No hay descanso para el narcotráfico en el Campo de Gibraltar. El día que la agencia policial Europol visitaba Algeciras (Cádiz) para ofrecer información junto a la Guardia Civil de la operación que sirvió para desmantelar el clan Farruku, ambos organismos han dado otro golpe al tráfico de drogas que tiene al puerto algecireño como puerta de entrada. Lo han hecho con la detención de una veintena de personas de otra organización de narcos, la intervención de una tonelada de cocaína y la realización de 23 registros en los municipios gaditanos de Algeciras, San Roque y Los Barrios. La actuación se suma a las 50 personas arrestadas, con cinco toneladas de hachís y otras dos de cocaína incautadas, pertenecientes a otro grupo asentado entre Huelva y Cádiz y ahora desmantelado, según informó este miércoles el Instituto Armado.
Entre 150 y 200 agentes se han desplegado desde primera hora de la mañana en distintos puntos del Campo de Gibraltar para realizar tanto los registros como las detenciones, enmarcadas en la Operación Kiken, que continúa abierta. Es un trabajo de la Guardia Civil en colaboración con Europol y la participación del Grupo de Acción Rápida (GAR) que surge de la aprehensión de dos cargamentos de cocaína durante los últimos meses, con un peso total cercano a la tonelada, en el Puerto de Algeciras. La organización se dedicaba a introducir esta droga por vía marítima a través del conocido como método del gancho perdido. Es decir, la colocación de bolsas o mochilas cargadas con la sustancia estupefaciente en contenedores en origen que, antes de que la mercancía sea controlada en destino, son extraídas.
A estos arrestos hay que sumar otros 50 que la Guardia Civil daba a conocer este martes dentro de la Operación Castle, iniciada en 2022 y que ha servido para acabar con una organización que estaba asentada en Huelva y Cádiz, y tenía vinculaciones con Portugal. Al grupo se le considera responsable “de la mayor parte de las botaduras de narco-embarcaciones que se estaban realizando en toda España”, según fuentes de la investigación, que destacan que se dedicaban a enviar cargamentos de hachís y cocaína a distintos puntos de Europa. De hecho, se han intervenido 4.800 kilos de la primera sustancia y casi 2.000 de la segunda. Las aprehensiones de droga se realizaron en distintos puntos como la desembocadura del río Guadiana, una playa entre Algeciras y Tarifa y el río Guadalquivir. La droga era cargada en la costa marroquí. Y lo hacía en dos direcciones: el hachís parte de Marruecos en dirección a América y, luego, la cocaína vuelve en sentido contrario hasta la costa oeste africana, para más tarde llegar a la Península.
“Varios millones de euros al mes”
Esta mañana, el capitán Pedro García, jefe de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de Algeciras, ha dado más datos sobre la actuación realizada la semana pasada que permitió acabar con el llamado clan Farruku, banda de delincuentes de origen albanés al que se vinculan con asesinatos y el tráfico de casi diez toneladas de cocaína y otras diez de hachís. García ha subrayado que la organización tenía dos ramas. A un lado, la operativa, con sus miembros asentados entre el Campo de Gibraltar y la Costa del Sol encargados de introducir la droga y distribuirla luego por Europa. Al otro lado, la parte logística, cuyos integrantes estaban centrados en dar cobertura legal a la organización. Hasta 19 personas fueron detenidas el miércoles pasado en esta actuación, a las que sumar otras 20 en fases anteriores. Mientras, los jefes controlaban todo desde Málaga, Madrid y Barcelona. Su líder, Kreshnik Budlla, alias Niko, que se vestía de Guardia Civil para evitar ser identificado y detenido, sigue huido de la justicia.
De entre los datos que han facilitado esta mañana sobre esa operación destaca el embargo de 25 vehículos y 22 bienes inmuebles con un valor que supera los cuatro millones de euros, además del bloqueo de las cuentas y productos financieros de 14 personas y 30 sociedades. “Sabemos que el grupo era capaz de mover varios millones de euros cada mes relacionadas con el tráfico ilegal de estupefacientes”, ha explicado el jefe del Centro Europeo contra el Crimen Organizado y Económico de la Europol, Burkhard Mühl. El responsable policial ha afirmado que “no es suficiente la intervención de drogas, también la incautación de los activos de esta organización y las interacciones con empresas del ámbito legal. El propósito del crimen organizado es obtener beneficios y su intención es hacer el mayor dinero que sea posible”, por lo que ha subrayado que el realizado por la Guardia Civil para desarticular el clan Farruku “es todo un éxito”.
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