Taylor Swift ha roto la taquilla. Literalmente. La puesta en venta (en realidad, en preventa) de las entradas de su próxima gira estadounidense ha batido récords y ha colapsado los sistemas de Ticketmaster, que contaba con la exclusiva para la comercialización de la mayoría de los conciertos. Los altos precios y los problemas del sistema para procesar la alta demanda no solo han provocado el enfado y decepción de los seguidores, sino que han avivado la polémica sobre la posición monopolista de la empresa desde que se fusionó con LiveNation.
La gira The Eras Tour es la primera que realiza Taylor Swift en cinco años. Este martes se vendían las entradas en preventa, para seguidores registrados, antes de la oferta abierta al público. Eso no impidió una avalancha de órdenes, incluidas muchas automatizadas a través de bots, que colapsaron los sistemas de Ticketmaster. Pese a todo, se han batido récords y se han vendido más de dos millones de entradas, según los datos publicados este jueves por la empresa.
La cantante de 32 años sacaba a la venta las entradas de 52 conciertos en grandes estadios de ciudades de todo Estados Unidos. El plan inicial es que la gira se abriese en Glendale (Arizona) el 18 de marzo de 2023 y se cerrase en Los Ángeles (California) el 5 de agosto, antes de dar paso a los conciertos europeos, de los que aún no se han comunicado las fechas y lugares. Tras la fuerte demanda que ya se detectaba, se pasó de 27 a 52 conciertos y aun así las previsiones se han visto desbordadas.
Taylor Swift ha arrasado con lanzamiento de su último disco, Midnights, y en su gira alternará sus nuevas y viejas canciones, del que además se han vendido cientos de miles de copias en vinilo. Taylor Swift monopolizó las 10 primeras posiciones de la lista de éxitos Bildboard Hot 100 con canciones de ese álbum, algo sin precedentes.
La gran demanda de entradas de sus conciertos era, por tanto, esperable, pero aun así el sistema se ha colapsado. Las colas virtuales eran interminables, pero con frecuencia se producían desconexiones y mensajes de error con los que los pacientes seguidores perdían su turno. Las críticas le han llovido a la empresa, que también ha sido acusada de no facilitar una distribución igualitaria y de implantar sistemas dinámicos de precios que llevan a cantidades desorbitadas por lograr una entrada.
Los precios de preventa oscilaban entre los 49 y los 449 dólares por asistir a los conciertos de los estadios, sin contar las entradas VIP, que se pagaban a cerca de 1.000 dólares.
Críticas políticas
La senadora demócrata por Minnesota, Amy Klobuchar, ha dirigido una carta al primer ejecutivo de la compañía, Michael Rapino: “Le escribo para expresarle mi profunda preocupación por la situación de la competencia en el sector de la venta de entradas y su impacto perjudicial en los consumidores. Los informes sobre los fallos del sistema, el aumento de las tarifas y las denuncias de conductas que violan el decreto de consentimiento al que está sometido Ticketmaster [las condiciones para la aprobación de la fusión] sugieren que Ticketmaster sigue abusando de su posición en el mercado”, le señala.
La fusión de Ticketmaster y LiveNation ya generó polémica en 2011, cuando fue aprobada. La congresista demócrata por Nueva York Alexandra Ocasio-Cortez también publicó un mensaje en Twitter a modo de “recordatorio diario de que Ticketmaster es un monopolio, de que su fusión con LiveNation nunca debería haberse aprobado y de que hay que ponerles freno”, según escribió.
Daily reminder that Ticketmaster is a monopoly, it’s merger with LiveNation should never have been approved, and they need to be reigned in.
Break them up.
— Alexandria Ocasio-Cortez (@AOC) November 15, 2022
El escándalo ha alcanzado tal dimensión que la fiscalía de Tennesee ha anunciado la apertura de una investigación: “El fiscal general de Tennessee, Jonathan Skrmetti, está preocupado por las quejas de los consumidores relacionadas con la preventa de entradas para el concierto de Taylor Swift por parte de Ticketmaster. Él y su equipo de protección al consumidor utilizarán todas las herramientas disponibles para asegurar que no se violen las leyes de protección al consumidor”, ha tuiteado su oficina.
La compañía admite que ha habido problemas, pero los atribuye a la excepcional avalancha de seguidores. “Taylor Swift es una fuerza imparable y sigue batiendo récords. Nos esforzamos por hacer que la compra de entradas sea lo más fácil posible para los fans, pero ese no ha sido el caso para muchas personas que intentaban comprar entradas para The Eras Tour”, ha señalado Ticketmaster en un comunicado.
Más de 3,5 millones de personas se preinscribieron en seguidores verificados de la cantante, lo que supone el mayor registro de la historia. Ese sistema trata de priorizar a los fans frente a los bots y las empresas de reventa, pero esta vez no contuvo la marea. “Históricamente, alrededor del 40% de los fans invitados se presentan y compran entradas, y la mayoría adquiere una media de 3 entradas. Así que, en colaboración con el equipo de la artista, se invitó alrededor de 1,5 millones de personas a participar en la venta de las 52 fechas de los espectáculos, incluidas las 47 vendidas por Ticketmaster. Los 2 millones de fans verificados restantes quedaron en lista de espera”, explica la empresa.
900 conciertos
“Históricamente, el trabajo con los códigos de invitación de los fans verificados ha funcionado, ya que hemos podido gestionar el volumen que entraba en la web para comprar entradas. Sin embargo, en esta ocasión, el asombroso número de ataques de bots, así como los fans que no tenían códigos de invitación, impulsaron un tráfico sin precedentes en nuestro sitio, lo que dio lugar a un total de 3.500 millones de solicitudes del sistema, cuatro veces nuestro pico anterior”, añade.
Eso fue, lo que según Ticketmaster, hizo saltar el sistema. La compañía defiende que pese a todo se lograron vender más de dos millones de entradas, que quienes las adquirieron fueron fans registrados y que se ha contenido la reventa, pero que es imposible atender a todos: “Taylor necesitaría hacer más de 900 conciertos en estadios (casi 20 veces el número de conciertos que está haciendo). Eso es un concierto en un estadio cada noche durante los próximos dos años y medio”, explica Ticketmaster. “Aunque es imposible que todo el mundo consiga entradas para estos espectáculos, sabemos que podemos hacer más para mejorar la experiencia y en eso nos centramos”, concluye.
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