La última vez que fue visible desde la Tierra, hace 50.000 años, los neandertales todavía vivían en Europa. Luce un verde vistoso y cuenta con una anticola. Y además, casi se puede disfrutar a simple vista. Todas esas características hacen del llamado “cometa verde” (ha habido otros) un acontecimiento curioso que va un poco más allá del mundillo de los aficionados a la astronomía. “Es un hype [excesivo bombo] porque ahora todo lo es, pero lo cierto es que mola”, reconoce Javier Armentia, astrofísico y director del Planetario de Pamplona. “No todos los cometas presentan esa “anticola”, o más bien, normalmente no llega a ser observable ese fenómeno de que el material que se va del cometa quede iluminado; por otro lado, el color verde, no siendo tampoco inusitado, es llamativo”, resume el especialista. El cometa fue descubierto en marzo de 2022, hace menos de un año, por la Instalación Transitoria Zwicky (ZTF por sus siglas en inglés), de donde se deriva su verdadero nombre científico: C/2022 E3 (ZTF).
¿Por qué es verde? No es la primera vez que un cometa verde es visible desde la Tierra, como este que recogió la NASA en 2009. El color verde se produce únicamente en la envoltura de su cabeza (llamada coma), como un aura turquesa, provocada por la reacción de la luz ultravioleta y un gas carbónico que emana este objeto espacial, como se describió en este estudio de 2021 que trataba de explicar el fenómeno.
¿Qué es eso de la anticola? Aunque tampoco es el primero en lucirla, también tiene la peculiaridad de contar una anticola. Por ejemplo, el famoso Hale-Bopp lucía la suya a su paso en 1997. Las colas gemelas de un cometa a menudo son claramente visibles, gracias a que la estela de polvo refleja la luz del Sol y el gas dentro de la otra cola se ioniza, dándole un brillo tenue. Pero la tercera, la anticola, que aparece en la dirección opuesta a lo esperable: una ilusión óptica que se ve cuando la Tierra cruza el plano orbital de un cometa. “En ese momento, el borde de la cola de polvo en forma de abanico del cometa parece una punta que apunta hacia el sol”, explica SpaceWeather.
¿Se puede disfrutar a simple vista? Más o menos. Paseando por el centro de una ciudad y mirando al cielo nocturno, sin más, es improbable que se vea. Lo ideal es, como siempre, alejarse de la contaminación lumínica en zonas rurales. “Es pequeñito, y aunque la gente está intentando convencer de que se ve, sin binoculares o telescopio no hay manera. Además, la luna está creciente y en estos próximos días habrá más luz en el cielo y menos contraste”, advierte Armentia.
“Pasará cerca de la estrella Polar el 30 de enero y cerca de la brillante Capella el 6 de febrero, moviéndose con una velocidad angular muy rápida durante los días de mayor proximidad a la Tierra”, señala el astrofísico Josep Maria Trigo en The Conversation.
La NASA recuerda que “debería ser visible con un telescopio y probablemente con binoculares” los observadores en el hemisferio norte encontrarán el cometa en el cielo más tempranero, antes del amanecer, mientras se mueve rápidamente hacia el noroeste durante enero. Y se hará visible en el hemisferio sur a principios de febrero. La semana que viene será la ideal para observarlo. “No se espera que este cometa sea el espectáculo que el cometa NEOWISE fue en 2020, pero sigue siendo una oportunidad increíble para establecer una conexión personal con un visitante helado del lejano sistema solar exterior”, señala la NASA.
¿Cuánto se acerca? El 1 de febrero será cuando más se acerque a la Tierra. El cometa alcanzó su perihelio el 12 de enero de 2023, a una distancia de 166 millones de kilómetros y el máximo acercamiento a la nuestro planeta, el primero de febrero, estará a una distancia de solo 42 millones de kilómetros.
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