En el campamento del mar del Dakar, nadie quiere esperar más. Después de tres días de verificaciones técnicas y administrativas en el vivac XXL que ha montado la organización, cae la noche y los competidores intentan conciliar el sueño antes de arrancar la 45ª edición del mítico rally. Es la cuarta incursión en el desierto saudí, pero no una cualquiera. El año pasado, los participantes se quejaron de la relativa candidez de la prueba, y por ello la dirección de carrera ha decidido aumentar las distancias (8.549 kilómetros, 4.706 de especiales cronometradas), el número de etapas (15) y la complejidad del terreno, especialmente en el segundo tramo de la competición.
“La primera semana es para ganar el Dakar, y la segunda es para no perderlo. Creo que podría resumirse así”, explica a EL PAÍS David Castera, director de la carrera. “Hemos puesto más kilómetros y luego tenemos la parte de las dunas, que obligará a cambiar el ritmo seguro. Entre la tercera y novena etapa habrá mucha navegación, y luego los problemas serán técnicos”. Este año la organización propone cambios normativos para reducir el impacto de la estrategia. Los coches no tendrán tramos neutralizados y no podrán descansar durante el repostaje, lo que no les permitirá informarse sobre su posición en la etapa. Además, la FIA establecerá un control de rendimiento confidencial de los vehículos punteros y podrá modificar las prestaciones e igualar el potencial de los equipos.
“Un comité independiente analizará el rendimiento motor de cada equipo para que no haya diferencias abismales en el apartado técnico. La organización no quiere castigar a quienes mejor trabajan, sino igualar el campo de batalla”, explica Isidre Esteve (Toyota). En motos, el principal cambio será la bonificación de tiempo para los pilotos que abran pista, una medida que puede favorecer el estilo de pilotaje de Joan Barreda (Honda), que encara su última oportunidad para ganar la prueba. “Es un buen paso. Antes se pensaba mucho en la estrategia para no abrir y ahora nos sentimos más libres, podemos centrarnos en pilotar sin tener miedo a que ser rápidos nos perjudique”, apunta Pablo Quintanilla, compañero del castellonense y segundo el año pasado. “Hace mucho que nadie repite victorias en el Dakar y quiero romper el maleficio”, dice Sam Sunderland (GASGAS), vencedor de la edición de 2022. Marc Coma, en 2014 y 2015, fue el último en conseguirlo. “Hay muchos competidores fuertes, pero el desierto es el más duro”, añade.
Volviendo a los coches, Carlos Sainz (Audi) mantiene un perfil bajo y deja que el resto de rivales se mojen sobre la lucha por la victoria. “Seb [Loeb, segundo el año pasado] es mi gran rival, a Carlos no lo veo tanto”, provoca Nasser Al-Attiyah (Toyota), ganador del año pasado. “Bueno, pues muy bien”, responde el madrileño, contento con su vehículo y las palabras de su compañero de equipo, Stéphane Peterhansel, ganador de 14 Dakars. “Es una persona prudente, y siempre hay que tener respeto con lo que diga”. El francés es contundente con las opciones del híbrido con baterías eléctricas de la marca alemana: “Tenemos el coche para conseguirlo y estamos preparados. Para mí hay cinco capaces de ganar. Nasser, Seb y mis compañeros Carlos y Mattias [Ekstrom] están bien posicionados”.
El Dakar de 2023 cuenta con 119 participantes españoles del total de 820 que tomarán la salida, con 68 países representados y 54 mujeres en carrera. Laia Sanz (Astara), en coches, y Cristina Gutiérrez (Can-Am), en prototipos ligeros, aspiran a conseguir resultados históricos este año: la primera quiere entrar en el Top 15 y la segunda es favorita a la victoria en su categoría. El español Daniel Vila Vaqués, un debutante en categoría de quads, tendrá el honor de ser el primero en salir a las 8 de la mañana (hora local) después de pasar por el podio con vistas al Mar Rojo.
La incógnita del desierto inhóspito
En estos días previos, mucho se ha hablado de la dureza del recorrido y de la segunda semana en el desierto de Rub Al Khali -que en árabe significa cuadrante vacío-, un escenario duro que recuerda los viejos tiempos en África. “Habrá días de ir a 40 km/h, y más gente de lo habitual se quedará en la arena, como cuando íbamos a Mauritania o Mali. Recuerdo uno en 2005 en que solo tres coches habían llegado antes del anochecer”, dice un miembro del BRX, el equipo de Loeb.
Durante el reconocimiento de la etapa prólogo, Tom Colsoul, ganador del Dakar 2012 y uno de los copilotos más cotizados de su generación, avisaba también sobre la primera semana: “Todos se fijan mucho en la segunda, pero la primera tiene trampa. Será muy complicada, con mucha navegación. La cuarta etapa y sus 100 primeros kilómetros pueden ser claves. Este sábado, los 13 kilómetros para abrir boca y empezar a ordenar la tabla tienen aliciente: los 10 primeros coches y las 15 primeras motos podrán elegir su puesto de salida en orden inverso para la primera etapa. Nadie quiere salir en cabeza, ya que el resto se beneficia de las marcas en la arena y siguen su rastro.
Hasta el 15 de enero, cuando la comitiva llegue a Dammam, a orillas del Golfo Pérsico, después de cruzar el país y sin tiempo para celebrar el fin de año, los participantes encaran el Dakar más duro del periplo en Arabia Saudí. “Prefiero no imaginarme mucho, aquí siempre te llevas sorpresas”, tercia Sainz, que prefiere ir día a día. En eso todos se ponen de acuerdo.
El Mundial de rally-raid expande sus horizontes
El Dakar repite como la prueba inaugural del segundo Mundial de rally-raid (W2RC) de la historia, una nueva iniciativa que pretende organizar y consagrar la disciplina de los rallies de resistencia. En 2023, el nuevo campeonato impulsado por ASO, la empresa francesa que organiza el Dakar, en colaboración con la FIM y la FIA, contará con cinco pruebas en tres continentes, sumando dos nuevas paradas al calendario en México y Argentina.
Yann Le Moënner, CEO de ASO, explicó durante la presentación de la prueba la importancia de expandirse al continente americano y subrayó la visión de sostenibilidad del campeonato. “Queremos lograr que nuestro deporte reduzca las emisiones a mínimos en un futuro no muy lejano”, aseguró. La intención es que en 2026 los principales competidores corran con vehículos limpios.
Calendario W2RC 2023
1: Rally Dakar (Arabia Saudí, 31 de diciembre a 15 de enero)
2: Abu Dhabi Desert Challenge (Emiratos Árabes Unidos, 25 de febrero al 2 de marzo)
3: Sonora Rally (México, 22 al 28 de abril)
4: Ruta 40 (Argentina, 26 de agosto al 1 de septiembre)
5: Rally du Maroc (Marruecos, 12 a 18 de octubre)
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.