Un hijo del poeta mexicano Gilberto Owen parece estar convencido de que la tumba hallada por un escritor en un cementerio de Filadelfia es la del bardo, fallecido en 1952. Guillermo Owen dice estar “agradecido” por el hallazgo, aunque aún falta determinar si la sepultura y los restos que contiene son los del creador originario de Sinaloa. “Me parece importante y agradezco mucho que hayan encontrado la tumba de papá. Estaba abandonada, porque tanto mi hermana como yo vivimos muy lejos de Filadelfia”, dice este Owen, de 84 años, en entrevista telefónica desde California, donde vive. “Entiendo que hay autoridades que quisieran que su cuerpo estuviera en Sinaloa. Para mí sería bueno que se lo llevaran a Sinaloa, porque él era de allí. Lo van a respetar mucho cuando lo entierren allá, lo que no pasa en Filadelfia”, afirma.
Guillermo Owen reacciona de esta manera al supuesto hallazgo de la tumba de su padre, anunciado por el escritor mexicano Carlos Pérez Sámano. Él asegura haber dado con la prueba de que el bardo descansa en el lote 29 de la sección 51 del enorme cementerio estadounidense de Holy Cross, en Filadelfia, aunque no hay certeza de que en esa abandonada tumba, que no contiene ni una placa, estén los restos del poeta mexicano. El escritor llevaba muchos años tras la pista del sepulcro del poeta. Emigró a Estados Unidos y se mudó a Filadelfia, donde comenzó la búsqueda del sepulcro perdido. “Me iba a diferentes cementerios y revisaba los nombres de las tumbas mientras paseaba con mi perra. No tenía ni idea de dónde estuviera enterrado. Después leí que estaba en Holy Cross, que es un cementerio grandísimo. Fui a buscar ahí, aunque sin éxito”, cuenta. Fue revisando los viejos archivos de la administración del camposanto que dio con el lote donde supuestamente descansa para la eternidad el bardo mexicano. “La tumba estaba sin identificación, no tiene ninguna lápida, pero todo me hizo sentido: el hecho de que estuviera desconocido el paradero de Owen es porque no tiene identificación su tumba”, explica.
El supuesto hallazgo ha generado interés entre un grupo de intelectuales de Sinaloa, que han formado un comité para exigir a las autoridades que lleven a cabo los trabajos de identificación de los retos y, de ser de Owen, expatriarlos a México, para que descansen por fin en Sinaloa. “No tenemos total certeza de que sean sus restos, pero uno de sus familiares aseguró que sí. Sus hijos no tienen tanto interés en hacer una gestión, pero estarían dispuestos a apoyar lo que podemos hacer desde Sinaloa para rescatar esos restos, que tienen valor simbólico enorme, porque es rescatar la memoria de uno de los escritores más importantes de nuestro país”, dice Miguel Ángel Ramírez, al frente del comité y delegado del Instituto Sinaloense de Cultura en la zona sur de Sinaloa y director del Museo de Arte de Mazatlán.
Para Guillermo Owen todo queda ahora en las manos de las autoridades, tanto de Estados Unidos como de México. Él parece no estar muy interesado en el trabajo que pueda desarrollarse ahora para identificar los restos. “No hemos viajado [a visitar la tumba]”, reconoce el anciano por teléfono. “Yo sé que hace unos 15 años estuvimos en El Rosario [pueblo de Sinaloa donde nació su padre] y hablamos con unos señores, el alcalde y otras autoridades, y nos preguntaron si estábamos interesados en regresarlo a Sinaloa. Dijimos que sí, pero nunca volvimos a oír de esto”, explica.
Lo que es un misterio es por qué la tumba del bardo estuvo tanto tiempo en el abandono. Guillermo Owen se limita a decir que él y su hermana, los descendientes del poeta, viven “lejos” de Pensilvania, pero eso no explica el desinterés general por los restos del literato mexicano. El anciano afirma que su padre falleció cuando él tenía 14 años. Ni él ni su hermana pudieron despedirse del padre, porque se habían trasladado junto a su madre a Suiza, donde estudiaron y aprendieron francés, según los deseos de ella. “En julio de 1951 nos fuimos a Suiza y unos meses después falleció mi papá. No viajamos a Filadelfia para despedirnos, solo mi mamá fue”, dice Guillermo Owen. “Yo quería mucho a papá, era una persona muy importante en el principio de mi vida. Significó mucho para mí”, agrega.
A pesar de que él y su hermana se mudaron luego a Estados Unidos, la tumba del poeta Owen se mantuvo abandonada, hasta caer en el olvido. Es por eso, dice Guillermo, que agradece este supuesto hallazgo y apoya toda iniciativa que impulse la repatriación de los restos de Gilberto Owen a México, de ser hallados en el sepulcro de Filadelfia. “Sería muy bueno si lo pudieran llevar a Sinaloa”, enfatiza.
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