Un informe técnico confidencial encargado por la Unesco a una ONG especializada, y al que accedió EL PAÍS, reclama que se reduzcan “drásticamente” las más de 800 plazas del macroaparcamiento de cuatro plantas que una empresa construirá en el hospital Niño Jesús para explotarlo durante 40 años a cambio de financiar un nuevo edificio en el centro. El proyecto, subraya el documento, “amenaza” la declaración como Patrimonio Mundial del Paisaje de la Luz de la capital, que se produjo en 2021 y abarca el Paseo del Prado y El Retiro, pues el previsible aumento de vehículos que propiciará el párking redundará en más contaminación para los vecinos. En consecuencia, el ministerio de Cultura ha instado al Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid a seguir las recomendaciones del informe, que no es vinculante, lo que supondría modificar un proyecto que ya nació rodeado por la polémica en 2020. Mientras tanto, ya ha comenzado la demolición del edificio que marca el inicio de los trabajos en un complejo hospitalario que también es Bien de Interés Cultural (BIC).
“ICOMOS [entidad asesora de la Unesco] informa de que la construcción del edificio y del párking subterráneo amenazará previsiblemente el espacio [declarado] Patrimonio Mundial, sobre todo si se tiene en cuenta su diseño arquitectónico y el tráfico adicional que causará el aumento de plazas de aparcamiento disponibles”, se lee en el documento, firmado en noviembre de 2022. “El proyecto no da una respuesta adecuada a los requerimientos urbanísticos y la calidad arquitectónica que se esperan de los nuevos edificios construidos dentro de una zona declarada Patrimonio Mundial”, se sigue. “Además, la propuesta actual puede agravar los efectos negativos del uso de vehículo privado de motor, especialmente la contaminación de origen humano”, se alerta. “Por eso sería aconsejable reconsiderar las concepciones urbanísticas y arquitectónicas, así como el diseño, del nuevo edificio; y reducir drásticamente el tamaño del parking bajo el nuevo edificio [adaptando su tamaño a lo que se necesite solo para dar servicio a los trabajadores y usuarios del hospital]”, se añade. Y se subraya: “Se debería priorizar la reducción del tráfico en vehículo privado, no solo dentro del área cercana a la avenida Menéndez Pelayo, sino también en el conjunto del espacio declarado Patrimonio Mundial”.
El Ayuntamiento de Madrid, que dirige José Luis Martínez Almeida, confirma que recibió el informe en diciembre, y se dice “en permanente contacto con la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Cultura para tratar este asunto y avanzar en el proyecto”. La Administración regional, que preside Isabel Díaz Ayuso y ha sido la gran impulsora de la reforma, avanza que continuará adelante con el proyecto. Y el gobierno central reconoce que se ha reunido con las otras dos partes afectadas para estudiar las conclusiones del informe.
“El Ministerio de Cultura y Deporte recibió el informe encargado por la Unesco el 1 de diciembre de 2022″, detalla un portavoz del departamento que pilota el ministro Miquel Iceta. “Tras leer el documento, celebramos una reunión con las partes competentes (Comunidad de Madrid y Ayuntamiento de Madrid) para darles traslado”, añade. “La reunión se produjo a mediados de diciembre, antes de las fiestas de Navidad”, especifica. “En ese encuentro se explicó el documento a ambas partes y se les instó a dar cumplimiento a las recomendaciones de la Unesco”.
Como resultado, y “tras el informe preliminar de la ONG encargada por la Unesco sobre el anteproyecto, la Comunidad de Madrid establecerá una comisión técnica con todas las partes para estudiar el informe de esta organización no gubernamental”, detalla un portavoz del Ejecutivo regional.
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Ayuso anunció el proyecto en mayo de 2020. Su apuesta era ampliar las instalaciones del hospital con un nuevo pabellón de más de 9.300 metros cuadrados destinado a consultas, docencia e investigación y cuatro plantas de aparcamiento con 800 plazas para trabajadores y usuarios. Para financiar los 11 millones de euros de coste que suponía levantar el nuevo edificio, se optaba por acudir a la colaboración público-privada: la empresa que explote el estacionamiento, mediante concesión administrativa por un máximo de 40 años, se haría cargo de la inversión (24 millones en total entre las dos infraestructuras). Los números hablaban por sí solos: el estudio de viabilidad indicaba un volumen de negocio de 110 millones de euros por el alquiler de estas 800 plazas durante el total de la concesión. Y estalló la polémica.
Meses después se supo, a través de un informe demoledor de un interventor regional, que el contrato de la Consejería de Sanidad incluía desfases presupuestarios al alza, ausencias de permisos obligatorios y el incumplimiento de la Ley de Contratos del Sector Público por meter en el comité de expertos de la licitación a personal directivo del hospital. Reformular los documentos no aplacó las críticas que genera el proyecto entre los vecinos, la asociación de madres y padres de un colegio colindante, la Asociación de Amigos de los Jardines del Buen Retiro, y la oposición.
“Las 808 plazas son de rotación, con lo que se ponen en 3.000 vehículos al día fácil”, dice Javier de La Puente Vinuesa, que preside la Asociación de Amigos de los Jardines del Buen Retiro. “Eso es una barbaridad, urbanísticamente una aberración, y contamina, cuando lo primero que pide la Unesco es no aumentar la contaminación y el número de visitantes”, lamenta. “La realidad es que no se necesitan las 800 plazas”.
“Tanto los vecinos de Retiro como el PSOE ya avisamos a la Comunidad de que la construcción del macro-parking ponía en peligro la declaración de Patrimonio Mundial del Paisaje de la Luz y les pedimos que recalibraran el proyecto ciñéndose a las mínimas plazas necesarias para dar servicio al hospital, y no para hacer un negocio privado”, explica Manuela Villa, diputada socialista en la Asamblea de Madrid. “Ahora ICOMOS nos da la razón y conmina a la Comunidad y al Ayuntamiento a que reduzcan de manera drástica el párking y replanteen la construcción del nuevo edificio”, continúa Villa. “Le pedimos a la Comunidad que paralice las obras del Niño Jesús de manera inmediata y que convoque una reunión de urgencia con las tres administraciones competentes para encarar de manera conjunta su acción en este bien”, sigue. Y subraya: “Esperamos que la Comunidad rectifique”.
No es un asunto menor. Ya hay precedentes de reversión de declaraciones de Patrimonio Mundial, como la del puerto marítimo de Liverpool (Reino Unido) o del valle de Elba de Dresde (Alemania). Y Madrid ya sabe que su macropárking no cuenta con el visto bueno de los expertos consultados por la Unesco.
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