Cientos de palestinos se han atrincherado de nuevo este sábado en la mezquita de Al Aqsa, en el recinto de la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. Es la tercera noche esta semana, en medio de una escalada de tensión durante el mes sagrado musulmán del Ramadán que ha aumentado la tensión entre Israel y Jordania, y llevado a la Fuerza Aérea del Estado judío a bombardear Siria en la madrugada del domingo tras el disparo desde allí de seis cohetes.
En torno a la medianoche, mientras la policía israelí llegaba a la mezquita, el Ministerio de Exteriores de Jordania ―país a cargo de la administración de la Explanada― emitió un comunicado en el que advierte de “consecuencias catastróficas” si la policía israelí irrumpe en Al Aqsa para desalojar a los palestinos, como hizo en las dos ocasiones anteriores que motivaron la escalada. “La violación de la santidad de la mezquita de Al Aqsa por las fuerzas policiales y atacar de nuevo a los fieles en un intento de vaciarla de fieles solo llevará la situación a más tensión y violencia por la que todo el mundo pagaría el precio”, ha señalado la diplomacia jordana.
El Ministerio israelí de Exteriores ha respondido de inmediato para pedir a Amán que “retire de inmediato de la mezquita de Al Aqsa”, a través de los guardas del Waqf de Jerusalén (la fundación religiosa bajo tutela de la monarquía jordana que administra el lugar), “a aquellos extremistas”, a los que acusa de “planear generar disturbios” este domingo durante los rezos la Explanada de las Mezquitas y la bendición sacerdotal por la Pascua judía en el Muro de las Lamentaciones. “Quienes profanan la santidad de la mezquita de Al Aqsa y se atrincheran en ella son una turba peligrosa, radicalizada e incitada por Hamás y otras organizaciones terroristas”, ha agregado.
Un portavoz de Hamás, Mohamed Hamadé, ha advertido al Gobierno israelí de que “Al Aqsa es una línea roja y atacarla es accionar los detonadores”. “La resistencia está lista para responder a los crímenes de la ocupación con proporcionalidad al alcance del crimen”, ha subrayado.
Proyectiles
A esto se suma el lanzamiento desde Siria (lo que es poco habitual) de seis cohetes contra los Altos del Golán, territorio sirio ocupado por Israel desde la Guerra de los Seis Días de 1967. El Ejército informó a última hora del sábado de una salva de tres: uno no llegó a cruzar la frontera, otro cayó por error en Jordania y un tercero impactó en los Altos del Golán, sin causar daños. En la madrugada del domingo, en torno a las 03.00 hora local (02.00 en la España peninsular), otros tres proyectiles desde el país vecino activaron las sirenas de alarma en dos localidades del Golán. De los dos cohetes que cruzaron la frontera, uno cayó en un espacio abierto y el otro fue interceptado por un sistema antimisiles. Las Brigadas Al Quds, el brazo armado de la Yihad Islámica palestina, han reivindicado la acción, según la televisión libanesa Al Mayadeen. Muy poco después, el Ejército israelí anunció que había bombardeado con drones las lanzaderas desde las que fueron disparados, así como la zona con artillería. Los anteriores bombardeos israelíes de esta semana en Líbano y Gaza, tras el lanzamiento desde allí de decenas de cohetes contra su territorio, fueron localizados y no causaron muertos, en una aparente señal de interés en desescalar el conflicto.
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Este sábado, el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, ha anunciado el despliegue de soldados en las calles en apoyo de la policía y la prórroga hasta el miércoles de las restricciones de acceso a los palestinos de Cisjordania y la prohibición de salida de Gaza de los miles de trabajadores en Israel. El mismo día, en Cisjordania, un joven ha muerto por fuego israelí cuando se manifestaba con otros palestinos a la entrada de su aldea, Azzún. El ejército asegura que abrió fuego porque “varios sospechosos arrojaron un artefacto explosivo hacia los soldados”.
El Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha manifestado su “profunda preocupación” por la escalada, que llega en el comienzo de año más violento en dos décadas y que el viernes se cobró tres vidas (entre ellas la de un turista italiano) en dos atentados palestinos, uno en el norte del territorio ocupado de Cisjordania y otro en Tel Aviv.
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