaron las series directas a Disney+, y el éxito de The Mandalorian activó la cadena de montaje propia del fordismo. Empujados por la iconicidad de Mando y Baby Yoda (o Din y Grogu), en 2022 hubo capítulos de tres series distintas: El libro de Boba Fett, Obi-Wan Kenobi y Andor. Y, para cuando llegó la última (la que recibió mejores críticas y posiblemente varias nominaciones a los Emmy), el público estaba un poco agotado y sin saber qué esperar. Pero algo está cambiando. Desde 2019 no hay películas, y el mandamiento del consejero delegado Bob Iger en su nueva etapa en Disney es claro: menos contenido y más selección. Se aplica a toda la empresa. Desde el streaming a sus oficinas, y, por supuesto, también en sus grandes marcas. Y sobre todo a las qalaxias creadas por George Lucas que llevan tiempo buscando su rumbo. En este tiempo han descartado películas para Kevin Feige (jefe de Marvel), Damon Lindelof (creador de Perdidos y The Leftovers), Patty Jenkins (directora de Wonder Woman) o David Benioff y Dan Weiss (promotores de Juego de Tronos). Y la anunciada de Taika Waititi (Thor: Ragnarok) estuvo sospechosamente ausente en la convención. Las tres nuevas películas tratarán de marcar el camino con viajes a terreno inexplorado y regreso de personajes icónicos. Pero el objetivo es no agotar una marca que ya se ha demostrado que no es siempre infalible. Veremos si la última jedi es suficientemente poderosa para hacerlo.
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