Horas bajas para el fiscal de Morelos, Uriel Carmona, por el caso de la muerte de la joven Ariadna López. Titular de la dependencia desde febrero de 2018, el fiscal ha vivido a la gresca estos años, enfrentado al gobernador, Cuauhtémoc Blanco, batalla que si bien no ha ganado, ha podido controlar. Pero lo de ahora es distinto. La jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, aspirante a la presidencia, le ha acusado de encubrir el feminicidio de la joven, cuyo cuerpo apareció tirado la semana pasada en una carretera en Tepoztlán. Sheinbaum ha señalado que uno de los presuntos agresores de la joven tiene vínculos con personal de Carmona.
Convertido en personaje incómodo, Carmona era notario hasta hace cuatro años. Ha sido secretario de juzgado y ministerio público y, ahora, funge como el primer fiscal independiente de la historia de un Estado, que cuenta una tasa de 40 asesinatos por cada 100.000 habitantes. La sombra de la sospecha se cierne sobre Carmona. En los Papeles de Sedena, su nombre aparecía vinculado al grupo criminal Los Rojos. La muerte de Ariadna López amenaza con sacarle del puesto antes de tiempo.
El caso no deja de crecer y el conflicto institucional ha llegado este martes a Palacio Nacional. Preguntado por el caso, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha pedido que se investigue y se aclare el motivo de la diferencia entre las necropsias. El mandatario se refería a los estudios realizados, primero, por la Fiscalía de Morelos y, luego, por el Instituto de Ciencias Forenses de Ciudad de México. El de Morelos concluyó que la mujer, que la noche antes de aparecer muerta había estado conviviendo con amigos en la capital, murió por una broncoaspiración. El de Ciudad de México, que se trató de un feminicidio.
“Se tiene que hacer la investigación de lo que sucedió para que se aclare, por qué, si hubo una autopsia, se estaba señalando que la causa de la muerte era otra y que no había golpes, todo eso”, ha dicho López Obrador, que ha pedido a la Fiscalía General de la República que atraiga el caso. El mandatario ha compartido también sus sospechas sobre el actuar de Carmona. “Cuando sucede una cosa así por lo general no declaran los ministerios públicos, no declara ninguna autoridad, esperan, pero aquí sí hubo una declaración, ¿por qué la prisa?”, ha dicho.
Carmona, mientras tanto, continua con la defensa mediática de su trabajo, inaugurada anoche con un comunicado en que negaba los señalamientos de Sheinbaum. En una entrevista anoche también en uno de los noticieros más seguidos de la televisión, el fiscal insistió en que su necropsia es buena. “Nosotros no conocemos el informe del Instituto de Ciencias Forenses de la Ciudad de México y ellos tampoco conocen el nuestro”, ha dicho. El fiscal, que ha negado que vaya a presentar su renuncia, ha reconocido que el cuerpo de la joven tenía golpes y rasguños, cosa que, ha insistido, no ocultaron, pero que esa no es la causa de la muerte.
Carmona afronta así uno de los momentos más complicados de los casi cinco años que lleva en el cargo, la mitad de su mandato. Lejos quedan los enfrentamientos con el Gobernador Blanco, nacidos del intento del segundo de sacarlo del puesto a su llegada, a finales de 2018. Para Blanco, Carmona, producto de una familia de notarios en Morelos, no es más que una de las patas de la impunidad que se construyó su antecesor, Graco Ramírez, que gobernó bajo las siglas del PRD de 2012 a 2018.
Carmona nunca contestó abiertamente a las intenciones de Blanco de sacarle, pero aprovechó la primera oportunidad para vengarse. Ocurrió a principios de este año, cuando un medio de Morelos divulgó una fotografía de Blanco con delincuentes locales, presuntos líderes de grupos de narcotraficantes. Carmona no tuvo que hacer demasiado, solo decir que la situación se estaba investigando. La reacción de Blanco fue estruendosa. El gobernador contraatacó con una denuncia, esta presentada ante la Fiscalía Federal, por la presunta campaña de desprestigio que un grupo de “narcopolíticos”, dijo, había iniciado en su contra.
En el centro de ese grupo estaba, desde luego, el fiscal Carmona, a quien Blanco vincula con Graco Ramírez. Al fin y al cabo, Ramírez es la persona que promovió su nombre en la terna para la elección del primer fiscal autónomo del Estado, en 2018. En una entrevista con EL PAÍS en enero, Carmona abordaba su supuesta cercanía al exgobernador. “Como yo fui designado cuando aún estaba Graco, Cuauhtémoc Blanco asume que sirvo a sus intereses. Hay una construcción ahí de que es un tema político. Pero no es así. Graco Ramírez no tiene injerencia o ascendencia sobre mi persona. Yo hago mi trabajo conforme a la ley”.
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