Una nigeriana que escapa de un matrimonio forzado gracias a la inteligencia artificial y otros cuentos africanos adaptados | Planeta Futuro

En Kenia, Otis, un niño de 13 años, lucha por proteger a sus hermanos de un monstruo que vive dentro de su casa. En Uganda, una mujer, tras ser abandonada en una isla por haber sufrido la pérdida de su bebé, se venga del poderoso hombre que la llevó allí. En Tanzania, un niño con orígenes mágicos emprende un viaje para ayudar a acabar con la sequía que está devastando la comunidad, aunque eso suponga arriesgar su propia vida. En Nigeria, una joven de una apartada aldea fulani recurre a la inteligencia artificial para escapar de un matrimonio concertado. En Mauritania, tres generaciones después de su última invocación, un genio ancestral se encuentra en una ciudad desconocida enfrentado a un enemigo familiar. Y en Sudáfrica, una criatura mística del río, MaMlambo, vigila las aguas sagradas de los cuerpos abandonados.

Estas historias son seis cuentos tradicionales africanos reimaginados por directores cinematográficos que gracias a una iniciativa de Unesco y Netflix han tenido la oportunidad de plasmarlos en una serie de cortometrajes. El resultado se podrá ver a partir de este 29 de marzo en la plataforma de vídeo en 190 países.

África se ha convertido en una de las prioridades de Unesco. En el ámbito cultural destaca el apoyo que el organismo internacional ofrece a la industria cinematográfica. En 2021, en el informe The African film Industry: trends, challenges and opportunities for growth (La industria cinematográfica africana: tendencias, desafíos y oportunidades de crecimiento), ya afirmaba que el sector podría crear 20 millones de puestos de trabajo y generar 20.000 millones de dólares (18.425 millones de euros) de ingresos al año en el continente. “La producción y distribución de obras cinematográficas y audiovisuales es uno de los sectores de crecimiento más dinámicos del mundo. Gracias a las tecnologías digitales, la producción ha crecido rápidamente en África en los últimos años”, afirma el documento.

Sirva de ejemplo Nollywood, como se conoce a la industria cinematográfica nigeriana, el segundo productor de películas del mundo tras Hollywood. Son más de 2.500 las que salen cada año de los estudios del país africano. Esto ha permitido el surgimiento de una industria local de producción y distribución con un modelo económico propio. Por muy interesante y lucrativa que sea, no deja de ser una excepción en África. En la mayoría de los países del continente, sigue sin explotarse el potencial de esta industria. En la actualidad, se estima que el sector representa 5.000 millones de dólares (4.606 millones de euros) en ingresos y emplea a cinco millones de personas, muy lejos de las previsiones de Unesco. De ahí que sea necesario promocionarlo a lo grande.

Por eso, el organismo de Naciones Unidas se ha comprometido a apoyar y promover a una nueva generación de cineastas africanos. En línea con este propósito, en 2021, convocó conjuntamente con Netflix un concurso para la producción de cortometrajes que tuvieran como tema “cuentos tradicionales africanos reimaginados”, dirigido a artistas del continente.

La industria cinematográfica en África representa 4.600 millones de euros en ingresos y emplea a cinco millones de personas

Seis son los elegidos de entre los más de 2.000 candidatos de 13 países de África subsahariana que se presentaron a la competición. Cada uno de ellos ganó 25.000 dólares (23.000 euros) y una beca de producción de 75.000 (69.100 euros) para rodar su cortometraje, a cargo de una productora local, bajo la supervisión del productor Steven Markovich, designado por Netflix, y otros mentores de la industria.

Enerto Ottone R., subdirector general de Cultura de la Unesco, afirma que la organización “está orgullosa de presentar estos cuentos populares reinventados por jóvenes talentos del continente africano”. Y añade: “Las expresiones culturales del África del siglo XXI, impregnadas de tradición y patrimonio, pero también de innovación y creatividad, son tan diversas y dinámicas como sus gentes”. Tendeka Matatu, director de películas en lenguas de África de Netflix, añade: “Nos complace presentar por fin esta antología de cortometrajes producidos por la próxima generación de narradores africanos a los usuarios de Netflix de todo el mundo”. Para él, esta iniciativa es un esfuerzo “por fortalecer la narración africana e incluir las voces de las comunidades infrarrepresentadas”.

La colección de cortometrajes que reinventan los cuentos populares y que ofrecerá la plataforma de vídeos, muestra una variedad de talentos africanos emergentes, como son Mohamed Echkouna de Mauritania con Enmity Djinn, Wlat Mzengi Corey de Tanzania con Ktope, Korede Azeez de Nigeria con Zabin Halima (La elección de Halima). Además, Voline Ogutu de Kenia con Anyogo and the Ogre (Anyogo y el ogro), Loukman Ali de Uganda con Katera of the Punishment Island (Katera y la isla del castigo) y Gcobisa Yako de Sudáfrica con MaMlambo.

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